La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 169, Ed. 1 Thursday, August 3, 1922 Page: 3 of 8
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SR. IGNACIO E. LOZANO.
120 N. SANTA ROSA AVE. — SAN* ANTONIO TEXAS.
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! residencia deben darnos tanto Is I
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j a fin de anotar propiamente j
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I | >*~·ν * I *··»». > I I ■ & I
J UL.UUIN L=UI I UWIAL
Un hello rasgo del Gobernador de Queretaro
ΓΟΓ ll^SL'rucia csianws aniMUUiuiauw «*
muy a menudo so falsee la verdad en declara-
ciones oficiales. Quien ha batido el record en
esta clase de actividades poco honorables ha
sido el Gobernador de Yucatán. Felipe Carri-
llo Puerto. Si un terceto de rufianes perteni-
cientes a la Policía intenta asesinar al viril
periodista Carlos Mcnéndez l*i rector de '"1.a
Revista de Yucatan" el Sr. Gobernador declara
urbi et orbi que no hubo tal asalto: si los fe
roces agraristas asesinan impíamente a vecinos
pacíficos del infeliz Estado yuca teco su Exce-
lencia Carrillo Puerto afirma en telegramas
dirigidos al si-ñor Ministro de Gobernación que
todo lia sido fantasia «le les "'reaccionarios"
enemigos furibundos d«*l pueblo....·.
Cosa parecida pudiera decirse del Got>er-
nador revolucionario lia fuel Nieto quien fal-
se»» lamentablemente la verdad sobre los acon-
tecimientos registrados en territorio potosino
con motivo de la intromisión a una de las Igle-
sias católicas de un grupo de socialistas. Con
tras ta con esa actitud desesperante la obser-
vada por « i señor Gobernador del Estado de
Querétaro. Lic. .losé María Truchuelo al re-
ferirse a Jos sucesos perpetrados en el inte-
rior de la Fábrica "Hércules" en los que un
grupo de obreros sindicalizados linchó con re-
finada crueldad al líder católico Anastasio
Pon ce.
Nada ha importado al Gobernador de Que-
rela ro. echarse encima la maia voluntad de
los obreros indisciplinados que se han man-
chado las manos con sangre inocente; por lo»
fueros de la verdad ha venido a luchar el Go-
bernador qnerezano; τ en telegramas dirigidos
a la prensa de la capital ha puesto las cosas
en su lugar con un valor y una honradez que
lo enaltecen. l.»ice el Gobernador de Queréta-
ro: "Los sangrientos sucesos de '"Hércules"'
fueron provocados por agitadores y miembros
del Sindicato quienes dispararon sobre Ponce
|>or la espalda cr. momentos que recogía la co-
rrespondencia como Agente Postal que era.
Ponce gravemente herido se refugió en el inte-
rior de la Fábrica; los obreros azuzados pene-
traron al establecimiento rompiendo puertas y
vidrieras y agrediendo nuevamente» a Ponce
con anuas de fuego palos y piedras hasta de-
jarlo en estado agónico. En la confusión ori-
ginada por los tremendos crímenes de antema-
no preparados los obreros sindicalizados. die-
ron muerte a dos de sus compañeros al dispa-
rar sobre Ponce resultando además cuatro he-
ridos".
Cae por su ú.*se la mentirosa leyenda pre-
parada por los obreros sindicalizados de la
intromisión absurda «le Ponce en el salón don-
de aquellos eelebmban sus sesiones: resulta
pueril ante las declaraciones del Gobernador
esa suicida ac*itud achacada a Ponce al agre-
dir él solo a los sindicalizados haciendo tres
victimas. La responsabilidad «leí linchamien-
to. que viene a constituir una de las primeras
demostraciones de que hemos imitado lo ma-
lo que tienen las masas de este pais. >in tomar
jamás lo muchísimo bueno que ¡«oseen como
¡vi cjcmjuu íu «uw-'i .11 iüumjv ¿ ·*ι
la ley Ια responsabilidad de ese horrible lin-
chamiento decimos cae por completo sobre nn
gruño de obreros de trabajadores sindical iza-
dos que sor instrumento fácil en manos de lí-
deres malvados que ar-astran hasta las tene-
brosas simas del crimen a los iucotsseientcs
que se dejan sugestionar por las predicas anár-
quicas.
.Nadie sabe hasta qué extremos llegará el
raovimicuto bolsheviki que con tanta frecuen-
cia empurpura "ti sangre el territorio nacional.
En los dos años incompletos que lleva en el po-
der la administración obrc-gonístju desde que
se comprobó la debilidad gubernamental para
reprimir tales excesos crecen éstos en inten-
sidad vuelve η se más provocativos los líderes
la bandera roji-negra flota como el estandarte
de la rebelión contra el mismo gobierno que an-
tes fuera inconsciente protector del bolshevis-
mo. Morelia. «inadalajara Veracruz. y ahora
Querétaro. marcan diversas etapas del avan-
ce de este movimiento demoledor que ha snmi-
do a la sociedad mexicana en una justificada
consternación.
Triste es comprobar que si las masas po-
pulares j:unas se habían atrevido a practicar
odiosos linchamientos ahora en el curso de un
mes tan sólo un gendarme que pereció a ma-
nos de un puñado «le harpías cu Veracruz y
este líder católico destrozado cruelmente por
los sindicalistas en el interior de la fábrica
"Hércules" constituyen dos ejemplos que sin
duda tendrán desgraciadamente imitadores ya
que no es posible prever siquiera cuándo se de-
tendrá la ola invasora del bolchevismo
Pen> lo que siempre ha exacerbado más los
ánimos lo que ha sembrado desconfianza en
los procedimientos guliernaiuentalos. es que en
muchos de los casos citados las autoridades
sin medir siquiera la trascendencia de sus de-
claraciones. han pretendido encubrir los hechos
criminosos con »d manto del disimulo; han
achacado η las victimas provocaciones a todas
luces censurables como la justificación de los
males que atrajeron sobre ellas mismas: la
frase estereotipada "'rio revisten gravedad los
hechos" ha sido una muletilla en constante
uso entre funcionarios que deberían velar un
poco más por su propia respetabilidad y deco-
ro.
Ahora e! Gobernador de Querétaro rompe
virilmente con esas tradiciones y de una mane-
ra leal y resuelta rindiendo parias a la ver-
dad. pregona ésta sin temor a las consecuen-
cias. sin fijarse en que el odio sindicalista lo
considerar.» como un enemigo implacable col-
gándole el mote de reacciona rio". j>orque no
ha tenido empacho en hacer añicos la impos-
tura sindicalista narrando los hechos como
fueron sin preocuparse de quienes sean los res-
ponsables.
Ks de desearse que la conducta -sincera ν
viril del Ejecutivo de Querétaro sirva de ejem-
plo en estos tiempos en que la mentira oficial
constituye una de las principales causas de la
desconfianza que la sociedad siente hacia sus
gobernantes.
PÍQLEÑAS CUESTIONES
La manía de prohbir
(Por Miguel Arce)
Como altáronte sociable t-1
hombre siente la necesiJad de exte-
riorizarse. L-j reserva y Ja discre-
ción. sun armas pa-a su provecho
individual j virtud -3 en cuanto se
ν ΐκ-nen a un ceseo ilegitim. de co-
municación : pero no caracterizan
e-specie.
El impulso Ue ^star con los demás
y en ¡os demás es absoluto. Los gra-
dos en vjue se manifieste no impor- í
tan; tendrá limitaciones exclusivis-
mos. modalidades que rasi lo anulen;
pero existe. Porgue e! hombre no pue
de integrarse por si súlo. No se de-
be a si mismo.
Tiene un constante anhelo d* brin-
dar sus adquisiciones mentals y
espirituales de «.-star en continuo co-
mercio con ¡os dtmás; Ua y exige
ideas y ss profesa el secreto es pora
las cosas que dañan o pata las que
debe temporalmente ocultar por
egoísmo.
De ahí la manía de escribir. qne.s«
encausa como profesión se ennoblece
como arte o simplemente se ejercita
orno entretenimiento.
Esto ha aecho preguntar muchas
veces; ¿Es útil ¡a manía de escri-
bir? Λ io que puede contestarse des-
de luego: Si no es útil. sí es del t<>üo
humana y lo oue es esencialmente
humano no podrá evitarlo ..1 huma-
nidad.
S'igla tras siglo cviilizaciOn tras
eáv.izaci'r ν un ¿orinando enormes
®cervos donde :.i granea prepondera
jr β·· pierde. pero dejando siempre un
grano substancioso y fecundo. ¿jos
grandes escritores retinan el senti-
miento común alií disperso a travís
ie su sagacidn-1 o de su delicada per
eepetón En ellos la manta de escri-
bir podría explicarse per el anhelo
de gloria pero nunca se podrá. decir
lo mismo de los pequeños que saben
o pronto se convencen dé que no les
está preparada. V sin embargo es-
criben.
Ascna¿ se tienen indá:ic¡s ue cul
vara y se ¡ce. y todo el que lee se
encuentra a un paso de escribir.
S¡ no basta observar como en la
vida diaria en la emoción alegre o
dolorosa en la cólera o en el entu-
siasmo. en -a. contemplación o en la
inquietud de Incontables labios hu-
mildes escapa ingenuamente descon-
soladamente. la frase universal de la
dolora: "¡qui^-n supiera escribir"!
Sale el general Fiiisola de Guatemala
—— on ■ —■
3 L>E AGOSTO DE 1R23.—En est-
día salió de Guatemala «1 genera! Fi-
lisola. dejando ahi reputación de hom
l»r<? honrado.
Guatemala s* hab.'a adherido a
Imperio Mexicano el 5 de enero dv
1S2Í por un plebiscito enteramente li
bre. pues muy poccs fueron los que
opinaron porque se esperase la rru-
nit«n ded Congraso. Solamente la pro
vincia de San Salvador votó en ese
sentido.
1 tur bul»· ordenó que un cuerpo ríe
tropas se dirigiera a Guatemala a!
mando del general Don Vicente Fi'i-
ío'a pero et»rrx> oficiales y soldados
iban casi contra su voluntad. las de-
serciones fueron tantíts que sólo lle-
garon a Guatemala 600 hombres pe-
ro con ellos ba¿=tó para implantar e'
orden «n San Salvador y para que
Fil.sola fuera recc.nocido corno jefe
político superior y cornanílante de las
armas.
IV esa manera el Imperio Mexica-
no venia a s€r una nación de prima-
ra importancia. que se dilataba des-
de l--i orilla derecha de i KIo Sabiruts
a norte hasta el Istmo de Panamá.
Filisola dejó en la capital do San
Salvador una guarnición mexicana
e iturbide formó de cada una de las
cinco provincias Centro Americanas
una comandancia y gobierno separ-·.-
dos. que dep-.-ndian d:n-ct;unente del
gobierno supremo de México.
Apenas conienzaba FiJisoia a ci-
mentar el orden e*i Centro América
cuando se supo allá la revolución de
Veracruz y a proclamación del pian
•If* Casamata y que Bravo había ocu-
pado Oaxaea estableciendo ah: una
Junta de Gobierno. El general Echá-
varri dirigió a Filisoüi varias comu-
nicacíones excitándolo a declararse
por \l pi.m de Casamata. «ni <>1 que
se protestaba no atentar en contra de
la persona del Emperador. Por su
parte Uravo ie envió otras comunica-
ciones en que se hablaba de -a re-
pública.
Entretanto en O. ntro América se a-
pitdl-a el partido independiente: Fi-
lisola carecía de recursos para man-
tener sus tropas y 1c parecía una
conur:idicck'>n que cuando ei Ejército
Libertador se esfor-¿aba en restable-
cer la riqueza patria ctra parte del
ejército mexicano so ocupas» en so-
focarla en la ageoa. y para dar u-.a
prueba de la libera'idad de ios prin-
cipios que profesaban los mexicanos
consultando con los jefes y oficiales
de su división publicó un decreto ςί
;!> de marzo convocando un Congreso
cine había de reunirse en Guatemala
con arregle a lo acordado en el acta
del 13 do Septiembre <le! aíio ante-
rior. en que se había proc'amado la
independencia dv Centro .América y
la cual hab¿a sido anulada por ¡a in-
corporación a! Imperio Mexicano.
Aunque Filisola continuó con el
mando hasta la reunión del Congreso
las elecciones se verificaron bajo la
influencia de' partido opuesto a la
unión con México y habiéndose ins
talado el Congreso el 24 de junio
expidió el 1 de Julio el decreto de
independencia absoluta. formando
i una República federal con el nombre
de·: "Provincias Unidas del Centro de
América".
Y habiendo dado tal lección de hon
radez cívica y de respeto a 'a vo-
' Juntad popular Filisola salió de Gua-
temala el 3 de agosto con ios cuadros
de ios cuerpos de su división pues
muchos oficiales y soldados quisieron
establecerse en Centro América y se
remiró a Chiapas que no sólo perma-
neció unida a México sino que por
A
un acto posterior de sus autoridades
y diputados de 'os partidos con ab-
soluta libertad declaró ser su volun-
tad formar parte de la República Me-
xicana.
Donde no hay harina
Ciudad de México julio 29.—El 1
regreso del señor de la Huerta dió
por resultado una saturación de opti-
mismo on .«1 ambiente financiero y
político. Los periódicos que adulan j
a ese alto funcionará dieron a en-
tender que al día siguiente del feliz
arribo de Don Adolfo las cosas ha-
blan cambiado totalmente en la Se-
cretaria de Hacienda al grado de que
ya no existía crisis y el difícil prob'e- \
ma económico se había resuelto como
por encante*. Esos periódicos de pa-
so le echaban toda la responsabili-
dad del desastre al Subsecretario do
Hacienda señor Padrós. de quien de-
cían quo .teniendo dinero para hacer
los pagos de los empleados no ha-
bía querido sacarlo de las cajas te-
meroso tie que fuera a necesitarlo
para erogaciones mas urgentes y ha-
bía preferido echarse encima la gri-
ta de los empleados a tenes* que su-
frir una reprimenda de su jefe por
permitir que saliera hasta e» último
centavo de i:us earandoadas «;xca¡í
dé la Nación. Don Adolfo puso a su
Secretario de vuelta y medio como
se dice vulgarmente ordenó que en
el acto se hicieran los j-usnendidos
pagos dió declaraciones λ los perió-
dicos desmintiendo las informaciones
de que Padrés fuera responsable de
la situación pero diciendo al mismo
tkmpo quo LAS VENTAJAS O DEKI
CIENCIAS que resultaran en e¡ De-
partamento de su cargo hasta el día
de la fecha (el de las declaraciones)
deberían atribuirse exclusivamente
al Subsecretario Padrés. y en una
palabra revolvió el mundo con una
actividad increíble llegando a In-
fluenciar a les periódicos somioficia-
les a grado tal como lo hemos dicho
ya que los llevó hasta .asegurar que
el problema económico había desa-
parecido
Sin embargo los empleados no re-
ciben todavía sus dos ultimas dece-
nas. Y por mucho que uno quiera
creer a la prensa aduladora quo arre-
gla con un re portazgo todos los pro-
blemas nacionales no puede menos
do seguir creyendo qu·· con de la
Huerta y s.n .i« la Huerta ia situa-
ción económica es muy crítica y que
todo cuanto s · habla sobre mejoría
es pura hojarasca.
En toda empresa o negociación
que anda mal de dinero los acreedo-
res que prime "o se procura satisfa-
cer son ΐοώ empleados porque !a
falta de cumplimiento con ei'os se j
traduce en un descrédito irreparable. ;
desde el momento en que los mismos ι
servidores del negocio son los que '
propalan su bancarrota. El gobierno
debe saberlo así y a! no pagar a esos ;
acreedores exigentes y ultranecesi-
tados. es porjue carece del dinero
nu..-· indispensable para sus atencio-
nes. Mientras las cien mil lenguas
de la burocracia habían incansable-
mente á'· ia injusticia que con ellos
se comete teniéndolos a ración de
hambre el crédito del gobierno tiene
que andar rodando por mesas de
cantina patios de vecindad y todo
otro lugar donde haya una víctima
de la penuria oficia!.
Las lamentaciones que este desni-
vel levanta entre el ejército de servi-
dores de· la nación forman un rumor
formidable que en todas partes le sa
le a uno al paso. Se quejan e-η pri-
mer lugar naturalmente los direc-
tamente perjudicados o sean los es-
clavos del escritorio quo va olvida-
ron como suenan los tostones; y al
par quo ellos se lamentan lo* case-
ros que no han podido obtener el pa-
po de ¡a renta ¡os comerciantes que
han visto bajar sus entradas por fal
ta de esos millones de peses que no
entran a la circulación y todos. t*n fin
los que estAn esperando el dinero
de las nóminas que pasa como una
exhalación por las manos de -os e:n-'
I picados a las de sus refaccionarios.
N.adie puede salir a la calle sin el
riesgo de invertir en préstamos de
peso o do tostón la exigua cantidad
que ¡o acompaña solicitada con an-
sia por la multitud de pequeños acre-
—μ—ΐπΓ-ιηππππι—ii—ιηπππι—il jrrjt:
odores del gobierno.
—El día 20 vamos a robrar
Ahora si....dicen todos. Y pasa el
día 20 y el amigo querido que soli-
citó nuestra ayuda deja de visitar-
nos Señal inequívoca de que fa-
lló otra decena y el pobre anda muy
apurado buscando nuevas victimas
que le ayuden a él a salir de sus ne-
cesidades urgentes y de paso al go-
bierno a ir viviendo.
Los que mayores lástimas causan
son las maestras de escuela espe-
cialmente aqueilos a quienes tmtó dt
enseñar a no comer el Ayuntamiento
y al ser pasados a la Federación ere
yeron ver el cielo abierto. Casuaimer
te tuvimos oportunidad de oír las
quejas de una comisión de esas már-
tires del hambre que andaban dande
los pasos necesarios para acercarse
al Presidente de la República para
exponerle su situación.
—Cuando estábamos en el Ayunta-
miento—dicen—nos pagaban vo nos
prometían pagar) ocho pesos de suel-
do que cobrábamos con una irregula
ridad admirable. Hubo ocasión en
que nos pasamos hasta dos meses
dando vueltas a la Tesorería sin re-
sultado alguno. Perp en fin I>ios
es grande y pudimos atravesar aque-
lla situación sin morirnos de necesi-
dad. Cuando nos p;tsarori a la Fede-
ración consideramos que nuestras pe-
nas habían terminado y alzamos !as
roanos a! cielo pero por desgracia
nos ha sucedido todo ésto: que nos
doblaron el trabajo nos rebajaron
dos pesos del sueldo....y n< nes pa-
gan ni el resto. Tratamos de ver al
señor Vasconcelos para que hiciera
que nos vieran coa ojos de piedad
pero por desgracia él andaba muy
ocupado haciendo sus maletas para
dirigirse a la Kepública del Brasil
y hemos tenido que apretarnos el cor-
sé para sostener nuestros desfalleci-
dos aparatos digestivos."
El resto de !os fieles y mal paga-
dos servidores de ia nación llevan
con monos paciencia su desgracia.
Muchos de eilos están desertando y
buscan un empleo en otras partes
donde les ofrezcan menos pero les
paguen. Los más inútiles o los que
tu» pueden vivir más que de ia em-
pleomanía se agarran .a su escritorio
y se hacen fuertes en él r.o obstante
el hambre. Mas unos y otros hablan
libremente de su precaria situación
y critican al insolvente gobierno se
permiten el lujo de llegar tarde a la
oficina y de faltar de cuando en
cuando· seguros de que su inmedia-
to jefe no íes diríi nada pues tam-
bién está resentido y comprende qu«
ser¡a una injusticia exigirles cuín
plimiento a lo que no lo reciben di
parte de su jefe supremo el gobier
no. /
Este ha salido ganando una eos:
con el desbarajuste (¿con qué no sal-
drá ganando el gobierno) y es que
en primer lugar nadie protesta cuan-
do lo despiden y de esa manera se le
ha estado facilitando Ja reducción de
empleados en muchos departamen-
tos. y luego que ha desaparecido la
nube de solicitantes de empleos que
iban al husmo dei trabajo fácil y bien
remunerado i A quién se le ocurre
ir a pedirle trabajo a un "bo¿s" que
no paga?
Por todo lo anterior se verá que
¡o del optimismo es una paparrucha
digna de los periódicos que lo publi-
can; en todo caso el optimismo no
pasa de la media docena de altos
funcionarios que están empeñados un
ver e! mundo color de rosa; pero con-
tra esa bella disposición para mirar
las cosas está el pes;m-s:no de cien
mil empleados que no cobran y que
a pesar de su buena voluntad no
pueden menos que gruñir y echar
remos a la hora en que los "ingleses"
asedian su puerta y el puchero se
llena de telarañas por falta de uso.
No hay optimismo que resista a la
falta sistemática <íe los frijoles en
la mesa.
EQUIS
lLJLJLJLlLinnLJl.jnni.JÍJLJLJLJf
I PALABRAS DE ORO ¡
íq
BUEN SENTIDO
uon irec\tencia aoorfrece que jas
mujeres muestran te-ner más buen
sx-ntido que los hombres. no tenien-
do tantas pretensiones y juzgando
acerca de las cosas se-gnln la espon-
tánea impresión que hacen en su
mente.
Smiles.
La chispa o viveza tie ingenio pue
de crearnos muchos admiradores;
poro nos produce pocos amigos. Bri-
lla y deslumhra como e! sol a me-
dio día pero también abrasa y por
eso es temible.
Chestersfield.
El amor da a la mujer e' talento
que 1a falta mientras que al hom-
bre le hace perder el que tiene.
Descuret.
t.i Duen st»irucio es Oí sentrao co-
mún educado por la práctica: es la
facultad de juzgar bien de dicernir
lo verdadero de 'o falso. El buen
sentido requiere atención e instruc-
ción.
C. Cantú.
El entendimiento es ¡a única po-
tencia del alma que vale al hombre
para lograrse; la voluntad el ca-
rácter entran también por mucho.
J. Valera.
Para conducir bien los negocio* ár
duos se requiere más bien un sólido
buen sentido que grande agudeza de
ingenio.
M. Alonzo Criado.
El inflexible sentido público llena
de oprobio a los que ahorcan aun-
que más lógico sería empezar por
llenar de oprobio a los que man-
dan ahorcar.
^mpoamor.
ΓLA DIPLOMACIA YANKI Ε
: —
Po.· Nemesio GARCIA NARANJO
■ 11 - 1 % W ·;
331 señor don Ado'fo de la Huerta fué recibido con la mayor cordiali-
dad por el Presidente Harding y por el Secretario Hughes y apenas aca-
baba de despedirse de las dos personalidades más conspicuas del gobierno
norteamericano cuando algunos funcionarios del Departamento de Estado^
publicaron un boletín agresivo en contra del régimen presidido por Obre- '
gón. El señor de la Huerta se sintió lastimado y dió a la prensa de Méxii-
co unas declaraciones vehementes en las que ponía en duda la auteatici-;
dad del boletín de referencia por estar en contradicción notoria con 1&^
acogida cortés que so Ic había dispensado en la Casa Blanca. El Depar-
tamento de Estado norteamericano publicó entonces un nuevo boletín enl
donde se ratificó el anterior que había provocado el tronante comentar;^
del Ministro de Hacienda. .
¡Qué candoroso es el señor de ¡a Huerta; Tor más que ha ·.ivido va-_
rios años en Nueva York no comprende aún la particu'ar idiosincracia nor-
teamericana: desconoce en lo absoluto el complicado mecanismo del go-
bierno de los Fstados Unidos y encuentra contradicciones en cosas y he-
chos que parecen incongruentes y absurdos si se los contempla desde
afuera pero que analizados en el interior de Yanküandia resultan de una
armonía irreprochable y de una lógica apretada o inconmovible.
La divergencia de· criterio norteamericano con el criterio de México (y
el del mundo entero también) depende del escaso interés que en Estados
Unidos se tiene por los problemas internacionales. El Coloso occidental
no vive de sus colonias como otros países ni está pendiente de otra na-
ción competidora: par lo mismo los asuntos graves de Yankilandia no
están fues-a sino dentro. Para México las relaciones con los Estados Uni- 1:
dos constituyen una cuestión vital: para la Unión norteamericana por io
contrario la amistad diplomática de Méxic'o. es un problema bastante se-
rio. pero no comparable con los demás problemas que sacuden al pueblo.
Un México casi todos los negocios públicos y pri\-ados se relacionan con
el problema internacional y muchas veces a él se sacrifican: en Estadios
Unidos a la inversa. i nadie extraña que se rompa la unidad de la po-
j iítica internacional por exigencias de carácter interior.
Dice ¡a lógica inexicajia y también la del mundo entero:
'•Si Harding y Hughes han decidido no reconocer al régimen de Obre-
gón. lo consecuente es que no celebren aproximaciones con sus represen-
tantes en tanto que no satisfagan las demandas presentadas. Cualquiera
¡•.tención que la Casa Blanca dispense a un miembro prominente del obre-
ronismo debe indicar lógicainente un cambio. ;.De -a Huerta fué recibi-
do por Harding' Pues entonces los Estados Unidos van a retirar síis exi-
gencias: la entrevista cordial es el primer paso hacia el reconocimiento".
La lógica yanki es muy distinta pues razona de la siguiente guisa:
"El Senador Borsum y algunos otros miembros de la AUa Cámara pU '
dieron a Harding y a Hughes que recibiera al señor de la Huerta y co-
mo el Ejecutivo necesita de la colaboración legislativa para muchos actos
de la Administración se decidió conceder la entrevista solicitada- ¿Qué
pugna la recepción con los principios definidos? No importa· La unidad
de las cuestiones exteriores se tiene que romper por las necesidades inte-
riores".
'■¿i; m
Γ» ι;
•eje
Los miembros d<s Sonado mid-rn su luerza. y se conn-rman con ιλπ-u.
Borpani por ejemplo consiguió la t· η t rev is ta y no se atreve a pedir más
i Harding ni a Hughe.·?. Aunque desea el reconocimiento del gobierno de
O bregón no s-; considera riutorizado para exigirlo. L.i Administración lo
puso en condiciones cío hacer un gran favor a tie la Huerta y eso basta
pura que él. en correspondencia secunde a la Administración. Hughes
por su parte después do satisfacer los deseos daj Senador Borsum se con-
sidera con derecho para autorizar a sus subodinados para que publiquen
boletines que tiendan a desvanecer ~A impresión optimista que la recepción
del señor de la Huerta hubiera podido suscitar. En otro.? términos la en-
trevista tuvo por objeto complacer a un Senador y no al gobierno de Mé-
xico. Se trata de una cuestión interior no exterior.
Ta' es la realidad: pero como fuera «Je los Estados Unidos no se com-
prenden estas atenciones forzadas que debe conceder el Ejecutivo a los
miembros del Senado 1:0 pudo interpretarse la recepción del señor de la
Huerta sino como un cambio radical en la política d.e Hughes. Y como a
'os cuantos días de la entrevista en vez del esperado reconocimiento se
ibíicó e'. bolet'n anti-obregtjnista. las gentes que no están enteradas del
je-maneje de la política yar.ki tianen fundamento para decir que la
maniobra fue un sarcasmo lleno de desleal tad.
Y no hay tal des)ea!tad: hay nomás un pueblo y un gobierno que se
preocupan más de sus asuntos domésticos que de su prestigio internacio-
nal. La dip'omncia yanki se hace para ser vista por dentro. D'a llega-
"á—va llegando ya muy rápidamente—en que los Estados Unidos necesiten
•uidar un poco más «u política exterior y entonces la cancillería norteaj-
mericana se tendrá que ajustar a una lógica: rigurosa. Entre tanto y para
explicar hechos discordantes y contradictorios—como recibir al represen-
tante de un Gobierno y luego hacer ur.a declaración desfavorable a ese Go-
bierno—el Departamento de Estado acude a! recurso fúci' de clasificar los
boletines en formales e informales y las recepciones en oficiales semi- ofi-
ciales cuasi-privadas y privadas. Palabrería hueca; pero útil para ex-
plicar absurdos. Se cataloga la entrevista Marding-de la Huerta en la ca-
tegoría privada y luego se dice que e' boletín lleno de reproches a Obre-
gón tuvo un carácter informal. Y ya en los vericuetos enredados de ese
vacuo nominalismo se supone o s/> fing»? suponer que no s··· rompió la con·»
cordancia bficial ni se desorientó a la opinión pública de México y Estadote
Unidos.
Los pueblos no entienden esas sutilezas sin ingenio. Para ellos Har-
ding. dentro y fuera de la Casa Dlmca es e' Presidente d.¡? ]os Estados Uní·:
dos; y de 'a Huerta dentro y fuera de México es un Ministro de Don Al-
varo Obregón. Por consiguiente una entrevista de ambos por más retó-
rica que ?e gaste es un acto que lógicamente debe importar a las dos na-
ciones.
Pero no importó porque la lógica del. Gobierno norteamericano
es otra que debiera saberse de memoria Don Adolfo de la Huerta. Por
eso sus quejas resultan extemporáneas. Harding lo · recibió 110 para ulti-
mar el caso México sino para redondear los asuntos pendientes de Estados
Unidos. Cuando le tendió la mano ponsó en lodo <m?nos en Obregón y el* · ■'
reconocimiento: lo que preocupaba a Harding 'o que todavía le preocupa
es la necesaria aprobación de la Tarifa Fordney: para eso lo hicieron Pre*
sideníe de la Unión norteamericana.
Heraclio Bernal
EL RAYO DE SINáLOA.
Hermosa novela mexicana basada en la vi-
da del generoso bandido que por tanto tiempo
asolara una extensa zona de los estados de Sina-
loa y Durango. En esta novela el autor don
José Ascensión Reyes hace un concienzudo es-
tudio sobre importantes problemas relacionados
con el presente γ el futuro de México.
Esta novela festá impresa en muy buen papel
y tiene hermosa cubierta a colores formando un
volumen de 240 páginas. Si usted aun no tie-
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 169, Ed. 1 Thursday, August 3, 1922, newspaper, August 3, 1922; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1068958/m1/3/?q=%22%22~1: accessed June 26, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .