La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 150, Ed. 1 Thursday, July 13, 1922 Page: 3 of 8
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y'EX CÍO Ν lüí i UWiAL
EXTRAÑA LEY DE IN QUILIN AI υ
K1 Estado de Veracruz que es uno de los
oue mas han sufrido el azote del bolchevismo
desencadenado «lesjrraciadaiuente en nuestro
país. <·> el que ahora va a resentir los inmen-
sos jierjuicios que se causarán «le seguro en
caso »!o llevarse a la práctica una 'iey" de in
quilinalo verdaderamente excéntrica y que
desnaturaliza |^r completo las funciones del
gobierno para convertirlo en administrador de
casas a l«s empleados de mas categoría de líen-
tas '·η cobradores «le i«icin. a los propietarios
en infelices victimas del socialismo agudo que
predomina 3 a los inquilinos en privilegiados
individuos que sabrán de seguro aprovecharse
«le la situación stti céneris (pie creará la referi-
da ley. s¡ los jueces «lo IHstrito lo permiten a
la |Mistre.
Comienza <·>«* notable engendro del bolslie-
\¡>m«» a considerar como de interés público el
arrendamiento de los bienes inmuebles destina-
tíos na ra habitación establecimientos comercia-
ba. ¡iid-isi ríale* y docentes; declara en vijror en
to«io «·! Estado por «·1 término «!«· tres años las
reatas qn«· se pagaron en «·1 año «le 1010 y en
las .pie no pudieren ser fija«ias de acuerdo con
ese precepto el precio del arrendamiento de
ellas >e determinará en una cantidad igual al
sejs )*« r ciento anual «leí valor r«-al del inmina-
ble si-ifHii aparezca inscrito 011 el Πbistro Pú
Mico «!'· la Propiedad.
Ksta b*v declara de cipe y porrazo aboli-
iIiin ».·> phtz«*s de contrato: to«l·» arrendamiento
»'-ra ·!«· aquí en adelante indefinitlo. «le manera
«ι»··· haί«» bases tan m«Klieas. los propietarios
:ηι«1γ:μ» «tespedir«¡j ι1«· sus fincas. s«d>re t«»do si
ii«-!i<"· la des^raeia do que los inquilinos tjue les
touueii. mediante riguroso ογ·1<·ιι cronológico
•I·· s»lieitu«le< y ··«>„ el úni<-o re»piisiío de pagar
ijvs mes ν adelantados «le renta son poeo es-
ι r.iji i)i.>..» ·■:> «-implir tan ventajoso contrato y
han adquirido malas eosMimhres mientras <lu-
rar«>M afiliados a! famoso Sindicato qu«* hizo
«•eb-bi-·· al iri.at'-maltei o llorón Proal.
Quisiéramos s«>1m r si ha «le quedar como le-
tra muerta la ίπι<·«·ΐ.'τ relativa del artículo 27
«•ons?rt!:ei«>ua! que expresa que las expropiacio-
nes vrifr hn*rrsr j>or causa de utilidad
·/ Hfdi'inir indemnización: porque eso
de rentar !::» casas sin el consentimiento de los
pro"i«*ía-i«ts no pne«!e menos de ser una expro-
piación «le inconmensurable magnitud sin que
»όι· otra paro* apa.exea «pie el gobierno del Es-
tad«> «le Veraernz eoneeda indemnización alguna
a b»s \«>jad'>s propietarias ni siquiera el con-
suelo «i»· jxiseer bonos Tricolores o multicolores
como fué el caso en ios bonos agrarios decreta
«lo> ¡hii· «·! señor Presidente Obngón para in
demni/ar artísticamente a los pr«>nietarios a
quienes >«· les arrebaté» terrenos jK»r valor de
millones de j)es«>s. indemnizándolos constitucio-
nalmente con notas y certificados desprovistos
casi de valor real.
Después de que la revolución lia arrasado y
desquiciado el noventa \ nueve por ciento fie
negocios '· industrias parecía que se había subs-
lruido a esa fiebre destructora la construcción
tic fincas urbanas. Como debido también a las
inseguridades. consecuencia de la actual sitúa
ción. las ciudades principales se vieron aumen-
tada?» de manera considerable en su población
por el sinnúmero de refugiados que emigraban
de sus pueblos ν rancherías los gratules centros
fueron insuficientes para albergar a esos po-
bladores flotantes que poco a poco hallaron un
modus vi vend i eu his capitales de los listados
en los puertos principales y en la capital de la
República.
('onforme a la antiquísima ley d«· la oferta
y la demanda las casas subieron de valor y en
igual proporción los alquileres de « lias. Los
propietarios animados porque no existían apa-
rentes peligros en contra del capital que pudie-
ran dedicar a estos negocios construyeron en
los gratules centros de población nuevas fincas;
y eu los últimos tiempos se había creído que
ese negocio era el Vínico inmune al virus revolu-
cionario.
Pero la oleada de bolchevismo que ha inun-
dado la República no respetó lo que hasta esa
fecha había dejado i.itacta la Revolución; y los
sindicatos de inquilinos y ahora esas leyes en
contra «le los preceptos fundamentales de la
Constitución servirán para que se detenga des
«le 1 ueg<ι la constπκτί«>η de nuevas fincas para
que el capital «iue es un 1ιιι*'··»|μμΙ tímido tu»
quiera ya figurar en estas operaciones que a la
fecha eran las únicas casi que daban mui-stras
de alguna actividad y en cuyas «'«instrucciones
se ocupaban millares «le obrer«»s; y los inquili-
nos se han de aprovechar de la parcialidad de
estos legisladores «le nuevo cuño que ponen por
encima de los conceptos fumiamentalcs <!<Ί <le-
recho como son los que se refieren a la propie-
dad privada su omnímoda voluntad su ignoran
cia y sus afanes «le <licta<lorzuelos engreúlos «'««η
fáciles triunfos.
Afortunadamente el recurso de amparo e>tá
expedito para en«lerezar tales entuertos: y como
es evidente la anticonstiiueionalidad de la pe-
regrina ley propuesta por el gobierno del Esta-
llo de Veracruz sobre un tema «le tanta impor-
tancia. inme«liatamente que los logisladon-s ja-
rochos aprueben ese engendro del bolshevismo
y «le la ignorancia. U»s Jueces de Distrito n<» se
liarán punto de reposo para atender y «lespa
char todas las demandas de amparo que formu-
larán los angustiados propietarios para repu-
diar una ley tan tonta como es la de que nos
ocupamos.
Lecturas Populares
El metal que arde en el agua
I.·.».·» alcalinos «on müs lige-
ros. que el agua.
Entr^? los metales alalinos fi¡niran
el potasio el sodio el litio y el amo·
nio.
l'na parte de estos metales se en-
cuentran ••n forma de óxidos. *-> jos
ákalis solubles en e! agua esto es.
* η aquellas bases solubles en el ¿su»
que son tipos opuestos en sus pro-
piedades a los ácidos.
Con-.-»-Λγ.dor.os al potasio y al so
dio. e¡ leaiur. si gusta de estas co-
-is. pued·* nao· r ciertos experimen-
tos muy interesantes.
Corto un trozo de potasio d<»! tama-
ño de un garbanzo y déjelo <-aer en
el agua d» una palangana. El metal
flotando tomará una forma esférica
y revuelto en una llama violeta co-
rrerá con rapidez por la superficie li-
quida. La esferil'.a metálica dismi-
nuye paulatinamente de tamaño y al
íin. desaparece y la llama se extin-
gue.
Repítase e! experimento con un pe
•lazo de sodio. Ocurrirán los mismos
fenómenos pero la llama será de co-
lor amarino vivo.
Téngase presente que los metales al
calinos al verificar <-.sias rea rcion^s
química^ en agua. uw. vez qu? se
ha completado su wmbustión. produ-
cen una pequeña explosión.
Ambas reacciones efectuadas han
ocurrido con desprendimiento de <.i-
lor. y la Kama <.-s producida por el
hidrógeno que se inflama y el color
depende en cada caso de ios va;>or.<
característicos del meta! expérimen-
tado.
El descubrimiento del potusio. por
IX.vy en lsO<>. produjo igual sensación
oue el de los Rayos X ?>or Roentgen.
El insigne químico llegó a ese resul-
tado.. mediante la electricidad. sir. va-
erse de procedimientos químicos ex
trayéndolo de la potasa cáustica.
Λ1 cortar un pedazo de ^ potasio
pues este meta! puede ser' cortado
porque Λ$ n¡ús blando que e! plomo
'a superficie aparece de color blan- !
co brillante como si fuese de plata bru
ñida. pero luego se recubre de una
capa gris de óxido en virtud dtri
contacto del aire.
El potasio se encuentra en las pian
Antea de que s» descubrieran
'· * importantes depósitos minerales
<u- potasio en Stassfurt. Ja oeniza t2*í
! ■; ríanlas era la única faínto cono-
< i«ia para obtener potasio.
Humphry Davy el descubridor del
pot.i.-io. puso un fragmento üe potasa
¡^'•rarnente humedecido en comuni-
cación con los dos aíambres de pla-
tiüo tie una pila eléctrica ds gran
potencia y vió que el alambre r.egati-
vo st» cubría de pequeños glóbulos
metálicos que se inflamaban al con-
tacto del aire. Berzelius modificó
esc· experimento practicando en el
fragmento de potasa una pequeña ca
vida·:? que llenó de murcurio. y en el
cual introdujo el aíambre negativo.
Obtuvo asi una amalgama de pota-
sio. de la que extrajo un glóbulo de
potasio.
A la temperatura ordinaria el po-
tasio es más blando y maleable que
!a cení pero a una temperatura infe-
rior a c¿ro se vuelve duro y frágil.
CHINA LA FUTURA SEÑORA DEL MUNDO
I I
Después de haber hablado el no-
table experto en asuntos chinos.
George Tinker del peligro amarillo
por parte de China hace en el articu-
lo que traducimos a continuación de
'•Review of Reviews" una descrip-
ción de Pekín y Tien-sin. ias princi-
pales ciudades de la China del nor-
te· >
Las diez y o'no r-giones de China
VS'-nj:·. s« divider en Estados (fous)
divididos a su vez en distritos. ite-
heousi y subdivididos en municipa-
lidades. (hieus). Hay que recordar
para leer la carta geográfica estas
desinencias.
Tientsin que es la mayor y más
populosa ciudad de la China del Nor-
te es descrita así por M. Bonne-
tain:
•"Nos asusta por su λ ida hirviente
como de hormiguero. No obstante que
sus calles son más anchas que ¡as de
las ciudades del sur. es necesario
ayudarse con ¡os codos para circular
entre aquelia baraúnda de hombres
animales y carretas que so topan en-
tre el Iodo o el polvo. El espectáculo
de os ta inolvidable animación quita
a¡ tourista todo deseo de reír de los
engañosos "celestes" que nuestra ig-
norancia ridiculiza neciamente. Perdi-
d;do en esta multitud cuyo idioma
se escapa: cuya fiebre <3e gestos ves-
tidos y toda apariencia exterior os
desconcierta se piensa involuntaria
mente con un estremecimiento fie te-
rror. que fácilmente po<iria uno ser
ahogado en esta marea humana antes
de dar un solo grito pidiendo soco-
rro.
••Después de una visita al virrey
(las notas que venimos publicando he
refieren a la época en que no había si
do proclamada la República de Chi-
na. intentó marcharme a Pekín. Hay
tres medios de hacerlo utilizando una
carreta un barco o un caballo. Pre-
ferimos ir <-r. barco. porque el calor
hacia insoportables ■ is marchas en ra
balgadura: y en cuanto a la carreta
es un verdadero instrumento de su-
plicio.
•'Después de avanzar muy lentainen
te en el barco para evitar ios cho-
ques eon la.; embarcaciones de todas
clases que colman el río. salimos a
una planicie prodigiosamente fértil
cubierta de algodoneros o de sembra-
dos de mijo pero fea. triste. Nues-
tros remeros durante dos tifas nos pa-
scar. por allí; se sirven de! timón ya
navegando con ayuda de la percha o
tirando de nuestra embarcación con
cuerdas amarradas al mástil. Noso-
tros. a ratos salimos para desentumir
las piernas y caminamos junto a los
remeros en los bordes del río que ra
lienta una temperatura de treinta y
ocho grados y no refresca el menor
sop!<> de viento. E! hielo s** liquida
ante nuestras miradas de desolación
y al fin llegamos al puerto de Tong
Theou. donde tomamos tierra y quo
dista aun de Pekín veinticuatro kilo-
metros.
•"Nos dirigimos hacia la ciudad;
una procesión de camellos nos mara-
villa; para nosotros el camello só-
lo es de Egipto.*:. como el elefan-
t- de la India y e! abanico del Ja-
pón.
"Así como ".a China del Sur es la
tierra del arroz la del Norte es la
patria de los cereales; vimos aldeas
de no mal aspecto y tierras cultiva-
das cuidadosamente; pero nunca vein
licuatro kilómetros nos parecieron
tan largos. De atolladero en atolla-
dero. habiendo dejado el camino im-
perial para ir a campo traviesa vi-
mos al fin las murallas de Pekín..."
El narrador no distroza su disgus-
to ante la incuria de los chinos que
dejan ias inmundicias de los albaña-
les correr por las calles y acumular-
se las peores inmundicias en los fo-
Pasa a la. Quiab».
I
Ícosaso'ueTRUNCA SUCEDENj
He de decir yo acu-
sado 1a verdad y solo
la verdad en este jui-
. i".
)
Pues hombre si
en verdad tiene juicio
la verdad no la diga
así lo ahorquen- ¡Pre-
fiero perder el pleito;
Íwibw
>TWM CAILTOOÜ α Μ
i'fwk I
LA ABUlLALlUrs Ub IV1 LULAS II
oOo —
Testimonios conmovedores acerca de la caida del régimen C.-arista
oOo
PARIS. julio ι.—La ser:e do artícu
los que bajo el tftulo de -La Rusia <1?
loa Czares durante la gran guerra"
está publicando el señor Maurice Pa-
leologue. en la "Revista de Ambos
Mundos" abunda en testimonios con-
movedores acerca de la caída del ré-
jrimen Ozarista. Dj dicha serie toma
iuos la narración qu« le hizo de la
abdicación de Nicolás II el señor Ea-
sily. ex-viced ireutor del Gabinete del
señor Sazonow. que? se encontraba en-
tonces en el srran cuartel general. Se-
gún dice el acta de a'hdú-ación del
Czar se redact».» de acuerdo con un
texto qu<-> él había preparado por or-
den dH general Alexeieff. 1*1 general
Alexeieff hizo que so ].-s consultara a
todos los comandantas de grupos de
ejércitos y todos ellos respondieron
que el Emperador debería abdicar a
la mayor brevedad.
—-.Kn qué fecha. le preguntó el so-
ñor^Paleologuo al s*ñor Ttasily. tuvo
e?i sus rnano^ r*· general Alexeieff to-
das esas respuestas?
—K1 13 de marzo en el curso de la
mañana·.
Fué entonces cuando el general Ale-
xeieff me encargó de* hacerle un in-
forme acerca de las condiciones en
que las k'v'-s fundamentales del Im-
perio autorizaban al Czar a abdicar la
corona. IVo tardé mucho nn entre-
garle una nota en la que le exponía
y le demostraba que si el Emperador
abdicaba. estaba obligado l transfe-
rirle el poder a su heredero legitimo
el Czarevitch Alexis. '-Eso era lo
que yo pensaba me dijo el C!ral. Abo
ra. p epár«Ti3 usted aprisa un ma-
nifiesto en ese sentido". Pronto le
llevé un proyecto en el que desarrollé
lo mejor que pude las ideas de mi no-
ta. esforzándome en poner incesante-
mente en primer término la necesi-
dad do proseguir la guerra hasta la
victoria. E! jefe de estado mayor te-
nía a su lado a su principal colabo-
rador. a su fiel cu.rrtelmaesire. el ge-
neral Loukotnsky. Le entregué mi
escrito. Lo leyó en alta voz y lo a-
probó sin reserva. Loukosmsky lo
aprobó también. El documento se
transmitió por telégrafo inmediata-
mente a Pskow para que se sometiera
a· la aprobación de! Emperador.—Al
día siguiente que era el 1.» de "marzo.
un poco antes de la media noche el
ger.rral Danikow. cuartelmaestre ge-
neral do los ejércitos del Norte hizo
que .«o llamara al telégrafo a su co-
lega del comando suprimo a fin de
comunicarle la decisión de Su Majes-
tad. Me hallaba yo precisamente en
el gabinete de Loukomsky con el
gran Duque Sergio Michilovitch. Xos
precipitamos juntos a. la oficina tele-
gráfica ν o! aparato comenzó a fun-
cionar en nuestra presencia. En la I
banda in ¡presa que se iba desenrollan
do rc-conoei inmediatamiente mi tex-
to.... "Λ todos nuestros fieles subdi-
tos hacemos saber Τ η cstos días
de grande lucha contra <;1 enemigo ex-
terior". etc.... ¡Pero cu/i 1 stria el
estupor de los tres cuando ν irnos que
el nombre del Czarevitch Alexis ha-
hf.i sido reemplazado por el del Gran
Duque Michcl; Xos miramos llenos de
consternación pues teníamos la mis
ma idea. El advenimiento inmediato
dc-1 Czarevitch era el único medio de
detener el curso de la revolución de
contenerla por lo menos en los límites
ile una errando reforma constitucional.
Desde lu^íro. el joven Alexis Xicolaio-
vitch tenía a su favor el derecho. Ade-
más. habría podido aprovecharse de
his simpatías de que gozaba en el pue-
blo y en el ejército. 'Finalmente y es-
to era '.o esencial ei poder imperial
no habría estado vacante* un solo mi-
nuto. Si el Czarevitc'i hubiera sido
proclamado nadie habría ppdkio ha-
cerlo abdicar inmediatamente. Lo q¡ic
pasó con el Grar. Duque Michel no
habría sido posible con ese niño. Cuan
do más se habría podido disputar con
motivo de la atribución de !a regen-
cia. Y Husia tendril hoy un jefe na
clonal
—¿Volvió usted a ver al Empera-
dor después de su abdicación?
—Sí El 16 de marzo cuando e!
Emperador volvía de Pskov a Mo-
hilew. el general Alexeieff me envió
ante él para ponerlo al corriente de la
situación. Encontré su tren en Or-
cha y subí a su carro. Estaba per- I
rectamente calmado: sin embargo sen
ti pena <¡e ver cuán llena de tierra
tenía la cara y ouin ojeroso estaba.
Después de haberle expuesto los úl
timos acontecimientos «le Petrogrado
me permití decirle que estábamos de-
solados. a la -'Stavka". de que no le
hubiera transferido su corona al Cza-
revitch. Me respondió sencillamente:
"Yo no podía separarme de mi hijo".
Supe en seguida por las personas que
lo rodeaban que el Emperador antes
fie tomar su decisión había consulta-
do a su módico el profesor Feodo-
row: '-Le ordeno a usted le dijo que
me responda francamente—¿cree us-
ted quo Alexis se puvde curar?"—
"Xo. Majestad su malees incurable".
—-'Eso es lo que la Emperatriz cree
desde hace mucho tiempo; yo dudo
aún Puesto que Dios así lo ha
decidido .110 me separaré de mi pobre
•hijo " Algunos minutos después
se sirvió ¡a comida. Fué una comida
lúgubre. Todos se sentían con el co
razón oprimido: no se comía no se
bebía. E) Emperador. sin embargo
se most-"aba dueño de ft y me pre-
guntó muchas voces aerea de los
hombres que componían el gobierno
provisional; pero como llevaba un
cuello biistant·* bajo veía yo que su
garganta se crispaba continuamen-
te.... Me separé de é! ayer en Ja ma
ñaña on Mohilew y en la noche mis-
ma partí para Petrogrado.
"Mis recuerdos de Rusia" de la
Princesa Paley. en la '-Revista de Pa
rís". aportan también una importan-
te contribución a la historia de los
disturbios que dieron por resultado la
abdicación de Nicolás II. La Prince-
sa Paley es la viuda del Gran Duque
Paul que pereció a-sesinaa-·. Xo va-
cila para afirmar que el movimiento
que desencadenó la revolución fué pre
parado con la connivencia del Embaja
dor de Inglaterra en Petrogrado. Es
esta una opinión que oreemos deber
reproducir .t título de comentario.
La propaganda revolucionaria en
los rrgfcnicntos de reserva tomaba dia-
riamente mayor amplitud. La Emba-
jada de Inglaterra por ordenes de los
Lloyd George se había convertido en
un foco de propaganda. Los liberales
el Príncipe Lwoff Xilioukoff Rod-
xianko' Makrakoff. Goutchkoff etc..se
hallaban en ella constantemente. En
la Embajada inglesa fué donde se de-
cidió abandonar los caminos legales y
lanzarse por el de la revolución. Hay
que decir que. con todo esto Sir Geor-
ge Buchanan. Embajador de Inglate-
rra en Petrogrado saciaba rencores
personales. El Emperador no lo que-
ría y era con él cada vez más frío
sobro todo desde que el Embajador
de Inglaterra hacía buenas migas con
sus enemigos personales. La ultima
xez que Sir George pidió una audien-
cia el Emperador lo recibió de pie
sin decirle que se sentara. Buchanan
juró vengarse y como estaba muy li-
gado con tina joven pareja granducal
tuvo por tin instante la idea de hacer
una revolución de Palacio.... Pero
los acontecimientos excedieron a sus
previsiones y tanto él como Lady
Geor^ina se apartaban de sus ami-
gos caídos sin el menor pudor. Al
^»-Ír»r-ír»tr* lü ΓΟνΛΐϋπ'Λπ Kf» fAnt»
ba en Petersburg*» que Lloyd Geor-
ge. ;il siber la caWa (lei Czarismo ert
Rusia re frotó las manos dicicndo:
"Uno de los fines de guerra de In-
glaterra se ha aleanzndo " La Oran
Bretaña es una extraña aliada de la
que se habría debido desconfiar siem-
pre. pues en la historia de Rusia la
animosidad de Inglaterra marca una
línea roja a través de tres siglos.
Desde el memento que Rusia quiere
alcanzar un mar libre. Inglaterra se
le pone en frente. En el mar Báltico
le cierra los puertos daneses. En el
Mar negro se opone al acceso do los j
Dardanelos. Rusia trata en S.'.n í>t?- i
fano de obtener una. salida al Me-
diterráneo. Inglaterra arregla las co-
sas de manera que el Tratado de B?r-
Ii'n le quite esx esperanza inventando
la Rumelia Finalmente. Rusia vuel-
ve sus miradas hacia el extremo
Oriente construye el gran Transsi-
beriano crea· A'ladivostoek y Puerto
Arturo e Inglaterra fomenta la gue-
rra ruso-japonesa tan desastrosa pa-
ra nuestro i>obre país. ¡Y ahora! ¿No
es a ¡a Gran Bretaña con L'.oyd Geor
ge y Robert Home a quien le debe-
mos la continuación de la agonía ru-
sa? Apoya conscientemente a un go-
bierno internacional antiruso conocido
bajo el nombre de gobierno de los
Soviets a fin de no permitirle a la
verdadera Rusia a la Rusia nacional
renacer y levantarse de nuevo.
La raíz del mal
00
(Por el Lic. Nemesio GARCIA NARANJO)
00
"La Opinión" de Torreón convccó a todos los habitantes de ia región
lagunera para que eligieran a una dama cuyas distinguidas cualidades la
hicieran acreedora a coronarse en aquella rica comarca como Reina de la
.¿rmonira qc la gracia y d^ la gentileza. Después de varias semanas en
(d ios apasionados sufragantes hicieron todo lo posible por hacer triunfar
l-s damas predilectas se celebró un escrutinio solemne por el cual fue
llamada a ceñir la corona regional. 1a señorita Concha Cueto.
En ese momento las damas rivale* y los caballeros contendientes debie-
ron haber doblado la rodilla para someterse sin reservas ni distingos a los
mandatos de la Magestad triunfante. Antes del escrutinio ei honor acon-
sejaba luchar; después del escrutinio la decencia ordenaba obedecer. Pero
s;r.-edió algo lamentable: unos cuantos lechuguinos que se habían propuesto
hacer triunfar a otra bella y distinguida dama. procuraron desquitarse de
su derrota ofendiendo a la Reina electa. Y la Soberana ante aquella in-
dignidad se levantó del trono y arraneando de sus sienes la corona discu-
tida la arrojó sobre los menguados con imperial desdén e inconmensurable
orgullo.
¡Bello gesto de Magestad ultrajada J Esa actitud basta por sí sola para
hacer comprender a los "majaderos obstruccionistas que la Reina contra la
cual habían alzudo su cobarde voz. lejos de disputar los honores vanos los
<ieja caer indolentemente para que le sirvan de zócalo a su olímpica altivez
Que otras manos recojan el cetro: las suyas reina» por el corte impecable
por el color marfilino y por las nobles venas de un azul desvanecido. Que
otra frente ciña la diadema: la suya impera sin necesidad de corona. ¡Cuán-
ta confianza en sí misma! ¡Cuinto orgullo en ese continente realj
Los lechuguinos han recibido una lección elocuente: no merecían ser va-
sallos de semejante reina. En vez de aceptar ia única sumisión que hbnra
«la que se rinde a la hermosura y a la gracia) se irguieren ante una dama
con esa insolencia de libertos que pide a gritos el retorno del látigo destina-.'
do a las espaldas viles de los esclavos irredc-níO?.
·'{·
:■·. u.
Desprendiendo de ^ste lischo trhial. la honda enseñanza que entraña.
no sólo para los habitantes de Torreón sino p-mt todo ci .nundo. se llega a
la dolorosa conclusión de que en México actualmente no es posible obtener
un sufragio pacifico ni siquiera para honrar α una dama. El odfo y el des-
pecho están adquiriendo caracteres «morbosos.. Xo se acepta el triunfo age-
nt· ni aun cuando ese triunfo se convierte en pedestal de un ser delicado y
bello. Los derrotado.? no se detienen unte ninguna consideración caballeres-
ca. y arrojan c¡ guante de su reto. sobre un rostro que debería conmover-
los por su perfil p.»rfee:o. Ya no se respeta ni el más giande y conmovedor
de los talentos i4e! talento de ser bella" que «¿iría Teófilo Gautier.
¿Que sólo son unos cuantos lechuguinos lo.- culpables? Y el resto de la
sociedad ¿cómo tolera que esos lechuguinos lleven su insolencia hasta ofen-
der a una dama? Y lo peor es que esos señoritos que han protestado en
contri de la elección de la Reina .-on lo.i mismos que se conforman con las
elecciones fraudulentas de la política los mismos que obedecen las consig-
nas del gobierno. Verdad que esto es cruelmente doloroso? Apenas se
«
puede creer que haya espíritus tan mezquinos que protestan airados contra
una "mujer y aceptan el yugo de un sicario inferior. Se alzan coléricos en
contra de la bellez-s inmortal y en cimbio se somaten a aualqtiier palero
de presidio. ¡Oh espíritu alado y divino de Grecia: cada vez te aleja·.· mAs
de nosotros'
|Xo se coronará la Reina de la Laguna porque unos lechuguinos protes-
taron: pero sí habrá autoridades impuestas en las Cámaras y en los Tribu-
nales porque nadie alza su voz en contra de los atentados electorales. ¿Ysr-
dad que con estas exhibiciones de cobardía y de envidia de sumisión y de
"insolencia no debe haber reina de la gracia ni de la gentileza? Se trata a
los hombres como caballeros y se rebelan: se les trata tomo esclavos y
obedecen.
Para oponerse a una mujer ¡qué viriles] Y para defender sus dere-
chos. ¡qué menguados! Para la boca que derrama· perfumes ¡qué intran-
sigencia; Y para el hocico inmundo que entre eructos de bestia vomita
maldiciones ¡qué mansedumbreJ Andan invertidos absurdamente los sen-
tidos y las cualidades de los hombres: se desdeña lo fragante y se aprecia
lo que huele mal: se respeta lo que debería hacerse pedazos y se trata con
irreverencia a lo sagrado. Hay sacrilegios en el templo y devoción en la
taberna y el lupanar. Las gentes admiten el chicote del amo: pero no acep-
tan la gloria de obedecer a una reina de la belleza y da la gracia.
Todo esto es horrible pero precisa exhibirlo para llegar a li raíz de las
desventuras mexicanas: los valores morales andan trastocados. El mal .
no radica únicamente en el gobierno inepte: está rtiás hondo llega y pene-
tra hasta la médula de la sociedad.
Por eso la Reina hizo perfectamente en no luchar por la enrona dis-
cutida como habría luchado seguramente quien no mereciera reinar. Ella
comprendió que sus subditos andaban desordenados y revueltos y contestó
al reto plebeyo arrojando su guante diminuto e inmaculado que algunos
menguados aceptaron er. calidad de desafío. ¡Mentecatos aprended a ser
caballeros recoged ese guanta del suelo besadlo como corresponde a ttoda
gente bien nacida y luego con la rodilla clavada en el polvo colocadlo res-
petuosamente otra vez en la mano d& la Reina.
Después del insulto lo finito que corresponde es el desagravio. Sólo
los que se humillan ante !as domas saben aizar la cabeza delante de los
hombres. En cambio las armas que hieren a una mujer son las que nunca
se han cruzado entre caballeros.
f jTk
NOVELA DE LA EPOCA DE LA REVO
LUCION CONSTITUCIONALISTA
£STE libro triunfó desde el momento mismo en que
fué lanzado a la circulación. Conocido ya el autor
por su primer éxito con "Heratlio Bernal" el público
esperaba ansiosamente la nueva obra que se le ofrecía
máxime cuando el argumento escogido para ella era
sugestivo en extremo por tratarse de las fechorías lle-
vadas a cabo por una banda de foragidos durante los
días negros de la revolución.
'•EL AUTOMOVIL GRIS'' forma un volumen de 233
páginas impreso en buen papel y con llamativa carátu-
la a colores.
VALE 50 CENTAVOS
PIDASE A LA
Casa Editorial Lozano
118 N. Santa Rosa Ave!—San Antonio Texas.
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 150, Ed. 1 Thursday, July 13, 1922, newspaper, July 13, 1922; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1069117/m1/3/: accessed June 26, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .