La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 7, No. 1981, Ed. 1 Thursday, September 9, 1920 Page: 3 of 8
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c
Rrtmr a íiRirillO/v «sMrilTA R ir*/
I \ I^IV_M/Al \IIV_UL"V I VIILIM iAi \Vy
POR EL LIC.
NEWEc/"]0 —
GARCIftNARANJO
LA HUELGA ELECTORAL
Las (lecciones presidenciales de Méjico se
celebra rojí con demasiada tranquil idad. Tar
'rannnila* e^^vieron que casi puede decirse que
i>/. fueron elecciones. Los ciudadanos convinieron tá-
«itnxnente en no salir de sus casas y la ofrenda a
Democracia se Tradujo en una exhibición de ur-
nas vacías. Los obresonistas al reclamar la victoria
rara s{. han declarado con énfasis qne no hulv>
e»emií^ con quien Inchar. Y efectivamente: no
hubo encmieos .... ni amisos. En realidad no
hnl'O nada
Cilna de desierto silencia rfe aqua estancada
par de sepulcro. El pueblo y Ta democracia. como
»s novios que 'le«ran a viejos sin casarse celebra
ron nn coloquio de bostezos. Las casillas electo-
rales a falta de votantes se llenaron de tedio y
rl triunfo de Obrceón remito tan aburrido como
cualqniera de sus discursos Aquello m:*is bien
que una ceremonia cívica llena «fe eníusia>n>c<« y
esperanzas pareció el velorio de un ilota
•Como las elecciones de la Dictadura! -pue-
den exclamar los observadores. Si: pero en aque-
llos tiempos no se había encendido una revolución
ni devastado a? país en nomhre del sufragio libre-
Entonces se admitía francamente que el sacrificio
de las libertades políticas se justificaba con l i
•paz absoluta y el florecimiento ecou<'.»:i:po de la
República. Tloy. I; somnolencia electoral quiere
decir que por encima de las ruinas de la dictadura
se está exhibiendo la prostitución de la dcn.oera"
cia: qne sobre la bancarrota del pasado ha hecho
bancarrota la Revolución.
El pueblo no fué a las casillas porrpie lo con"
sideró inútil: sabe perfectamente qne Obre<r>n es
«•1 dueño del mando desde que fué derrocado Ca-
rranza y qne la farsa electoral no tiene más obje~
to que legalizar el cuartelazo de Abril. V annnne
el hecho de "observar las formalidades" siempre
es un atenuante en todas las tiranías en esta oca-
sión fué tan brutal el asalto del poder que el
pueblo no quiso sancionar la última asonada con
su voto ratificatorio.
Es elocuente que Obre<jón acudiera hace cinco
rieses a los Generales carrancistas y que éstos lo
sintieran sin vacilar: y que hoy haya acudido al
■pueblo y éste haya contestado con la mayor in«¡i*
ferenria. Cuenta con el Ejército pero no con la
Nación.
Y si el sostén de un Ejército siempre es de-
leznable y circunstancial. ¿qué diremos del apo-
yo de! Ejército carrancista. que acabó por derro-
car al jefe que lo habia creado? ¿Qué Gobierno
serio y estable se puede construir sobre las colnm
ñas agrietadas que en vez de sostener los techos
ardientes del gobierno como era sn deber lo de-
jaron desplomarse sobre la víctima de Tlaxcala-
tongo?
Xo necesita mucha perspicacia Obrejrón para
comprender qne la fuerza que se desprende de nn
Ejército sirve para determinar el éxito de una
nt
batalla pero no para crear situaciones políticas i
El hecho de que César fundase una dinastía so !
bre la batalla de Farsalia. y Bonaparte crease un
imperio sobre la batalla de Marengo. hace suponer
! a los espíritus su{ierriciales que con las armas se
consiste todo. Xo se dan cuenta de que tanto Na-
poleón romo César además de ser ¡reñios ¡Hierroros
fueron hombres de Estado. Para dar el primer
pa«o contaron ron el Ejército: para dar lo^ suce-
sivos. tuvieron en su apovo la voluntad del pueblo.
Esto le ha faltado a Obregón en e] primer arto
¡ de ?u vida cívica. La nación mexicana. Ir ha moni
testado su aversión. en la única forma en que lo j
I puede haeer: ron un arto negativo. Esas rasillas J
: electorales desierras reflejan sobrr el futuro Presi- [
1 dente la más lastimosa de las impopnlaridadrs. ■ j
;Cnál es la rau^a"
Está en todas las concienrias. La narión no
ha quedad ronforme con que después de la desa-
parición de Carranza sisa imperando el carrancis-
mo. La soriedad exige nuevos métodos nuevos
hembra nueras instituciones y bajo el ala protec j
tora de Obrejón se cierne partr del elemento ro" j
rrompido que ha tiranizado a México por mas de
un lustro. Su bandera es la del earraneismo disi-
¡ dente y el país dama por transformaciones radi-
cales-
Por eso el oueblo ante las urnas sr declaró
en huelga y no depositó su voto. Según dicen los
periódicos no sufragó ni siquiera el uno por ciento
de la población El desaire ha sido completo r
sirve para que resalte mas la imposición d« la
casta pretoriana.
T'n desencinto horrible hace que todos los
desrontentos limiten por hoy su actividad a "no
haeer": pero después de la rebeldía pasiva pur-
de venir la actividad airada. Hoy todavía es
Wilson Presidente de Estados í'nidos y ej pueblo
mexicano sabe que será estrangulada en su nina
; cualquiera revolución de carácter nacional. Ma*
I ñaña sin embarco el protector de los carrancis-
tas habrá dejado el poder y Obregón deber* a-
tenerse a sus propias fuerzas. Para entonces ne-
cesitará el apoyo firme del pueblo mexicano qne
hoy se limitó a no ir a los comicios poro que está
en su derecho al exigir el cumplimiento de sus
mandatos.
Después dé diez años de guerra civil no pue-
de terminar el drama nacional con elecciones
tediosas \ntes so admitían por obra de la obra
benéfica del Dictador. Hoy. no: nadie ha rompro-
bado la grandeza porfiriana y por lo mismo todos
tienen el derecho de pedir vida democrática. "El
Siglo XIX—decía ^ íctor Hugo hace cien años—
ha producido nn grande hombre y una gran cosa:
el grande hombre era Napoleón: la gran cosa es
la Libertad. Ya no tenemos el grande hombre;
peroraremos tener la gran cosa*'. Nosotros los
mexicanos podemos decir lo mismo: a falta del
grande hombre tenemos que exigir la libertad.
— — — — -^ —- - -
i TOPICOS DEL DIA
EL CRIMEN DE TLAXCA-
LANTONGO
i 5
E; Sr. A>varo Torre Díaz Ministro
ele México ea Brasil hizo en New
York la siguiente dechkraciór.:
"Varios días antes de la muerte del
sefior Carranza. Mariel se rindió con
todas sus fuerzas al general Pablo
González. En seguida Mariel dió ór-
denes a Rodolfo Herrero pero éste
no deseando cumplirlas personalmen-
te. las transmitió al coronel Márquez
que fué quien encabezó el ataque que
dió por resultado la muerte del señor
Carranza.™
Mn-y bien: pero entonces ¿por qué
no se manda aprehender a Rodolfo
Herrero que está empeñado en de
mostrar que don Yenustiano se suic>
dó* ¿Por qué tampoco se ha procedi-
do a detener al "coronel" Márquez
que r«sul!a autor material de aquel
crimen nefando?
La declaración del Sr. Ministro To-
rre Díaz (la cual es respetabilísima
por venir de un alto dipiomAnco) pue-
de servar admirablemente para orien-
tar ese proceso sobre el cual el go-
bierno. en lugar de arrojar luz. se
proenpa torpemente por envolver en
sombras. Hay cosas que no se pueden
esconder y esas son las manchas de
sangre.
T puesto que *1 Sr. de la Huerta
ha prometido en su último mensaje
que se hará justicia debe proceder a
cumplir !a palabra empeñada ante
la nación. Nadie lo acusa de «er el
responsable de la tragedia pero si
puede acusársele de proteger—o per-
mitir qn? se proteja—a los asesinos.
EL REGIMEN C ARFtANClSTA
Hablando de ia posibilidad que tie-
ne d» triunfar el movimiento revolu-
cionario. que -fgfin 8o dice va a acau
«iillar Lucio Blanco emite ••Rxrelsior"
las siguientes palabras despectivas:
"Por las personalidades que se di-
re figuran en la intriga. ésta es de
carácter carrancista: es decir que la
que se trama sería una conspiración
y eventualmeti!» una revolución ca-
rrancista s:r Carranza.
"Kc decir aspiraría al restableci-
miento «le un régimen detestable y a
'a entrón izaci-'n de hombres dete«-
•idos ;y cor -uflnta nt'n; sin con-
tar en su juego con e' único triunfo
importante: con Carranza.
"Porque ahora ya se sabe y pue-
<íe decirse: lo meno« malo o si se
ouiere lo mejor y aún lo único tole-
rable del r4g¡men fué s'i jefe. Todo
To demíts no fué sino calamitoso y
rnur en particular sus ministros y no
no pocos <!e sus gobernadores."
Kstas palabras condenatorias pnra
!:• revolución proyectada resulta
también inexorable <>n contra --
v --imer: Imperarte. afecto e' ^resi-
dente de la Huert ■ fué uno <!e los go-
> «-madore® cnrmncisías y ñon Alvaro
Ob-ogfln fué por ¿'.¿tir tiempo 'el más
agitado y pletórico de responsabili-
dades) el Ministro de la Guerra del
Husmo "gobierno.
Así pues en la lucha de carrancis-
tas contra earrancistas. irían j^jbier-
no y revolución ' caballo a caballo"
como dicen los jugadores de dados.
Kn una cosa falta "Excelsior:" en
decir que Carranza era lo menos
malo del carrancismo. Eso equivale
a asegurar que la cabeza de una ser-
piente es lo mejorcito del reptil. ¡Y
no; Ha bastado que don Venustiano
haya desaparecido para que los mis-
mos carranclones se muestren menos
execrables de ¡o que eran. Carranza
representaba la cohesión maldita del
crimen: por eso su derribamiento sig-
nifica ;jna verdadera liberación.
Y siguen gobernado hombres igno-
rantes e impuros; pero ya no tienen
la organización nefasta de antaño y
!»or ;o mismo la sociedad los puede
sitiar con demandas inaplazables e
imperativos ineludibles. Y se ve que
no obstante de que la dirección del
¡ país .continúa en manos manchadas
la obra de reconstrucción se ha ini-
ciado.
Y seguirá esa obra a pesar de todo.
Ya el péndulo revolucionario des-
pués de haber alcanzado el punto mas
alto df oscilación... .viene de regreso.
Por eso a pesar de que Obregún se
siente en la silla y de que Lucio Blan-
co llegase a triunfar lo que está fue-
ra de toda duda es que fracasó la Re-
volución.
LA ULTIMA ELECCION
PRESIDENCIAL
De la. crónica publicada en "El Por-
venir" de Monterrey reproduzco los
sisnientes párafos. por parecerme re-
veladores:
"De las S5 «rasillas que comprende
e«ta ciudad sólo pudieron funcionar
dieciocho. Es decir no hubo elección
en 67 secc¡°nes.
"Aquellas que pudieron instalarse
comenzaron a funcionar muchas ho-
ras después de la indicada por la Ley
Electorai. debido a que no había ni
e¡ número de personas que s» necesi-
¡ taban para integrar la mesa.
"Hubo aljjunas casillas en que la
* votación Sfe c°menzó a recoger a las
cuatro y media de la tarde es decir
media hora antes de dar por termina-
da Ir elección.
"fe muy raro por cierto que no ha-
ya habido tiempo suficiente para
efectuar el cómputo de tan escaso
número de votos; y decimos escaso
porque hubo una casilla a la cual
concurrieron a votar sólo dos ciuda-
j danos.
j "El número de votos emitidos en
j otras fué de ocho de dier. de quince
I n poco más."
"Es de una elocuencia que aterra
la circunstancia de que de 12.000 o
rr.As votantes que hay en la Munici-
palidad de Monterrey apenas pueda
haber ocurrido a las urnas el uno por
c<«nto pues puede deducirse ya que
'a cantidad de sufragios apenas alean
zará esta cifra. Y es que las revolu-
ciones pasadas han sido fecundas en
decepciones para Nuevo León."
Después do ¡as transcripciones
anteriores ¿qué dicen los revoluciona-
rios que rodean y aclaman a Obre-
g6n? ¿Por qué estalló la Revolución
de 1910? ¿Por el sufragio?
Entonces hay que esperar otra
Revolución.
DONDE HAY MALO.
HAY PEOR
De! mensaje Presidencial del Sr.
de la Huerta no dejaron de haccrme
gracia las siguientes palabras:
"En el curso del presente año. Mé-
xico extendió su reconocimiento a los
nuevos gobiernos establecidos en las
Repúblicas de Honduras del Perú v
en la de Austria."
Pudo haber dicho nuestro manda-
tario "se restablecieron las relaciones
dipl°máticas:" pero se quiso "dar ta-
co" y apareció algo así como un pro-
tector de nacionalidades.
Esa actitud en cualquiera condi-
I ción se ría indebida: pero aparece su-
mamente ridicula cuando el gobierno
que preside el Sr. de la Huerta care-
ce del prestigio internacional necesa-
rio para adoptar esa clase de postu-
ras.
Pero somos incorregibles. Por
naher estado cierta vez en Guatemala
me he dado cuenta de que algunos
diplomáticos nuestros (no todos por
fortjina. pues Mésico tuvo en aquel
país representantes de primer orden)
que adoptaban una posición modesta
y humilde en Europa y Estados Uni-
dos. al llegar a la América Central
tomaban inmediatamente actitudes de
"colosos dej Norte."
Eso es lo que ha pasado a nuestro
Pr'-sidente: ha nombrado públicamen-
te Embajadores para q' le consigan el
reconocimiento (la solicitud es poco
orgullosa» de Estados Unidos. Fran-
cia. Inglaterra etc y luego al lle-
gar a Honduras Perú y Austria. s<;
cambian los papeles y £1 toma la ma-
gestuosa actitud de otorgar reconoci-
mientos.
Esto quiere decir que donde hay
malo hay peor. Pues si de la Huerta
anda apurado porque a Iglesias Cal
derón no lo reciben y a Palavicini.
no le hacen caso ¿cómo andará el
Presidente del Perú?
T-a décima de Calderón es eterna:
siempre hay quien desee comer las
sobras de cualquier banquete.
LA ORTOGRAFIA DE
PABLO GONZALEZ
Ei mejor comentario para lis últi-
mas actividades del asesino de Zapa-
ta. lo encuentro en el siguiente arti
El jefe (Je la cancillería mexicana
L>r. Gutberto Hidalgo hizo declara-
ciones oficiales en las que pretende
contestar a !os miembros del Partido
Republicano el cargo que le ende-
rezan a Alvaro Obregón de e.star in-
capacitado para ocupar la Presiden-
cia de México en vista de haber sido
la figura principal en el cuartelazo
que echó a Carranza.
He aquí dichas declaraciones se-
gún aparecieron en "Excelsior:"'
"El do ctor Hidalgo nos expuso des-
de luego su opinión manifestándonos
que existía desde luego una base en
las argumentaciones de la agrupación
que se opone al genera! Obregón y es
que si desconoce la Constitución de
1917. actualmente en vigor y recono-
ce en cambio la de 1557 no se expli-
ca' el señor Hidalgo cómo puede apo-
yarse en la que desconoce para los
efectos de su política electora!.
"Estima nuestro entrevistado que
eso que pretende el Partido Repu-
blicano es sencillamente una incon-
gruencia o contrasentido ¿pues cómo
trata de inhabilitar a! genera] Obre-
gón para !a Presidencia apoyándose
en una Constitución que comienza
por desconocer según reza su propia
plataforma política''
"Entrando al punto a que se refie-
ren los partidarios del señor Robles
Domínguez que es el de que según
un artículo de la Constitución visen-
ve no puede ser "electo Presidente de
la República la persona que haya en-
cabezado un movimiento rebelde aso-
nada o cuartelazo etc.. el señor doc-
tor Hidalgo nos dijo que no puede
considerarse-en esc capítulo al gene-
ral Obregón y pone de testigo a todo
el país pues el último movimiento
revolucionario no fué encabezado por
e! citado divisonario sino que se ini-
ció" en Sonora y luego se extendió por
toda la República siendo la prueba
míís palpable do ello agregó el he-
cho de que todos los revolucionarios
■reconocieron como bandera el Plan de
Agua Prieta. "Por lo que respecta al
general Obregón como a muchos otros
políticos inclusive el propio *eñor
Hidalgo de haber salido te la capital
a raíz de aquellos acontecimientos
r.os dijo que lo hicieron porque no
se hallaban bien seguros en esta ca-
pital
"En aquellos días comenzaron las
persecuciones contra nosotros.—nos
dijo el señor Hidalsro.—y para salvar
nuestras vidas en peligro salimos en
busca de un refugio seguro siendo
nuestro primer impulso ampararnos
en aquel grupo de soldados u hom-
bres armados que nos prestaran su-
ficientes garantías. Así fué como unos
salieron para el Norte y otros para el
Sur: el general 01>reg>'<n encontré ga-
rantías en Guerrero y allá se fué yo
hailA amipos en Michoacán y fué en
ese Estado en donde me oculté."
"Así nos explicó el señor Hidalgo
la actitud de! señor general Obregón
a quien el Partido Republicano trata
de considerar como jefe del mov'.mlen
to revolucionario para que se le inca-
pacite legalmente para ser candida-
to.
culejo que firma. "Cualquiera cu
proriuiiciauu
V de paso contra su comadre—do la
Ortografía—la Prosodia.
"Vn «on careos calumniosos por-
notar que con esa mal perdida carta
"ce está comprometiendo" ante los
párvulos.
"Por último al final escribe: 'aca-
vo de recivir"... Sí. hombre acave
usted de una vez aunque por la mués
tra lo que debiera hacer es empezar.
"¡Y que esto suceda en los días en
que no se deja ejercer profesión al
que no tenga titulo. Pues dígame us-
ted. señor Consejo de Salubridad
•únicamente el titulo de general pue-
de ejercerse sin los fundamentos ele-
mentales?
"Por más que después de todo de
ciertos generales cabria d»eir como
de las mujeres que las únicas faltas
que se perdonan son las de ortogra-
fía.
"Porque las otras..."
¿Y pensar que este majadero fué
candidato presidencial? Y que fueron
partidarios suyos Ealbino Dávalos y
Jesús Urueta? ¿Y que hasta el Ar-
zobispo Mora y del Río lo tom6 en
serio?
A mi juicio la carta de Pablo Gon-
zález. es la mejor requisitoria que se
puede formular contra los que fue
ron sus amigos. Ya se sabía por lies
asesinatos de García Granados y Za-
pata que era un tipo inmoral. Inca-
paz de sentir escrúpulos: su actitud
para con Carranza pone de relieve
que fué un traidor a su mejor amigo:
y sus lamentos extemporáneos de ho-
lo dejan retratado como un cobaidí
sin importancia una liebre que corr%
su ultimn fuga un verdulero ' Ion
Nadie" que vn rápidamente al pue-.tn
cseiiro que tenía antes le ocupa.* !a
F.evoluci'n.
Por mas pervertido? que se encuen-
tren aquellos intelectuales que rodea
1 ron a. González deben hoy recordar
| con rubor en el rostro haber forma-
do parte de la corte de este sorimbe
que llegó a perder el sueño pen-
sando en el Alcázar de Chapultepec
Esta en un error el Ministro de
Relaciones Exteriores ¡il suponer que
se necesita ser un adorador del Al-
modrote de Querétaro para aplicarlo
en contra de aquellos que lo procla-
man com0 ley fundamental dej país.
Se aplica la ley de 1917 para conde-
nar a Obregón porque es la que él
invoca para regir los destinos de Mé-
xico. El ha protestado cumplirla y
por eso. si no la cumple todos tienen
derecho de denunciar el perjurio.
No ¡o piensa así Hidalgo porque su
psicología carrnncista lo lleva a con-
siderar siempre la situación mexica-
na como algo -4Ut r-orresponde exclu-
sivamente a la casta revolucionaria
con excepción de las demás clases
sociales. Los revolucionarios son los
a.'modrotistas y por lo mismo los úni-
cos capaces de tomar participación
c-n la cosa pública. Fuera del obre-
gonismo—o sea neo-carra ncismo—las
gentes están incapacitadas hasta para
invocar la- ley. No pueden hablar del
Código de porque no está en vi-
gor: y en cuanto a la Carta de 1917
como no son partidarios de ella no la
pueden citar tampoco en su beneficio.
¡Qué fácil es arreglar todos los asun-
tos de este modo;
Añade Hidalgo que Obregón no en-
cabezó la última revolución. Se lo
puede contestar que la Constitución
incapacita no solamente a los que en-
cabezan lo.s cuartelazos sino también
a todos los que en ellos se complican.
; V que. mejor comprobante de eom-
plicaci/'in se quiere que el manifiesto
revolucionario expedido por Obregón
en Chilpancingoi
Pero vamos suponiendoque Hidal-
go tenga razón y que solo estén inca
pacitadas para la Presidencia los Je-
fes de Revolución. ¿En qiüfe condicio-
nes queda don Adolfo de la Huerta
ue fué el jefe de; movimiento sono
.nse? íll no tuvo .juc salir persegui-
do de la ciudad de México ni se vió
forzado a ir al campo revolucionario
por instinto de conservación. ¿¡Enton-
ces'
Fué el jefe voluntario de la Reva-
lución y de acuerdo con el criterio
de Cutberto Hidalgo está incapacita-
do para ser Presidenta Es pues—-con-
forme el criterio expreso del Jefe de
la Cancillería—un usurpador. Y si de
la Huerta está usurpando facultades
que no le corresponden ¿qué están
haciendo sus Ministros'
¡Vaya con don Cutberto. que para
defender a Obregón se corta el mismo
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 7, No. 1981, Ed. 1 Thursday, September 9, 1920, newspaper, September 9, 1920; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1069150/m1/3/?q=%22%22~1: accessed July 10, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .