La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 320, Ed. 1 Monday, January 1, 1923 Page: 3 of 8
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LA
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I onaer the Act. oí March 6. (
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Ρ-" Κ t ϊ ■»—" ι » ι ν ■ λ. ι
yU^UUIN Lbl I UUI/XL
L4 VERDADERA PAZ
Los rebeldes que andan con las armas
en la mano en los campos de nuestra Re-
pública y los generales carra ncistas ex-
patriados han tenido su regalo de año
nuevo. El Congreso aprobó sin dificulta-
des de ninguna especie como todo el mun-
do lo esperaba. la Ley de Amnistía que le
fué enviada por el Ejecutivo. La revuelta
antiobregonista termina pues como estas
películas americanas de asunto intrinca-
do en que toda suerte de aventuras tienen
el epílogo de un beso. Los revolucionarios
nacidos en el tronco maderista y que por
azares del oficio se bifurcaron en estos
diez años de pelea en distintas ramas:
vülismo zapatismo carrancismo gonza-
lísmo. obregonismo y antiobregonismo.
vuelven a juntarse en estrecho abrazo
pues puede darse por hecho que todos
cuantos se apartaron del festín de Balía-
zar de la revolución por diferentes razo-
nes. aceptarán la mano que se les tiende
y volverán unos a disfrutar del sueldo
que se le? dé en las reservas del Ejército
como premio de su rendición y otros de
sus fincas abandonadas y de todos los
bienes adquiridos de cualquier modo en
la orgia democrática y epiléptica de esta
última década.
¡Será un abrazo conmovedor el que es-
treche a todos los hijos de la Revolución!
Solo los muertos— ¡qué lástima!— queda-
rán excluidos de esta fiesta de amor y de
concordia. Xi Don Yenustiano Carranza
ni Felipe Angeles ni el Ingeniero Garcia
Granados podrán participar del afianza-
miento definitivo de la revolución que re-
sultará de la s°nta medida del gobierno
complemento de su labor tenaz en pro de
la pacificación del país y de la unifica-
ción revolucionaria....
¿Podrá considerarse empero como un
hecho consumado la implantación del pen-
samiento revolucionario como fundamento
de gobierno y hemos de creer q' con el año
Je 192:5 dará principio una cueva era un
periodo de verdadera paz derivada de la
satisfaccón de todos los anhelos y de un
verdadero espíritu de concordia que tien-
da puentes entre los abismos que distan-
cian a los mexicanos.
Sin quitarle el mérito a la obra del go-
bierno—labor fuerte y tenaz en pro de la
pacificación comprobado con el argumen-
to irrecusable de los hechos—debemos de-
cir que no será una paz completa la que
se logre con la rendición del último rebel-
de ni con la repatriación del último ex-
carrancista. Con eso cuando mucho se
habrá logrado una concordia revoluciona-
ria un entendimiento entre los grupos di
sidentes del viejo partido maderista que
arrebató el poder a los científicos. Será
una paz que permita a los revolucionarios
vivir sin la zozobra de los mil enemigos
nacidos del pre pió seno de la "'causa" y
alimentados con la eterna ambición de
mando.
Los revolucionarios desdt- hace mucho
tiempo han dado en creer que ellos son la
República; que el anhelo Je los catorce
millones de. habitantes del p\is está repre-
sentado por la minoría de la acción. quo
monopoliza el poder. Y sin ponerse a pen-
sar si el resto está contento y si la única
manifestación de desagrado digna de to-
marse en cuenta es aquella que se presen-
ta con un rifle en la mano y un insulto en
la boca ignora al resto del país que en va-
no espera que se le invite a dar su pare-
cer a prestar su concurso en el gobierno
y a participar en un palabia de la vld-\
nacional.
En la Ley de amnistía que acaba de ex
pedir el gobierno para que nadie olvida
que 'ia revolución es la revolución" o sen
que dentro del país no caben mas que los
partidarios de la gloriosa y que hay ciu-
dadanos que viven en entredicho a pesar
de 1a paz definitiva que hemos alcanza
do se hace constar que quedan excluidos
de la gracia que se concede a los rebeldes
los que participaron del cuartelazo de
1913.
¡Todavía la barrera entre el presente y
el pasado; todavía la cláusula excluyeme
la chispa del odio la altivez insufrible del
triunfador que no admite a los que un día
lo derrotaron y les niega el derecho de vi-
vir en su país si no truecan el derecho en
gracia y no vienen a pedirla de rodillas!....
El paso que acaba de dar el gobierno os
trascendental y lo diputa de fuerte y bien
regido. Más para que podamos decir que
la paz existe realmente en el país se ne-
cesita que el espíritu de concordia de la
Administración sea mas amplio; que lle-
gue a todas partes y que como resultado
de una buena inteligencia entre el gobier-
no y los4 gobernados brote de todos los
labios la palabra "paz" y no haya que an-
darla consignando en decretos ni declara-
ciones ' oficiales para que sepamos que
existe.
Hasta entonces y solo hasta entonces
podremos creer que se ha conseguido "se-
renar la contienda" tan enconada en los
últimos tiempos sin excluir ésta época que
estamos viviendo de bolshevikismo agra-
rismo e intransigencia política y reli-
giosa
lectoras Populare^:
CULTURA FISICA
I V
E". error znXs común en la mane-
ra de cambiar es el hundirse. redon-
deando les hombros. coa el c¿:S3U-
go saliendo ba.-:a adelante lo mis-
mo que la cabeza la barba levan-
tada y los brazos ccisando niis o
menos hac.a adelante del cuerpo.
En los Satinaos años las muje-
res jflver.es han adoptado una ma-
nera de andar exagerada la cual es
conocida err. t re la scc:edad como la
postura de la debutante pero en me
«licina es conocida con el nombre de
"habitus enteroptoticus" o "calda as
thénica" lo cu:il no es mis que una j
característica de un sistema nervio-
so· y muscular muy débil. Muchas
notabilidades médicas sostienen 1..
Teoría de que tal postura u otra cual
quiera que no sea la natural svn
causa d-i la neurastenia postración
nerviosa y aun deficiencia mental
en muchos casos lo cual es causa-
do por la mala circulación de la san
trre. que no puedo socorrer debida-
mente mientras ur.a persona se en-
cuentra en mala posición·'
Entonces ¿cuál es la correcta ma-
nera de caminar?
En primer lugar hay que andar de
masera que los dedos de los pies
formen una línea paralela lo cuai
caminando o estando parado hace
que el cuerpo descanse en el arco
del pié.
Mientras s* esté parado ténganse
los pies en la rr.:sma forma que ai
caminar ios lado? de los pies que
dan hacia adentro deben formar 'as
líneas laterales de un cuadrado. No
dobe descansarse el peso del cuer-
po. como lo hacen muchos en los
lados que dan hacia afuera. Xo de-
be descansarse el cuerpo sobre un
solo pie. lo cuni también es muy co-
mún.
Los errores m&s comunes mien-
tras se está sentado son: el revol-
verse. hacerse jorobado sacar lo*¡
codos fuera de la mesa dor.de »
trabaja mantener el cuerpo muy le-
jos del escritorio y echa/· el pesr»
Sel cuerpo sobre la rabadilla.
Uno debe sentarse lo más atrás
ςηβ se pueda cas. contra «1 respal-
do de la sStii cero con e! cuerpo
tan cerca de ia mesa que la par-'
IjEFEMEMPES MEXICANAS
inaugura sos sesiones el Congreso General
1 de enero de 1849.—En esta día
Inauguró sus sesiones ordinarias el
Congreso General.
Las miradas de todo el país esta-
ban fijas en ese Congrrec·-1. esperando
de sus resoluciones el tírmino de lo
niales que aquejaban a la najU*»n .
Reunidos los Jip'itilos y senado-
res. se presentó e! Presidente de la
República. D- Jo«é Joaquín Herrera
acompañado de la comisión reípecti-
va. y d->jputs d? ocupar s.j asient·-».
pronunció un discurso en que. en-
salzando el talento y el saber d» jos
representantes del pueblo. se lison-
jeaba que brotarían de Icí» resolucio-
nes que tornasen grandes pa-
ra el país.
El Presidente del Ovnqreso cor.tes-
tó a las palabras de I>. Jos1· Jo&quín
Herrera diciend-» que «as mis prraj
intencione» y lo.» mis arüi'iies de-
seos de hacer el bien plb.'.co. silv*r.-
do a la naoión d» «">» grandes peli-
proa que le amenazaban alentaba a
lo? representantes del pueblo y de
los Estados en e! empeño de corres-
ponder a la cor fianza que en ellos
habla depositado el sufragio honroso
de s-is conciudadanos.
"Ha pasado el tiempo." decía "en
i que el candor de la inexperiencia
pueda hacernos confiados y orgullo-
s-»s: η la vy^ta de' ene-añoso cui>-
te carnosa d?; antotraro pueda de—
cansar sobre ia supeit.c'·* «lo la mis
ma sin empujar ¡»1 hombro hacia
arriba. Para inclinarse hay que ha-
cerlo desde las cad-jrar. sin doblar
el tórax comprimir el pe.:hc o in-
clinar los hombros. L?s brazos de-
ί ji?erft.n -colgar de jos hombro1 =» con
facilidad los codos no «liben desean
sar como columnas sobre ¡a mesa.
La jesición Ί* >s hombros es casi
la misma que cuar.do se está de pié.'
Todo el peso dei cuerpo no debe
descansar sólo sobre la rabadilla si
oo sobre los muslos. Los pies (no
las piernas) deben cruzarse y des-
cansar ligeramente en el suelo so-
bre los» dedos pequeños.
Si esta posición se mantiene co-
rrectamente. no causará dolores de
ninguna naturaleza.
En el próximo artículo daremos a
nocer algunos ejercicios correctivos
para las persona;» que hayan teniío
1 posturas incorrectas.
ι: >
dro de un porvenir lisonjero la na- I
ci5n. victima de sua propios errores!
aleccionada por las desgracias do {
tantos años exige ya de sus hom-
bros públicos en vez de palacras
ilusorias que la consuelen y la ador-
mezcan en sus peligros verdades úti-
les que puedan xUvarla "
Y en efecto desengañado el públi-
co por la amarga experiencia de ios
hechos de lo ilusorio de las lisonje-
ras promesas presentadas en los
ampulosos discursos de sn:s rerx íse.i-
tantes aspiraba a resultados prác-
ticos y eficaces que estableciesen e.
bienestar social de todas las clase··.
Hacer que se extinguiesen los ele-
mentos de discordia que la amVclün
de políticos aspirantes había sem-
brado cosechando de los pueblos ex-
terminadoras resoluciones y atraer a
un sólo pensamiento el pensamiento
de una concordia fraternal le todos
los partidos por medio de una eolí-
tica conciliadora justa y patriotic-!
debía ser la gran empresa de los po-
deres públicos.
Pero lejos de llenar el sagrado de-
ber de trabajar unidos en destruir
el jiemillero de discordias qu* agita-
ban a lu sociedad parecían algunos
dispuestos λ dar impulso a un nuevo
germen de desunión que al terminar
el año de 1S4S dejó asomar su cabe-
za.
La nueva semilla de desunión era
la indicada por "El Iris" y acogida
por '*£1 Eco del Comercio'* pidien-
do el establecimiento de la libertad
de cultos. Los pueblos mirando en
aquellas ideaü un ataque a sus creen
j cias religiosas se manifestaron in-
quietos y alarmados temiendo que
encontrasen en el Congreso apoyo
y favor. Siendo muy pocos los ex-
tranjerosprotesiantes que había en
México. 1a nacttfa que era toda cató-
lica juzgó que establecer cualquier
otro culto no daría por resultado
n»l«· que descitolizar a los amantes
de novedadee y arrojar en el pals un
nuevo germen de desunión. Firme en
esta creencia los Estados las legis-
laturas. lo» ayuntamientos y los ve-
cinos de todas las ciudades villas y
aldeas se apresuraron a dirigir al
gobierno razonadas y bien escritas
opiniones pidiendo que no se per-
mitiese la libertad. 4e cultos-
ι
[CQSAS~QUENÜRU7T SUCEDEN
Yo. a míen míe» estoy
iliSKuesto a rsealar a
mis cüiemes. en este a-
Λο. tc-clas las trar. in-
das <«ue tuve el casa-
do con ml η «roció de
carnicería oorfpje η·ι
ouiero ni όογ ur mo-
ino-nto conver.Kmc en
r eo....
LA GUERRADE MAÑANA
EL PAPEL DE* LA AVIACION
; )~f
Ti aducciór del iraneia ρα-β h.\ PRE.Y5.4.
Los progreso- <«o J aviat-Wr. ir.le-
•r«:.--an a todos los dom.r.ioc irucna
marina colonias tTun«>o«eii comer
cío ρ lndustrja. Oe.O.· t·. „ rit0 de
vista jufiitar \e nao crnarse mi:· vas
fuerzas que merecen que se í;je rn
ellas la atención. Λ les aviones do la
última guerra vienen o vendrán a
agregar·· loif aviunet metálicos dv
\ ela sin motor. SI los esfuerzos de
los no loaran establecer un.
P°·· duradera. la guerra volverá y s.·
rarcceri muy poco a la de 1914 ie-
b'Jj a los nuevos medio; más per-
feccionado-* mis poderosos de que
dispondrán los ejércitos ya para la
defensa o ya pan el ataque. A es-
te respecto la aviación ha adquirido
una importancia considerable y de-
be ser coloca ja en el primer plano
do nuestras preocupaciones y de
nuestra solicitud.
Los bombardeos imprevistos. in.«-
ta:itáneos> de 'jna extensión no sos-
pechada hasta aquí irán a atacar
'frecuentemente muy lejos detrás del
frente las vías férreas los depósi-
tos de municiones y los trenes de
abastecimiento. Las fábricas las al-
deas y hasta las ciudades mismas
es «.aran α vécos a ιζπλ destrucción
/ccfn*;fleta. La ínipcí.-ilj;>:dad. en la
mayoría de ios coso* de prevenir los
ataques casi siempre imprevistos de
¡a aviación pesada hará la guerra
más y mSs temible; de ello resulta-
rá un desconcierto material y moral
cuyas repercusiones es ¿mposibie
medir- E-i pues tanto más necesa-
rio buscar en .os límites de lo po-
sible el medio Us conjurar los efec-
tos de esta forma de destrucción tati
contraria a los principios de la ci-
vilización que dominan 1a vida de
las naciones. La mentalidad de Ale-
mania y su actitud nos imponen u λ
deber y nos obügan en consecuencia
a estudiar todis l»s fases del pro-
blema tal como se planteará induda-
blemente; la solución se encuentra
en una aviación numerosa servid?
por un personal bien instruido y nu-
se mantenga a la altura de todos lo>-
propresos.
En el momento del armisticio te-
níamos en línea 253 escuadrillas for-
mando un total de tres· mil seiscien-
tos ocho avion-rs y si la guerra hu
biera tenido que continuar se habría
necesitado duplicar el número de
manera de proveer casi hasta donrl·-
la necesidad lo exigiera a los ejér
cltos. a los cuerpos de ejército a las
diviciones y algunos servicios con es
te órgano notable de información de
observación de reconocimiento a la
go alcance de arreglo del tiro de !a
artillería. Je liga y de participación
en el combate.
Alemania que. de acuerdo con los
♦ * t-atado de paz no pue
de tener aviones militares no por
esc deja de 'r.strulr a sus cuairos
teniendo en consideración la utiliza-
ción de los aviones en la guerra "to-
mando por bas*e un ejército equipado
a la moderna y destinado a llorar
combates decisivos".
Sin aviones en número suficiente
en la zona de! campo de batalla el
combatiente se halla en efecto cie-
go. la artillería tira al azar el co-
mando está mal iniormado. ήο sola-
mente acerca de las disposiciones del
adversario sino también acerca de la
situación de tun propias "tropas des-
plegadas sobre frentes enormes'. Con
el avión por el contrario el horizon-
te se alumbra los movimientos se
coordinan los esfuerzos se concen-
tran hacia el objeto común bajo el
λ:
I nip·.: ¡so del jefe quo manda y que
puede. T.egada la ocasión gracias a
lo·· Informes que recibí· transportar-
se al punto delicado da la batatín
donde su presencia puedo ser nece-
saria. La aviac'· 5n hace llegar a tieni
po ni comande· por la telegrafía fin
hilos informaciones de toda¿¡ índoles
que le permiten seguir la marcha del
combate y hacerles frente a todas
¡as eventualidad ;r; libra a las tropas
de 1oc· errores de direcciín y los pa-
ne a ralvo de sorpresas que son siern
pre causa de pC-rd.'das sensibles· Gra
c-ias a la fotografía aérea hace de
antemano el reconocimiento minu-
cioso del terreno; advierte al co
mando de todas las disposiciones
nuevas del enemigo; averigua y per
mite situar en planos a grande es-
cala la* destrucciones operadas por
la artillería y Juzgar acerca del ins
tanto en que ios ataques puedan ser
realizados
En la guerra de movimiento lleva
a io¿« defensores o a los asaltantes
un exceso de seguridad y do fuer-
za. Gracias a !as informaciones ir.ee
santos de la aviación del gobierno de
París el Mariscal Gnllier.i pudo ha
liarse al corriere de la marcha de
von Kluck. que oblicuaba hacia el
• sudeste y bordeaba imprudentemen
te baje» la protección de un solo
cuerpo de ejército de reserva las de-
feiunn del campo retriacherado. en
el que el ejército del general Mau-
r.oury esíabi listo .para desembocar
en el flanco do ios ejército» alema
nes.
Si el Mariscal Joffre en agosto de
1914. hubiera podido disponer de
una aviación numerosa organizada y
provista como la d? fines de 1918.
habría sido informado pronto y con
certeza de la masa formada por los
cinco primeros ejércitos alemanes
en vías de concentración hacia el
frente: Aix-Ia-Chapelie y Luxem-
íPara a !a 5a. Pos.)
^525H5HS2SS5HSHSESSSHSHSES2SSS2ScSSSES2SHSSSESHSiHSHSS5SSE5HSS52S5S252^]
in ιβμΙΠηηΠ
?£SHbdi2525SSil5HSESHS2SZSHSHSHSHS2S2S2S2S2SHSHS2SZS2Si52SESHSS5SSH5H523
Hay que esperar el año que entra nuevos temblores
PARIS diciembre 20 de 1922.
La cuestión de! volcanismo y de
los temblores de tierra figura entre
¡os asuntos científicos que rara vez
carecen de actualidad ya sea que de
tiempo en tiempo algunas grandes
catástrofes como las de la Martini-
ca en 1902 o la ruina de la Provenía
en 1909 hagan que volvamos la vis-
ta hacia un punto amenazado de
nuest:o planeta o ya que 1.1 er.ergfa
interna se manifieste en todos los
puntos del globo a la vez y haga que
efectos menores se manifiesten en
mayores extensiones.
COMO SE PLANTEA
EL PROBLEMA
No quiero tratar hoy acerca del
origen de ios temblores de tierra; és-
tos resultan a no dudarlo de las con-
tracciones de la contra terrestre su-
jete. a cada instante a apoyarse en el
núcleo interior que tiende a dismi-
nuir de volumen debido al enfria-
miento. Los piieguei tienen lugar se-
gún líneas generales de fractura bier_
conocidas actualmente.
Una de las más importantes es la
famosa "depresión mediterránea"
ancho fo-Ό que rodea al glnbo te-
rrestre a la altura de la separación
de les antiguos continentes ds Eu-
rasia y Africa por una parte y de Ja
América del Norte y de la América
del Sur por otra. Todas las cartas
seismológicas señalo η esta región co
rao la más conmovida de todo el pía
•neta.
Sin embargo s: bien las teorías
geológicas dan cuenta de la distri
bucíón efl el espacio es decir en e!
g.c»bo terrestre ae las regiones suje-
tas a temblores da tierra no expli-'
can la repartición de los fenSmenos
sísmicos en el tiempo.
Sn berro·'. es verdad que la tierra
tiemb'.a de una manera continua
que nuestros sismógrafos registran
míí:-" o menos 30.000 sacudidas anua-
les por término medio pero no es de
dudarse cue i-eriódicamente asisti-
mos a recrudecimiento." súbitos de
l?i« fuerzas internas puestas en jue-
go por doquiera. Lo mismo que pa-
ra los accidente* de los ferrocarriles
•parece que bay series negras: la lec-
tura de los periódicos es· muy per-
suasiva ά este respecto aunque al-
guno.'i geólogos se obstinan en ce-
rrar los ojos-
Pero entonces si hay periodicidad
no? vemos obligado.·» a investigar las
leyes que la hacen nacer· Ahora bien
resulta de las estadísticas que los
temblores de tierra son mis frecuen-
tes y más intensos durante la esta-
ción fría que durante la caliente:
igualmente se registran más sacudi-
das en ia noclie que en el día y cor
más frecuencia en la mañana que en
la larde. Estos hechos. me llevaron
desde el año de 1902 a investigar si
el sol tendría una acción efectiva so-
bre la meteorología inferior de la tie
rra.ecomo tiene ya efectos manifies-
tos sobre su envoltura atmosférica
El calor solar variable no puede
explicar nada puesto que sabemos q'
desde los dieciseis metros debajo del
suelo la temperatura es de una cons-
tancia notable; pero podríamos ser
más felices si nos dirigiéramos a la
electricidad. En efecto así como lo
Tre demos'rado en diferentes tra-
bajos publicados en varias ocasiones
la electricidad atmofí-'rica tiene el
primer lugar :*ntre todos los fenóme-
no? que concu-vdan mejor con la dis
tribución pe-ióndica de los sismos.
La electricidad serviría pues de
in te-mediaría entre el sol y los tem-
blores de tierra o lo que es lo mis-
mo. entre los fenómeno? solares y
las contracciones del globo terrestre.
/•Por qué misterioso mecanismo las
pulsaciones de nuestra corteza pía*
netaria están ligadas con la emisión
eléctrica de! sol? Esto e? otra hls-
in
\.
toria; sin embargo estamos construí
dos de tal suerte que aun involun-
tariamente no hallamos reposo sino
hasta que hemos formulado una teo-
ría propia para explicar los hechos
observados. Burqué pues y he a'iul
lo que he encontrado
GIGANTESCA BOTELLA
DE LEYDEN
Todo el mundo conoce una botella
de Ijeyden pero hace generalmente Μ
ignon ς! si se hace variar la carga
eléctrica de la botella su volumen in-
terior varía proporcionalmente. Asi
pues al cargar la armadura exterior
representada por una hoja de esta-
ño el volumen aumenta y lo contra-
rio se produce sí se disminuye la car
Pues bien en la tierra nuestra at-
mósfera puede representar perfecta-
mente el papel de la hoja exterior do
estaño reemplazar la costra terrestre
al vidrio de ¡a i>otella y la armadura
interior estar representada por la
masa fluida interna núcleo formado
sobre todo por substancias metáli-
cas.
Si pues. la carga eléctrica que vie-
ne del sol aumenta en nuestra at-
mósfera tendremos en nuestra cos-
tra una tendencia a la dilatación las
presiones laterales »e acusarán mis
y toda Ja costra tenderá a sostener-
se por sí misma en vez de apoyarse
en el núcleo central. De donde proce-
de la supresión de los temblores.
Estos es precisamente lo que com-
probamos. Los temblores de tierra»
hemos dicho. sr>n débiles y poco fre-
cuentes en verano y en Jas tardes '
momentos de gran carga eléctrica.
Inversamente cuando disminuye la
electricidad durante el invierno o
aun en la segunda parte de las no-
ches hay tendencia a la contracción j
por parte de la corteza ya no hay
nada que sostenga esta capa pesada /'
por encima del núcleo de donde pro-
vienen los fenómenos de asiento y
de descenso y por consiguiente loa
temblores de tierra.
E¿<ta variación de la electricidad
y de Jos sismos la volveremos a en-
contrar en la curba anual así como
en las curvas generales de largo pe-
riodo·
Se comprende pu?s quo cier-
tas épocas los sases encerrado: en
la costra pretenden salir en virtud
de la presión de Ja corteza· favore-
cida por una tendencia de la con-
tracción. Su tensión aumentará has-
ta el momento en que la actividad
solar pase por un mínimum.
Así se expüoan las relaciones que
observé hace veinte años. _ ' . '
v^uiwnuu w ι * ι·Μ
AÑOS DE 1923.
ν"**·*·.
Se trata ahora de aprovechar núes
tras deducciones. La tarea van ur-
tedes a comprenderlo no es tan fácil
cono podría creerse. Para ser buen
profeta en !a materia se necesitaría
poder predecir de una manera segu-
ra. los periodos de calma de la acti-
vidad solar. Evidentemente podemos
trazar la curva de las manchas y de
las protuberancias del sol efectos -
ciertos de su actividad pero -si pode-
mos hacerlo de una manera general
debemos declarirnos impotentes cuan
do ¿p trata de meterse en detalle?
En otros término? poseemos bastan
te bien la forma de la curva media
•pero ignoramos la forma diaria; en
el conjunto muchos temblores de "tie
rra son. puf? difíciles de prever.
Sin embargo» no dejemos escapar
por esta razOn ios resultados genera-
les. Sabemos que !os temblores de |
tierra deben tener lugar en los pe-
ríodos de calma que se presentan por
término medio cada once años. Así
pues hénos ya advertidos. El máxi-
mum de la actividad solar tuvo lu-
gar en 1P17 y debemos esperar el mí-
nimum en el año dt» 1923. Los tem-
blores de tierra deb»rán pues agru-
parse alrededor dp esta fecha fatídi-
ca.
Por lo demás el movimiento ha
empezado ya: América acaba de-'pa
garle arabiamente su tributo a la lm
placable plaga; se señaló una sacu-
dida bastante larga $11 Marsella;
otras vendrán aún no lo duden us-
todos; el asiento comienza siempre ^
nor la depresión mediterránea pero
dentro de poco el Jaisón. las Antillas
tal vez o México y el Turquestán en
ti-arán en la danza. Si las sacudidas
•son bastante fuertes nuestras regio-
nes resentirán algunos efectos feliz-
mente anodino*; porque haciendo a
un lado la Provenza. Francia es una
-egión privilegiada de^de el punto de
vista sísmico. Razón de m'is para no '
abandonar en nuestro bello país los
estudios teóricos de la sismología·
Abaci Th. MOREUX.
Director del Observatorio de Bourgés¿'
:)o(: k
DEBER 1
El deber no s»e cumple sino ha- |
ciendo más aún de lo que se debe- I
Tommaseo.
Xa da hay m:'i<? satisfactorio en la
vida de un hombre honrado que el
haber cumplido su deber.
Calbert.
Debemos tener el valor de núes-
tras opiniones la inflexibliidad d·
nuestros deberes.
Robespierre qj ·
Ofrecemos al público la segunda edición de este mag*
nífico libro de canciones para el cual se ha hecho una
bien seleccionada recopilación de cantos populares to-
nadillas etc. Esta nueva edición está aumentada con las
canciones últimamente en boga y contiene además
retratos de las más populares tonadilleras y canzonetis-
tas así como un método completo y muy sencillo para
aprender a tocar guitarra sin necesidad de maestro.
EL RUISEÑOR MEXICANO está editado por
nosotros y se vende al precio de TCvJ G
118 N. Santa Rosa Ave..—San Antonio Texas.
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 320, Ed. 1 Monday, January 1, 1923, newspaper, January 1, 1923; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1068216/m1/3/?q=%22%22~1: accessed June 21, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .