La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 7, No. 1933, Ed. 1 Friday, July 23, 1920 Page: 3 of 8
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ACTUALIDADES EXTRANJERAS [
La Embajada de Francia en Berlín
Los Predecesores del Señor Laurent
a Partir de 1871.
Trad. del francés para LA PRENSA.
Hace algruncs días nombró Francia
a! señor Laurent como su Embajador
en Berlín. Con este motivo dice Err.esí
Daudet. resulta interesante recor
rar ¡os aombr?s de los diplomáticos q*
durantt» cuaxf-nta y cinco años ocupa
ion la Embajada de Francia en Berlír
y cuya misión constituyó el fardo
más doloroso
Tal misión le toe* primero con el
carácter de Encardado de Negocios al
joven Marqués de Gabrlac. y después
sucesivamente con el de Embajador
el Vizconde de Gontaut-Biorn. al conde
rir Saint-Vailler.. al Barón de Courcel.
al señor Jules Herbette. al Marqués
de Noailles. a! señor Bihourd y al señor
Jul^s Cambon. Estos nombres en
su mayoría evocan recuerdos conmo\
edores.
Aper.as se había hecho careno de su
puesto Gabriac cuando adivinó que vu
se sospechaba que Francia estuviera
preparando el desquite. Ta! sospecha
se le expresó en varias ocasiones en
término» amenazadores. ñor el anciano
Ocnde de Bulow. que era entonces
Subsecretario de Estado de Relaciones
Exteriores.
A pesar de ru Juventud el Encarca
rto de Negocios obró con una notable
inteligencia en los procedimientos de '
vju€ hizo uso cerca de él. y fué tai su 1
actitud que ella había de valerle mlá
tarde el se: ncmbrf.dc Embajador de
Francia en ci Vaticano. Dejó un volumen
de recuerdos en el que ae pueden
seguir día r< día las dificultades con- ¡
tra las que tuvo que luchar durante su
permanencia er Berlín.
Fronto terminó su misión. El Conde
de Arním fué nombrado Embajador
de Alemania en París y Thiers envió
con el mismo carácter a Alemania a
ese encantado! Vizconde de Gor.taut
cuya imagen quedo grabada en todos
aquellos que lo conocieron. Después de
haberlo acogiao favorablemente. Bismarek
comenzó repentinamente a tratarlo
como enemigo Gontaut era "persona
grata" a la Corle de Uerlín: e!
anciano Guillermo y la Emperatriz
Augusta le i-refesaban una estimeión
particular. Veía a los soberanos en
li intimidid y eso era lo que el Canciller
no le perdonaba sobre todo cuan
do el vigilante Embajador en 1S73. es
; atravesó en sus proyectos agresivos
contra nuestro país.
¡ Un poco después fué llamado Gontaut
i y *e !e dió a Saint- Villier como suce- j
• sor. Con ésie cambió de procedicientos
1 ■-! poderoso dictador; se esforzó por
j '.leñarlo de mimos y le predijo que sus
I r^iacton-ís serían francas y cordiales
Ien alto grado: "Va a ser la edad de |
oro" hacía observar en tono de burla ;
LECTURAS POPULARES
— oo
Le Retórica o el A ríe de Hablar
— n
r
Un estimable subscriptor de LA
PRENSA se ha dirigido a la sección
Oe Consultas solicitando se le den algu
nas nocior.es dí- retorica ya en dicha
sección o hif-n en las "Lecturas Populares".
Fara satisfacer los deseos de dicho
subscriptor comenzamos diciendo que
la retórica es ej arte da hablar con pro
piedad y elegancia de manera de con
vi t.ccr a los que nos oyen. Se diferencia
rúes de la Gramática porque 0sta
sólo enseña a hablar y a escribir correctamente
sin preocuparse de la belleza
df la expresión de los adornos
del lensuage. de las figuras y otros artificios
que el que habla o escribe tiene
que emplear para convencer o deleitar
simplemente a sus lectores u oyentes.
La retórica pues trata de la composición.
que es el arte de expresar
•as ideas por medio de la palabra habla
<'a o escrita de manera que estén exl-uestaa
¿n órden lógico y en estilo |
apropiado para producir el convencimiento
en les que leen u oyen.
Varios retóricos enseban que la com
posición consta de tres partes a saber:
Invención clasificación y estilo. La
primera se refiere a la idea que se ha
de expresar esto es a encontrar la
Idea rr.Js adecuada para el fin que nos
proponemos La clasificac'ón consiste
en colocar las ideas en oj-den lógico:
y por fin. el estilo tiene por objeto
t-xpresar esas ideas en la forma mis
. or.venler.te.
Cada composición debe tener estos re
ouisitos indispensables: Unidad varié
dad. verdad proporción de todo lo
:-ual resulta la belleza literaria de la
composición
La unidvt consiste en dirigir todas
Tas partas de la composición hacia un
mismo fin. para lo cual todas las ideas
accesorias deben proceder de la idea
Trlncipal que anima ¡a composición de
manera de t-'rmnr con dicha idea prin
«■.nal un conjunto perfecto. Por ejem
pie. el qu-% üata de hacer una composición
desentiendo ia snlida del sol en
Ur día primaveral. debe hacer que to
ias las idt-aj que desarrollo en la ocm
posición Dari.tr. de dicha idea y tier.:¡.r.
a presentar toda la belleza y pom-
pa del astro de! día al aparecer en el
oriente baf.aod noenyn cnosuLolt eta
oriente bañando con su luz la creaeión
entei a.
Queda dicho con esto que la unidad
requiere que las ideas est¿n de tal j
manera rcaicionadas que el paso de
una a otra sea natural y casi imperceptible.
La varié latí consiste en cuanto a!
las ideas secundarias que sirven de
adorno y para dar más expresión y
fuerza a la idea principal de manera
oue no so opcne a la unidad sino j
que la hace brillar mis porque Introdu ■
ce hechos incidentes episodios que
ton oportunf¿3 algunas reflexiones que
aoben ser pocos y apropiados a veces j
<-on oportunas algunas reflexiones
con la condición de que sean
cortas naturales y de efecto.
En el ejemplo que hemos puesto a la :
s?lida del sol. 1a variedad puede alear
r.arse describiendo la marcha de los !
trabajadores hacia el campo las es- i
pirales de humo que se levantan de j
las chozas de los campesinos preparar. 1
de el rústico desayuno etc.
La verdad puede ser absoluta o re- ;
lativa. la primera es propia de obras i
I científicas do la historia la segunda i
j propia df las obras literarias.
I'or ejemplo: ei So! sale por el orier. '
' te. Esta es una verdad absoluta. Al j
¡^aür el sol la naturaleza despierta \
: y entona un himno al Creador" esta
es una verdad relativa puesto qu6
si no es verdad _ en lo absoluto ya
que la naturaleza no despierta si es
verdad en cuanto que parece uu? la
creación toda sale en esos momentos
del sueño «I». la noche.
La proporción consiste en el desarro
lio de las ideas según la importancia
de cada una de manera que el de las
ideas secundarias no ocupe tal extensión
que haga olvidar la idea principal.
En otra ocasión continuaremos hablando
de este asunto.
..EFEMERIDES MEXICANAS
Juárez Santa Anna y González Ortega
JO
'I
25 DE JUUO DE lS«5á.—En este día
el Gabinete d* Washington decidió reconoctr
a don Benito Julrez como
Presidenta legal de la República.mexi
cana y aya liarle con toda clase de
auxilios para derribar al imperio.
Sucedió que a fine? del año anterior
en que espiraba el periodo presidenc.al
de don Benito Juárez. el general
don Jes da González Ortega que habla
Oefendid:> a Puebla ca 1S53 y que era
presidente d« le Suprema Corte de Jus_
ticia. 54 dirigió de los Estados Unidos r.
¡a República mexicana a tomar posesión
del puesto de Presidente de 3-i
l.epública en virtud del precepto :"irs
tituciona! ^uo ordenaba que el d'a prl
mero ie> l-ic.embre tomarla posesión
iie dicho cai go el ciudadano "que para
41 hubies? -resultado electo o en ?a
defecto el Presidente d© U Suprema
Corte de Justicia mientras se presenta
ta el electo o se hacían elecciones si
por cuaiquitr motivo no se hablan
\»rtflcado
Apoyado en tal precepto González Ortega
se icercó a la frontera con el
objeto de exisir a Juárez la enttega
dtl mande. rero don Benito que r.o
testaba d*rpucsto a retirarse del po*ler
^.rreg'A cosas de tal manera
tui el pres dent* González Ortega fué
aprehendide por las autoridades d> l«-s
Kstados T nidos que poco después lo
pusieron en bbertad pero previniéndole
que no pasara a territorio mes:
cano.
González Ortega <*e vio as* obligado
a permanecer en los EV'-tadoa Unidos
aunque aquí siguieron *us partida-Ioj
trabajando activamente para que el
gobierno americano lo reconociera co
Me presidente legitimo de México.
Don Gii'lWmo Prieto que era ministro
de Joúrez en Paso dei Norte
y otro* cono:ad->s ;ihe-a:es ae separaron
de don Beni "» Juárez en cuanf» se negó
r entregar el poder cre\ enil.i qt-.e
♦a a negatHa equivalía a un golpe de
<.
Kst ado.
Santa Ann.i que como .'«<nio.-> l.cho
en orras «£ 'tiiéridee. s* hallaba on los
litados U* :.'os y habla ví'fi'n si.*
servict03 a .lu-irez ta^a combatí'* el
Imperio. aunque antea tos hibK ofrecí
•1o tambiC-u a Maximiliano. indignado
j.or la negat¡ra que recibid del gobierno
de JuArez que le echfi %n
cara su falta de patriotismo y deseoso
do figura •• en primer término entre >
los que combatían al Imperio y de j
sobreponerle c Juárez y a González ¡
Ortega ac*iV¿> más sus trabajos para ¡
alcanzar <!••! gobiem0 de Washington •
cus le proporcionase auxilios para j
derribar ?l treno de Maximiliano. Con ¡
este fin conferencio con Seward. pero
sír. conseguir su objeto.
Habla putt er. Washington tres jefes
mexicanos que solicitaban su ayuda
ontra el Imperio: Juárez representado
por su ministro don Matías Romero
González Ortega y Santa Anna por lo
que la comisiOr. de Negocios Extranje
ri»s de "a Cámara de Diputados amerlca
na presentí cinco proyectos diferentes.
En el cuarto aconsejaba que se descon
fiara de Santa Ar.na y se le abandona
ra a su suerte por haber traicionado en
otro tiempo a ios Estados Unidos.
Otro prt>yocto proponía que se "^conociera
a González Orteca como prest
dente legítimo señalado por la constitución.
y quo se aprobase el empréstito
de velnto millones de dolares tomando
como hipoteca Sonora. Chihuahua
y la Tía Ja California viniendo a
quedar la inversión de esos fondos
arbitrio d--l expresado Ortega quien
en su calldau de presidente de México
garantizaría el reembolso si »e aceptcbtv
la solución.
Después de alguna discusión prevalecí
O el qjlnto proyecto que consistía
en seguir reconociendo a don Benito
Juárez y tn prestar a ésto bajo eu pa
labra veln'e millones de pesos para
lc« gastos de guerra contra el Imperio.
¿aint- Vallier.
Después de algunos años de unas
relaciones en las que no hubo el menor
tropiezo el Embajador renunció no
queriendo servir a las órdenes del Minls
terio Gambetta. El Barón de Courcel
entró en escena pero siguiendo una
táctica opuesta a -a sU predecesor
dejó traslucir que no se prestaría a
las adulaciones de que fué objeto
S&int-ValUer. La misión del Courcel
c;ue he descrito lo mismo que he descrito
la de su predecesor marca la re
sistencia di Francia a las proposiciones
bismarcklar.ae.. que tienen por objeto"
obtener de nuestro gobierno que conspl
re con Alemania para destruir el poder
naval de Inglatera e impedir la
alianza franco-rusa.
En ese estado se hallaba la situación
cuando habiendo presentado su dimisión
el Embajador fué reemplazado
por Jules xíerbette. En aquel momento
se habla comprobado que el Emperador
Guillermo no quería a ningún precio
permitir que se preparara una nueva
guerra: 3a avanzada edad el temor
úe perder las milagrosas ventajas que
les debía a sus victorias sobre Austria
y sobre Francia y sobre todo 1a influen
cía de su mujer lo hacían irreductible
tn este punto. Biamarck había llegado
a ltt convicción de que todos sus esfuerzos
para alterar la paz se romperían
ante la voluntad de su soberano.
Ji:les Herbvtte se aprovechó de esta
situación y ?ui: relaciones con el Can- J
citler se vieron en un principio libres |
d~ nubes. Pero repentinamente estalló
ti lamoso asunto Sehnoebele desencadenando
i-is intrig-as y las maquinaciones
de Hebert d.? Bismarck. a. quien
le confió su padre la dirección de
os servicios de la Wilhelmstrasse.
Felizmente para Francia el Joven Mi !
nlstro alemftn encontró en Jules Her- 1
bette un temible adversario que en-
í-eñó los dientes con una significativa ¡
energía y obligó al Gabinete de Berlín i
a declararse vencido.
Es notable iilíi este memorable incidente
no lo hubiera disgustado con el
Canciller: cordialidad de sus relacio
nc3 r i se alteró. Tuvo la prueba da
ello cuando después de la muerte de
Guillermo 1 y del reinado efímero de
Federico III. Guillermo II concibió el
proyecto de convocar a una conferencia
internacional en Berlín con el objeto !
de mejorar' "la situación de lo.« trabaja j
dores". Para un hombre como Bis- j
niarek. .i cuyos ojos la clase obrera
1 >l>ía sido «iempre materia despreciable
; ob¡igad(l a prestar servicios al antojo
suyo. ' I proyecto del joven monar
ca no era otra cosa que un acto extravagante.
por lo tanto recurrió a toi'os
los medios para impedir su realización.
Primero comenzó por medio
•le los mi.i apremiantes consejos que
ie dió al Emperador; pero tenía que
h&bérceiaá con un individuo mAs ca
I richudo que 61 y fueron rechazados
sus conselos. Desde aquel momento se
convirtió en adversarlo d-? su amo y se
pudo ver • # extraordinario espectáculo
de un Ministre que se esforzaba en
interesar-a lor gobiernos extranjeros
tn la cai'sa que él defendía y en
incitarlos a que se rehusaran a ocncu
:rir a la conferencia obrera.
Lna mañana de manera imprevista '
■e presentó en la Embajada de Fran- 1
cía y. cuando Jules Herbette. lleno do
estupefacción ante aquella v:9lta ines
perada le preguntó cu&l era e! objeto
Ce ella. Bismarck se le confesó todo
sm rodeos:
"Mi Emperador está a punto de co- !
meter un acto de locura; vengo a ro- ¡
?arle a usted Que obtenga de su ro I
bierr.o que se abstenga de participar
en ella". Pero pronto se asustó de su ¡
propia audacia; volvió a la Embajada
algunos días después a retirar su precedente
petición.
Los Informes del señor Jules Her- ;
bette acerca do estos incidentes que
pude consultar hace algunos años son
de un palpitante Interés y hacen com
prender cómo y porqué el Canciller
conservó de estas circunstancias un
recuerdo muy simpático de Jules Herbette.
Este lo tenía asegurado por me
dio del secreto. En 1S96 cuando el i
ex-dictador no era m&s que un ex;lia
do. Juies Herbette cuya Embajada
daba fin. le anunció que habla sido lia
mado en términos que delataban su
compasión hacía un hombre a quien
nosotros I03 franceses teníamos el j
derecho de maldecir j ero que había |
sido el artU'icc de la unidad alemana :
y era la víctima de la ingratitud su- !
Llevante de Guillermo II. He .aquí la
! espuesta que recibió de Friedrichsruhe:
"Mi querido Embajador le agrades
co de todo corazón las buenas palabras
que ha dirigido usted lamentando
muy sinceramente la causa que mo
tiva su comunicación. Por más que
ya no tengo parte en los trabajos
en que participé durante los años en
que- tuva el honor de ser su colaborador.
haür'd. deseado—en bien de las
relaciones que Juntos hemos cultivado
—que la representación de nuestra po
derosa vecina quedara en manos fíe
un diplomático cuyas cualidades de
corazón y de espíritu hemos apreciado
durante varios años. Sírvase usted
aceptar mi querido Embajador !a muy
alta consideración con que tengo el
honor de ser de Su Excelencia un
muy humilde servidor.—Von Bismarck.
Después de Juies Herbette fué el •
Marqués <V Xoallies quien fué nom- i
brndo-en Berlín en seguida el señor ¡
Bihourd cuyos informes no se pueden j
leer sin udmirar la lucidez con que
señaló las intenciones bélicas Mel partido
militar alemán. A su sucesor el
señor Jule3 Cambon el tocó la pesada
ta rea de hacerlos estallar a la vista
del mundo con la prueba do que Fran
cía hizo cua'nto pudo para conjura» ¡
la guerra y do que r.o fué responsable
do olla. Se necesitaría un grueso volu- j
mar. para narrar la historia de su ¡
conmovedora Embajada.
Erno«t DAUDET.
BEATTY"AÚTÓlLiyERY
Unico servicio de carros Sedan en
la ciudad. Chauífere que hablan español.
Cuota. $2.50 oor hora.
Teléfonot Cr. 212 y Cr. 53. >
Los Mexicanos en los Estados Unidos
Revelaciones Asombrosas
Según 'The Literary Digest". revista
seria y bien informada han ingresado
en esta nación desde la última
."Cavidad para *1 Estado de Texas
solamente más de cien mil mexicanos
que se han consagrado a trabajar
las tierras; y un número igual
para California» Arizona y Nuevo
México. "So existen datos acerca de
esta extraña invasión—escribe la Revista—en
las oficinas del Departamento
de Inmigración de log Estados
Unidos porque los recién venidos no
lo han hecho por las puerta* oficiales".
Fara evitar molestias contratiempos
y pagos sepan parece nuestros
compatriotas prefieren cruzar el
Rio Bravo por cualquier punto a!
costo de un peso oro americano segúr.
tarifa de los que a esa industria
se dedican. Esto so debe a que se halla
reducida la vigilancia de la frontera
y a la S-yuda que los rancheaos
americanos prestan a los trabajadores
que de¡ otro lado de! rio se presentan.
La invasión de que se habla y que
este afío alcanzó un límite sin precedente.
no es cosa nueva sino una simple
aceleración de la constante corriente
de mexicanos hacia: el Xorte
iniciada desde la caída de M'idero.
So estima—apunta el "Digest"—que
en ese tiempo han entrado en Estados
Unidos mis de quinientos mi! mexicanos
Debido a tar. crecida inmigración do
eIementos sanos y vigorosos de trabajo.
los campos de Texas. Arizona
Xuevo México. California y otros Fstados
de la Unión han florecido y dado
rendimientos fabulosos. Texas
que no ofrecía las mejores perspectivas
por la escasez de brazos sohreps.só
ti Ultimo afio a Estado» que.
como lowa Kansns e Indiana iban a
la cabeza en producción agrícola y
es e>l único cuyas cosechas se calculan
en más de un billón de dólares.
Para la California del Sur. el trabalador
mexicano ha sido ur. potente
factor mediante el cual Ios vegetales
y frutas do la reglón han alcanzado
el mercado nacional.
El autor de! artículo que t"ngo a
la vista dice que. por los cambios de
orientación producidos a consecuencia
de la guerra europea la población rural
se redujo notablemente ni treinta
por ciento del total: y que °on les
mexicanos quienes vinieron a salvaY* a
la agricultura de los peligros que la
amenazaban por la firme corriente de
los habitante; Jóvenes de los ranchos j
hacía la ciudad en busca de mejoren ¡
suflaric en las íftbricas y de más co-;
modidades para la vida.
En la proouccl'n de granos solamente
Texas s<? cclocd en tercer lucir entre
los Estados americanos con una1
producción de 2í*2.SOO.OOO busbcls. En ¡
tanto que 'evantó al mismo tiempo
2.7v'0.000 pacas «e algodón o sea mfi.s!
de un quinto de la producción entera ¡
del país.
-\i preguntársele soore 01 particular
a John E. Carrington. Secretario
Direct1:»»' de ¡:t Cámara de Comercio
de San Antonio. Texas dijo enfáticamente
"So podríamos hacerlo si no
tuviéramos el trabajo. Sí «¡eñor dependemos
de ¡o:: trabajadores mexicanos
y lo sabemos. El trabajo mexicano
e«tá ayudando rápidamente el
desarrollo del Estado".
Los trabajadores mexicanos van
penetran lo ts*nblén en las otras secciones
del país. Se les encuentra trabajando
en lo»- ferrocarriles en .'arios
de los Estados medios del Oeste y el
Colorado y M-chigan los que cultivan
•a remolacha para la fabricación del
azf.car los emplean e^ eran nilmero.
T.os anteriores datos son profundamente
desconosoladores y graves por
cnanto a ¡os intereses de México se
refiere: y reclaman no sólo la -tenelín
Ilustrada y patriótica de la prensa de
uno y otro lado de- la frontera sino la
más eficaz y decisiva acción de nuestros
poblemos para detener el mal y
corregirle de raíz inmediatamente.
La corriente inmicratoria de mexicanos
debe detenerse a cualquier precio.
porque es como una mortal sangría
a nuestro organismo nacional
porque es una derivación de íuerza y
«nerglas que redunda en descrédito y
daño de la Patria postrada y empobrecida.
Pero no bosta1:-i a con poner trabas
a la salida de los miles de trabajadores
anualmente abandon;m nuestros
campos improductivos para venir
a desarrollar la riqueza de estu nación
maravillosa. Disposiciones que
ónlowmente tuvieran ese objeto serían
absurdas y censurables antieconómi•as
y crueles' servirían tan sólo para
empeorar ial suerte de nuestros compatriotas
y reducirlos a la miseria más
absoluta.
El problema es complicadísimo de I
suyo y pide un estudio profunao de
¡aR caucas y mucha inteligencia y
buena voluntad* para resolverle atina»
damente.
¿Por qué emigran los trabajadores
mexicanos'' Esta es la primera nre
írtinta que se ocurre.
¿Qué ventajas obtienen fuera de su
propio país'
Existe e¡ peligro de que tan valiosos
factores del progreso materia! de nuestra
Patria se pierdan para ella'
Por cuales medicó se lograrla impedir
que el éxodo continuara de manera
tar. aladrmante?
Contestadas estas interrosraciones el
problema estaría planteado en sus
principales lineamientos y resuelto por
de contado.
Entre las causas que empujan al
peón mejicano fuera de tus lares se
cuentan principalmente: la política la
económica y ¡a aventurera. La oolíti- i
ca. vagamente comprendida por la ne- I
ros i dad de garantías y seguridades pa- ¡
ra el trabajo. Es decir los campeslnoe
huyen del territorio nacional al verse
amenas?dos.perseguidos y arruinados
por la guerra civil y el desorden
endémico quo son característicos entro
nosoti r>6.. La' política puesta de
relieve en e>l mal gobierno y en la
ineptitud y criminal indiferencia de
nuestros hombres públicos por cuanto
afecta al presente y al porvenir de la
Patria.
Como causa económica debe señalarse
lo bajo del salario lo atrasado
de nuestros métodos agrícolas y la fal- ¡
ta de vías de comunicación principalmente.
El peón mexicano sabe que a-.
quj puede ganar tres o cuatro veces
el jornal que ee le paga* en México; y
eso basta para que sin vacilaciones
traspase la frontera.
No es ajeno al fuerte contingente
de inmlgración.el espíritu aventurero
de la raza-. Son los trabajadores descendiente
no muy remotos de las tribus
Indígenas que bajaron del Norte
a poblar nuestra Repübllcat; y aunque
ignorantes llevan en la sangre
como herencia. la inquietud y el afán
de trasladarse de unos a otros lustres.
Que los inmigrantes obtienen per
lo genera! grandes ventajas aquí en
el extranjero es Indudable. Ellos ira
bajan ruda y duramente bajo un sol
quemante teniendo que ir d un
c-xtremo a otro de vastas regiones y
aun del país para asegurar trabalo.
Pero luego se nota el cambio en h. •
costumbres y en los hábitos como
imposición del del medio: se visten'
mejor adquieren comodidades viven!
con más higiene se sustraen a la em
briaguez y al vicio en notable propor'
ción rodean de cierto decoro a sus'
mujeres e hijos se pulen y civilizan
en grado visible ahorran y llegan a
apreciar ¡o bastante los beneficios de
!a paz y el orden.
Y precisamente por contraste en
estas ventajas obtenidas y en los me
dios que los agricultores de Estados
Unldos emplean puta atraerse al peón
mexicano radican los peligros de que i
."o quiera volver a la tierra natal y
de que tras de varios aflos se establezca
d¿. modo permanente aquí o
venga periódicamente a buscar trabajo.
"The Literary Digest" revela que el
agricultor americano para asegurarse
el contingente de trabajo está em
X>ezando a dar nart-icip&Kíión a los
inmigrante.1" de Allende e¡ iiravo en
la tierra y en los productos con éxi
to notable. Y además se busca • la
misma acción oficial para la obra' de
americanización de estos elementos
tan ütiies a la que no es ajena la
iniciativa privada! y en la que la pro
oaganda protestante tiene un consi
derabie empleo. En una palabra: se
trata por todos los medios de desmexicanirar
a loe trabajadores a fin
<le que no deseen volver a la Patria
ni vayan a dejar allá el sudor de sus
rostros para fecundar el sueio.
Como se ve el problema es vital y
demanda resolverse con amplitud y
firmeza con decisión y noble patrio
tlsmo.
¿Cómo conseguir que esos quinien
tos mil trabajadores mexicanos y sus
familias que han hecho y siguen ha
ciendo que la agricultura del sur de
los Estados Unidos alcance tan colosal
desarrollo y produzca tan enorme
riqueza beneficiando a su propia
patria' beneficiándose a sí mismos
primero "
¿ F'or que metilos racionales y prác
ticos detentr esa corriente fatal que
seri la savia de nuestra riqueza. Inteligente
y patrióticamente aprovecha
da?
En México tenemos tierras y brazos
desde luego er.tos que vienertt a
•iar tan asombroso desarrollo a la
agricultura de los Estados unidos a
sus ferrocarriles minas etc. ¿Qué
falta para que allá se produzca el mi
lafcro que aquí arusa la estadística?...
¡Malditos resultados los de una re
volnción que ostentando algo bueno
en el fondo so malogró por la ignorancia
perversidad y «goismo de sus
caudillos hasta producir fruto* como
el do la despoblación ¿e México!
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 7, No. 1933, Ed. 1 Friday, July 23, 1920, newspaper, July 23, 1920; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1068854/m1/3/?q=%22%22~1: accessed July 11, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .