La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 6, No. 1737, Ed. 1 Thursday, November 13, 1919 Page: 3 of 10
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í- 1 gFICCION EDITORIAL jo
LA NUEVA CONTRIBUCION
La Secretaria d<* Hacienda apoyada en este
grave caso de que vamos a hablar por ia mayoría
obregonista acaba de lograr que la Cámara de di-
]> itados apruebe una ley para que todos los que
entren al país sean mexicanos o extranjeros pa-
pión una contribución de veinte j>esos.
I.a Cámara como decimos aprobó el proyecto
do ley presentado por Cabrera y. en consecuencia
la enorme cuota que resulta enteramente anti-
constitucional. tendrá que ser pagada.—el Sena-
do no se opone.—por millares de trabajadores que
constante y j»eri<kiicamente vienen al extranjero en
busca de subsistencia y por infinidad de comer-
ciantes pobres que transitan por las fronteras.
El espíritu d<* s'-rvil imitación y una sed in-
saciable de dinero han cegado a esos hombres que
tair clara prueba acaban de dar de ignorancia y
de falta de patriotismo. Saben o han oído decir
que en los Estados I*nido> el inmigrante deposita
ocho dolares pat.' entrar ai país—que le son dc-
vneltos cuando retasa. o que pierda cuando ]>tT-
rmnece en el ' -ir;torio más de seis meses.—y les
ha parecido al Se--reí .rio de Entienda y a los se-
íores «¡íjmi.'i'ii.s. »:j¡.- <> lícito * posible hacer lo
laísmo en ."•í« > ¡«'O. 1 *• )>¡<»rablv error. funesto y an-
tipatriótico error.
E^ta i-y os anticonstitucional. antisocial y an-
tb-■•«m.'.mir i. si e México hubiera justicia basta-
ri.i una simple solicitud «lo amparo del más humil
«i.- de b»s interesados para que la ley fuera al ces-
to <..• l-.s ]>»ijvlcs üiservibles. ]>ero como desgra-
: ¡;id.iMi<-riii* no >-s :isi j decreto respectivo que se
; ra. s¡ >l Senado lio se opone.—dará preci-
samente .«>n el articulo eonstitucional que garan-
tí'.:! la lli-'-n.id para entrar y salir de la TJepúbli-
en el c;:.!<«n de la basura-
Mas mino nada iini>«ma que una vez mas las
oyes constit ucionales sean violadas el célebre de-
creto q.ie tenemos en perspectiva habrá de espe-
dí rs . v !• >s mexicanos que regresan a la patria
tendrán que pagar los veinte pesos o sufrir la lui-
iiil!íi'-i«'-n. si it.» lo« tienen de acudir a la caridad
■ m'diea it oficial para poder vivir en su rasa.
Los autores y coautores de mu monstruosa ley.
imoran que no se violan y se hieren impunemente
!• s intereses «I» una sociedad. Los graves daños que
originara al p:iis cs(. decreto son de tal magnitud
v* tan complexos que provocarán protestas íor-
1mid:.bl; s Vi; :¡ei:.'!i ni !a lúas joquena idea de los
|X"ri-ii< ios q :e causarán al país con esa gabela
r i s t u ] j * i s i \ r<as nociva que la antediluviana con-
tribin-i. u capital.
El antiquísimo diccionario español de Eegis- j
laeii 'i v Jurisprudencia. de Escriche. si no recorda-
mos nía!. define la contribución capital o personal
como naa fabeia irracional e injusta. j>orque. en
; ■•oM.epii» liel autor no deduce que el que tiene
caneza capite— tenga que y jK»rqué pairar. Pues
esta nuev:¿ ••onti ibución aprobada por la mayo-
ría de la Cántara es más irracional y más injus-
ta que la -capital** y está además en completa
' «posición con las leyes constitucionales que ga-
rantizan la libertad para entrar y s;]¡r del terri-
torio.
¿Cómo \ por qué un individuo ha de pagar
contribución para entrar a su domicilio? Pues la
Eepñbliea es y debe ser la casa el hogar de los
mexicanos y. en • onsecuencía nadie tiene derecho
ni las mismas ''.miaras para decretar una contri
bueión de esa naturaleza.
!;'s circ.instancias y condiciones del país por
otra parte no admiten esta contribución si el So
• retario de Hacienda y los diputados de la mayo-
ría se hubieran tomado el trabajo de cumplir al-
gnna Tea con sus obligaciones y hubieran pasado
'os siquiet i safK'rficialmente jm»i- las estadis
ticas del país se habían dado alguna cuenta de
ene México precisamente necesita y sobre todas
las /osas. facilidades para la inmigración. No sa-
lí» i] míe la grandeza de los Estados Unidos se debe
precisamente a los inmigrantes y que si ahora se
ponen restricciones es porque ya llegaron al esta-
do que les permite discreta y racionalmente selec-
cionar la inmigración.
No salían -i¡ los diputados de la mayoría ni el
Secretario de Hacienda que la emigración «le me-
xicanos alarma desde hace tiempo a nuestros pen-
sadores } tampoco tienen idea como lo demues-
tra la aprobación di* la incalificable ley de lo que
son y significau para el país los emigrantes e in-
migrantes "golondrinos" que son los que van y vie-
nen periódicamente en las estaciones de cosechas.
Si Ja contribución aludida va a ser decreta-
da para despojar de sus ahorros pequeñísimos a
los humildes braceros mexicanos tal gabela resul-
ta una inmoralidad onerosa y hasta inútil porque
les interesados se negarán a pagarla prefiriendo
en último caso permanecer en el extranjero lo
cual será en detrimento fie la riqueza pública.
Tampoco podrá ser satisfecha esa contribución
por los humildes comerciantes ambulantes que
constantemente vienen a las poblaciones fronteri-
zas americanas trayendo * llevando lotes de mer-
cancías. y los viajeros de escasos recursos se ve-
rán obligados a hacer un enorme sacrificio.
El tráfico que es la vida de los pueblos será
reducido a su ínfima expresión. Todos los intereses
pequeños que son los democráticos como dirían
los i-arrancistas. serán principalmente los sacrifi-
cados. La República sufrirá infinidad de perjui-
cios. v «le! uno :il otro extremo de las fronteras se
levantarán protestas.
Las discusiones habidas en la Cámara de Di-
puta lo>. con motivo de esta nueva "ley" han pues-
to de manifiesto la "lógica' de esos estadistas y
legisladores que no se dan cuenta ni de lo que
dicen.
iII Secretario de Hacienda y alguno «le Jos
diputados carraneistas que defendieron el proyec-
to desde la tribuna parlamentaria declararon que
en las presupuestos de Relaciones se han tenido
•pie ampliar Lis partidas destinadas a contribuir
a la repatriación de los mexicanos pobres. ¿Cómo
pues temiendo esa elocuentísima constancia se
atreven a dictar tina disposición o ley en sentido
contrario ;t esa necesidad social?
El sen'ido común el humanitarismo la cien-
cia del gobierno las llamadas razones de Estado
las conveniencias y condiciones económicas del
p;;is. están en absoluta en contundente oposición
de esta irracional gabela.
Cumio desgraciadamente ya no se publican en
boletines periódicos las estadísticas ni tenemos a
la mano antiguos informes «le esa índole nos ve-
mos obligados .1 omitir guarismos para que se vie-
ra en toda su deformidad la aberración «le tan
monstruosa ley. U.isienos pues la notoria injusti-
cia. Ja notoria ilegalidad y los notorios perjuicios
que originará al pais y especialmente a la fronte-
ra esta que llamaremos contribución por darle al-
gi u nombre para condenarla y protestar contra
ella.
Es ¡«eremos que en e! Senado haya personas de
capacidad y de conciencia que se opongan a la
promulgación del decreto respectivo. Si asi no se
lu.ee. } a veremos cómo se niegan todos a satisfa-
cer esa bárbara exa«*cb»u y caen en aguacero las
protestas Lis solicitudes para eludir el pago
aunque sea a título de notoria pobreza.
Triste tristísimo espectáculo ofrecerá la Re-
pública si llega a «errar las puertas a sus hi-
jos. para abrírselas natía más por veinte pesos.
ACTUALIDADES EXTRANJERAS
A Propósito del Cambio
Trad. del francés para LA PRENSA.
El cambio—esa es la cuestión que
le» preocupa a iodos los franceses.
No hay que repetir que a los fran-
ceses de los Estados Unidos les inte-
resa. con muy ju¿to titulo la situa-
ción financiera de su pais de origen
por Rían núnfero de razones y que.
en consecuencia siguen muy de cer-
ca en lo general las alternativas del
cambio.
En la prensa francesa se recogen
por doquiera opiniones de espec:alis-1
ta.- con la esperanza sin duda de que
aljruno de ellos llegará acaso a indi-
car un remedio para el mal que sufre j
t-i comercio francés. No se encuen-
tra remedio inmediato y hay razón pa
ra filo. Pero entre las opiniones que
han ido emitidas hay algunas dema- j
-:ado interesantes a las que debemos 1
jonsaeraric.- una particular atención: !
tal e.- !a del señor H. W. A. Deter-
.iing. Director de la Sociedad Real)
Holandesa del petróleo quien some-
tió al "Finaicial Times" de Londres
as observaciones -iguicntest
Lo que más ha llamado la atención
en todoí los artículos que he leído a- i
;erea de ia cuestión de los cambios i
rs que la mayor parte de ellos se ha-
le a un ¡ado el elemento más impor- !
.ante del problema. i¡ue es la cues-1
íión del oro. De la misma manera
en mis conversaciones con los hom-
> res de negocios he podido compro- j
l>ar en diversas ocasiones que ja- ¡
ir.á> se ha hecho !a siguiente pregun
ta: En que descansa el valor tiel
<• ro o. as¡ lu preferís porqué des-
empeña el oro e! papel preponderan-
te que !e ha sido designado?". Si se
encontrara de un momento a otro oro
en :tr;¡n cantidad y con pequeños gas-
to; de extracción en un. gran número
de países. es casi seguro que dejaría »
de ocupar la posición en que se Kí ve i
hvy. E: realidad el comercio es un '
sur.p!" cambio «i - productos y cn|
JKítruti".- íiai.-?.-. e¡ trueque «le mercan-
do--. cwntir.^a c*r--«n<Jo en uso si» ia i
intervención de monedas de oro. de |
plata o de cobre.
El oro no es más que una ficha i
ouc sirvo pura arreciar la diferencia j
de valor entre la.- diferentes mercan- J
cías; por consiguiente. porqué no j
servirse de él como se sirve uro de ¡
¡as fichas cuando se juega a la bara- ;
ja? Después de rodo los negocios !
son una especie de deporte en el que j
los hombi-es aguzan su inteligencia
unos contra otros. Pues bien ¿qué ¡
pasaría si en una mesa de juego. j
gracias a su suerte o de algún otro
modo un jugador llegara a ganar
todas las fichas y les dijera en seguí- i
da a -us adversarios: "Si queréis se- i
guir jugando con conmigo tenéis que '
volverme a comprar fichas a un pre- j
ció más elevado que aquel por el
cual las acepté yo al principio?" «•.Ha-
bría un sólo jugador que tuviera sen- i
tido común que continuara ¡a partí- j
da?
".Xo es análoga la situación ac- ¡
tual? Algunos países han ganado :
muy ¡cálmente per otra parte gracias 1
a diversas circunstancias una canti-
dad de ficha- (de oro) desproporcio-
nada. Pero en lugar de trabajar por
el acrecentamiento de su prosperidad
permitiéndoles a los demás que con-
tinúen la partida parecen hacer todo
lo que pueden por parar el juego
rehusándose a separarse de las fi-
chas a menos que sus adversarios ¡es
paguen una prima que va en aumento
constantemente. Y. sin embargo las ¡
circunstancias presentes hacen que !
es;;.- mismas naciones ni tuvieran j
más que probabilidades de ganar en i
¡a continuación de la partida. Si el
comercio mundial debe continuar des :
arrollándose es preciso que esas f> j
chas sean distribuidas de una mane-
ra más ecuitativa; el medio de ¡fcgar
a ello consiste en acordar grande-»
créditos.
He ieido e\ alguno.- periódicos de ;
;s> '¡aciones europeas cuyo cambio j
-;Ui :jí. extraordinariamente «cure- i
ciado q' pueden considerarse como en
bancarrota. No es esa mi opinión por
el momento pero es seguro que si
no logran ponerle un limite a la de-
preciación de su moneda terminarán
por la bancarrota. Y ¿qué es lo que
pasaría entonces? • Las naciones que
tienen en la actualidad todo el oro
sacarían de ello alguna ventaja? Evi-
dentemente que no; su comercio se
paralizaría sus exportaciones cesa-
rían y se encontrarían como Midas
en posesión de todo el oro del mundo
pero en la imposibilidad de vender
los productos de su trabajo.
Acaso se necesite mucho tiempo
para abrirles los ojos a los pueblos
que poseen todo el oro y para hacer-
los salir de lo que llamaré un extra-
ordinario egoísmo. Mientras tanto
el comercio decrece al mismo tiempo j
que se desarrolla por otra paite (y j
no sabría yo insistir demasiado en j
ello) un sentimiento de celo y de a- j
critud que bien pudiera terminar j
cambiándose en hostilidad.
¿Cómo no ven. les pueblos que po- ¡
seen ahora todo el oro del mundo i
que los países cuyo cambio está de-!
preciado como Francia. Alemania.
Austria y Rumania tienen una queja j
común que poco a poco los irá acer- 1
cando y que este sólo hecho los lie- ;
vará. automáticamente a estrechar ¡
sus lipas comerciales? Van a verse !
reducidos a no comerciar sino entre
sí. pues todos tienen mercancías que
vender y tienen necesidad de comprar
otras mercancías y puesto que no
pueden obtener ni créditos ni oro.
tendrán que hacer negocios entre
illas y pagarse en monedas depre-
ciadas
Estoy convencido de que un país !
que continúa aumentando su balance .
deudor ante cuyas naciones cuya mo- ;
r.eda tiene una prima fuerte tendrá !
que arreglar algún día su balance en
ore. Por consecuencia. !a continua- |
ción de la.- relaciones comerciales |
Daraudo semejantes primas trae con- j
ASUNTOS DEL DIA
Los señores Diputados al Uongre- J
so General Mexicano dando una
prueba de energía de constancia de
! firmeza en sus principios y en sus
j propósitos que acredita por lo me-
1 nos su legitimo abolengo indígena
; en cuanto a la virtud de la testaru-
• dez aborgen.
No se crea que vamos a fundar
i nuestra aseveración anterior en no-
i ticia sensacional sobre la persisten-
¡ cia de las Cámaras a pesar de la o-
posición del ejecutivo sobre cual-
quier asunto de vital interés nacio-
nal que vamos a referirnos a sacri-
ficios y esfuerzos extraordinarios
hechos por los señores diputados en
bien del pueblo; se trata de algo dis-
tinto pero que muestra una volun-
! tad de hierro y una tozudez arago- .
nesa o azteca.
Hace mucho tiempo que los padres
de la patria desubrieron que los
1 seiscientos pesos mensuales que per- j
¡ ciben del erario público en calidad
¡ de dietas y gastos de representación.
: les eran insuficientes es decir los
obligaban a verdaderas dietas y les
j vedaban toda decorosa representa-
| ción ¡
Los legisladores de un país como '
el nuestro que tiene por el orbe
entero fama de rico; los represen-
tantes de un pueblo que tiene fama
añeja de "apaleador" de millones no
está bien que anden por la calle sin
un azteca en e! bolsillo ni que pasen
apuros para pagar al sastre ni se
vean en las congojas de un lanza-
miento.
La patria debe velar por la salud
espiritual de los que la defienden
con las armas de I.t ley de los que
representan a su pueblo heroico de
los que dictan las ¡sabias rsedidas de
sipo el empobrecimiento de las pene- ¡
raciones futuras. En estas condicio- i
nes me parece justo que aquellos \
que quieran absolutamente continuar
haciendo sus compras en los paises
que poseen el oro sean obligados a
pagar una multa representada por la
diferencia entre e! curso de! cambio
el día en que importen su mercancía
y el curso normal de su moneda. Es-
ta multa no puede menos que llevar-
los a desarrollar su comercio con los
países de cambio depreciado y a cons-
tituir. de esta manera un sólido blo-
que de los pueblos que tratan más y
más de escapar al yugo dr las na-
ciones que quisieran establecer una
especie de comercialismo prusiano so-
bre el resto del mundo.
Acaso estoy dándole a mi pensa-
miento una forma un tanto brutal
pero estoy convencido de que es tiem
po ya de obrar y de obrar apri-a. Síi
embargo no espero lo confieso ver
que se lleve a cabo gran cosa en la
hora actual pues la mayor parte de
los estadistas de lodos los paísc.- se
hallan mejor dispuestos para las ma-
nifestaciones de una rara elocuencia
que para pasar a los actos. La plaga
que sufre actualmente el mundo e.- la
de que hay muy pocos estadistas que
tengan la audacia di- obrar tan gran-
de es e! temor que experimentan de
desagradar a -u> electores. No se
dan cuenta de que de esta manera
se muestran los peores enemigos de
esos mismos lectores puesto que
son estos últimos ¡os que sufrirán
las consecuencias de su debilidad. En
los momentos actuales no se osa ha-
cer nada que pueda ir contra la opi-
nión popular y nadie se pregunta si
la opinión popular es capaz de juz-
gar !o que es bueno para la nación.
justicia que ponen a los hombres al
amparo de los abusos del poder; y
la forma en que la patria debe acu-
dir a curar esta preocupación de los
legisladores es muy sencilla: pagar-
les cinco pesos mas todos los días.
Esto se dijeron los diputados y
en el nombre de la patria se aumen-
taron los emolumentos. Pero quiso el
diablo—es decir quiso Luis Cabre-
ra—que Don Vcnustiano juzgase que
los diputados vivían perfectamente
bien con los seiscientos de marras
y que no aprobara el aumento
Los diputados se vengaron reti-
rándole a Don Vcnustiano el uso de
las facultades extraordinarias. Don
Vcnustiano se conformó. Pero los
diputados no se conformaron: las
últimas noticias de México aseguran
que los representantes del pueblo si-
guen con la preocupación de sus
cinco pesos y que están viendo la
forma ríe conseguirlos.
Hay mil asuntos pendientes ele-
mentos varios agravan uno y otro
día la situación del país; no importa:
los diputados están estudiando la ma-
nera de cobrar sus cinco pesos.
Don Luis les acaba de hacer otra
mala jugada—cobrarles en junto los
viejos "picos" con la Tesorería de la j
Cámara. Ellos se van a vengar de ¡
Don Luis decretándose otra vez el I
aumento de los cinco pesos.
"Y si Don Vcnustiano se niega de-j
pondrán a Don Vcnustiano y en paz. I
Todo por cinco pesos.
Los últimos meses han sido de .
continuo ajetreo para la justicia me- j
tropolitana.
De cada mes los jurados han es- !
tado abiertos dos semanas medio
abiertos una y completamente cerra- ¡
dos otra. Los jueces han tenido va- j
caciones forzozas los abogados han :
puesto el grito en los cielos y los f
clientes han puesto el grito en los j
abogados.
Ha habido día en el que no se ha i
encontrado un juzgado abierto para j
ir a exponer una queja. i
Es que se dijo el poder judicial
anda muy mal como todo y estamos
poniendo manos a la obra de arre-
glarlo todo de una manara definiti-
va: una nueva organización judicial
en la que se desechen todas las ru-
tinas en la que r.e ponga al pueblo
a cubierto de todas las injusticias
que permita la tramitación oportuna
y expedita de los procesos; nuevos
jueces nuevos procuradores nuevos
Agentes del Ministerio Público.
La nueva organización judicial ha
quedado completa los juzgados se
han abierto de nuevo. . . .y lo prime-
ro en que se ha pensado es en ce-
ra r I o s otra vez por la sencilla razón
de que un respetable por ciento de
los jueces nombrados no tienen la i
edad necesaria para el alto encargo
o no son abogados í
Pedro RECIO.
ESTA SEÑORA ENCONTRO
ALIVIO
La? personas que sufran dolores «le
espalda reumáticos articulaciones
adoloridas e hinchadas tirantez de
los músculos etc.. se alegrarán al
saber como una señor logró alivio cíe
sus enfermedades <!e los ríñones y
de la vejiga. Mrs. G. Hyde de Hom-
estead Mich.. escribe; "Sufri mucho
a causa de debilidad de los ríñones
y durante los últimos diez años pa-
decí fuertes dolores de espalda y de-
caimiento que me impedía desempe-
ñar mi trabajo de casa. "Foley Kid-
ney Pilis"' han hecho que me sienta
como una nueva persona." (Adv)
J¡¡ CUANDO EL CEREBRO SE AGOTA
- ■ es señal que se ha perdido el equilibrio nervioso y
la naturaleza está débil
Ü EL CORDIAL de CEREBRINA
del DR. ULR1CI (New York)
lia probado en los casos más difíciles ser de
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 6, No. 1737, Ed. 1 Thursday, November 13, 1919, newspaper, November 13, 1919; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1068689/m1/3/?q=%22%22~1: accessed July 17, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .