La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 6, No. 1809, Ed. 1 Saturday, January 24, 1920 Page: 3 of 12
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¡PRESENTES!
r.m legitima satisfacción T>odemos en el nom-
bre de todos y cada uni> de los que formamos la
eran Colonia Mexicana d^ los Estados 1'nidos. de-
cirlo ^ nuestra Patria en momentos de tribulación
como los actuales: ;presentes!
Finitos aquí: hemos acudido desfle lu«*£o a las
vocee de nuestros hermanos afligidos. y las enor- j
mes listas que ahora publicamos. las publicadas y
las qne publica remos harán salxr que estamos con
toda ->l alma con la Patria que no la olvidamos
ti i la olvidaremos jamás ni a nuestros deberes.
A la evocación del nombre augusto de esa Pa-
tria t in amada semeia que desfilan animados fer-
vorosos y solícitos inscritos en las listas todos
o casi todos los mexicanos qne vivimos en este gran
país y creemos que al terminar nuestros trabajos
no habrá uno s<do que teñirá la p«»nn de no ver su
nombre fiírurar en las qne bien "todemos llamar
lista< de b-crión de honor.
Todos han contribuido o van a contribuir es-
tamos segurísimos para cumplir con el elevadísi-
mó deber y para que el nombre de nuestra Colonia
sea apreciado y quede de hoy para siempre en el
alto lugar que se merece
Con desprendimiento que no agradeceremos lo
bastante las colonias extranjeras radicadas en
nuestro país han aportado muy crecidos contin-
gentes. Xosotros formamos y formaremos espíri-
tu al ni en-e parte integrante de la Patria pero tam-
bién formamos en el extranjero una Colonia y és-
ta del>e e^tar no solo a la altura d.a las extranjeras
sino más obligada por los lazos de la sangre y de
la nacionalidad.
Qne de eco en eco se repitan nuestros llama-
mientos. y que nadie falte srrandes y pequeños al
cumplimiento del deber.
Por muy especiales circunstancias que no es
del caso referir nuestra Colonia está formada en
su mayoría de modestos cíudadaros de trabajado-
res. de exiliados de personas que carecen de re-
cursos cuantiosos que estamos atenidos al iurna-
culado producto de arduos trabajos cuotidianos y
no po.-..s padeciendo privaciones c que antes no es-
taban acostumbrados. "En es-e mentido meior di-
cho er> este concepto. .--I presente de nuestra Colonia
debe recordarnos la parábola bíbliica. del óbolo de
la \iuda. qne fué : . s grato al Señor que las Udi-
vas más ricas.
Asi se ha formado puede decirse que de cen
tuvo a centavo las ya cuantiosas sumas que os
tamos remitiendo al <litrno representante (le núes
ira Colonia el señor I\ Carlos B. Zetinju ([lie lu
sabido comprendernos servirnos e interpretai
nuestros deseos y donativos al decirnos que sabt
bien que han de significar para muchos panes qui
lados a las bocas privaciones y sacrificios.
Debe ser también motivo de intima satisfacciór
y de congratulación para los donantes y para núes
tros hermanos afligidos saber que <-1 óbolo sagrad»
de nuestra colonia será manejado por el señoi
Zetina. V que este filántropo caballero ha mandad<
desde luego a uno de sus empleados de confian
za absoluta para que recorra la comarca y la in
forme en el acto para proceder asi con perfecto
conocimiento y equidad.
El señor Zetina ha estimado pues en lo que
vale la generosidad de nuestra Colonia y ha corres
pondido con creces como no era menos de esperar
se de un caballero tan patriota y tan cabal a In
confianza ilimitada que hemos depositado en él
justo es decirlo con aclamación unánime de lo>
mexicanos.
Y tan es así que también la Junta poblana de
Socorros y otras asociaciones filantrópicas or-
ganizadas con el mismo fin lo han designado te-
sorero.
LA 1MIKXSA se enorgullece hoy. como en an
teriores ediciones de publicar tantas páginas con
listas de contribuyentes poroue es la primera ve?
que la acción social de los mexicanos en el extran-
jero. se ostenta en esta forma que debe enorgulle-
cemos.
\1 presentar a nuestro país los nombres de
esta legión que um sabe honrarse y honrar a la
Patria le llegará un eco de nuestros sentimiento*
y de nuestros esfuerzos aún no satisfechos del to
do eumo lo serán seguramente pues vamos llegan-
do apenas a la mitad del camino que debemos re
correr digna y triunfalmente.
¡Aquí estamos todos sin faltar uno sólo! di
rentos a la Patria al coronar nuestras labores \
tendremos a gala demostrar todo lo que vale y 1c
que puede una idea generosa hecha y consumad;!
con fuerza con devoción y con conciencia que sien
te con nuestro prestigio de pueblo humanitario \
cuito un glorioso precedente que nos ilumine \
aliente para lo futuro.
;Oh Patria! ;estamos presentes!
¡ ACTUALIDADES EXTRANJERAS 1
Aventuras y desventuras de un embajador del Shah en
la corte de Luis XIV
(Traducción á'l frsncfs para LA PRESS A.)
El Shan de Peisia ha venido a
Francia para imc.arse en ¡as finu-
ras de 'a civilización occidental. Tam-
bién ha venido probablemente a de-
fender los intereses de su país qt e
se halla en una situación delicada
y a lanzar a este propósito según
asegura un chistoso malévolo aigu-
ros gritos 'estridentes."
Su presencia muy discreta er.fre
nosotros no ha conmovido en lo más
mínimo a la opinión pública. Algunas
palabras en los periódicos y algunas
fotografías en las revista?. Eso es
todo.
En el siglo dieciocho los parisiei-
ses lo comprendían mejor y a: ha-
llarse frente al persa imaginario in-
ventado por Montesqnieu. declara-
ban con aire de conocedores que en
verdad tenia un aspecto muy persa.
Entre todos los persas de calidad
cuya presencia honro París el que
atrajo más la atención de sus con-
temporáneos fué seguramente ei
embapador que vino a saludar a
Luis XIV durante el ultimo año de
su reinado. (Sus aventuras y dís-
venturas fueron anotadas en 1907
por el señor Maurice Hcrbeíte; un
volumen editado en 1a casa Perrin.)
Era un hombre singular. Su sobe- j
rano el Shan Hussein. no habiéndo-
se atrevido a designar personalmen-
te a sti representante por temor a
los turcos le encomendó t se trabajo
a un Gobernador de provincia. Eíte
subalterno nombró a un alto funcio-
nario de las finanzas que probable-
mente se habría hallado muy en su
lugar en la torre del tesoro provin-
cial de Erivain. pero que no se en-
contraba tanto en él al ¡leñar sus
funciones de Embajador dei rey de
los reyes.
Después de un largo viaje com-
plicado con prisiones evasiones y
persecuciones desesperadas en los te-
rritorios del Gran Señor que trataba
de cortarie la cabeza a cualqu:er
precio desembarcó en Marsella. Su
lleuda causó sensación y todos se
apresuraron a examinar a su placer
al Embajador oriental.
Mehemet Riza Bey. era de baja
estatura negro barbado feo como
un mono malo como un eh.ical in-
solente pretencioso exigente y ca-
prichudo. Por las causas insig-
r ficantes hacia unas célere locas
echaba mano a su gran sable y rveia
huí- a los oficiales que Lui-% XIV
había comisionado cerca <*e su au-
gusta terrona. Con semejante ca-
rácter. era el menos diplomít.co de
todos >ercs oue se pulían u<iagi-
n&r. A cada :asíante había que cal-
marlo y que halagarlo; y los marso-
ücsc.s supieron halagarlo tan bien
que -'o quería abandonarlos > t>ro-
lor.«ró desmesuradamente su perma-
nencia en esa ciudad permanencia
| confortable fastuosa y pagada por
e.' magnánimo Rey de Francia.
Se dejaba ver. sentado en unos ¡
cojines y fumando pipas intermina- ]
bles en tanto que almorzaba metien-;
do los dedos en todas las salsas. Ofre- ;
c:a a ?us comensales cosas exquisi- ¡
tas embuchados de carne picada !
cor» azúcar envueltos en peras cocí- ¡
das con mantequilla. En seguida
apagaba su sed ofreciéndoles uc po-
co de "helado'' mezcla de agua de
azúcar de jugo de limón de jugo de
njo y de cebolla sazonada con un
poco de sai. Aquello era inédito y
delicioso.
Arrancado a los encantos de Mar-
sella Mehemet fué conducido a Pa-
rís. El camino se les hizo muy largo
a los gentiles hombres franceses que
lo acompañaban. Experimentaba un
placer especial en complicar su ta- ¡
rea. en multiplicar las dificultades ¡
manifestando pretensiones siempre j
renovadas y exigiendo inverosímiles
muestras de respeto y de honor. Xe- ¡
ees'taba que se le hicieran recepcio- j
res grandiosas en todas las ciudades;
se rehusaba a sentarse en una ca-
rroz:' al lado de un cristiano: se que-
ji.ha r. cada paso de falta de mira-
mientos hacia él. y a todo el mundo
le hacia escenas terribles durante ¡as
cuales según se asegura bufaba co-
mo un toro.
P >r fin llegaron a las puertas de
París y se detuvieron en Charenton
(¡cómo se encuentra Charenton aho-
ra: para preparar la entrada solem-
ne r- la capital.
Se necesitaron diez días para
arreglar los detalles. Mehemet no I
quería saber nada acerca del proto-J
colo habitual ni aún de la política !
más rudimentaria y se obstinaba en
permanecer echado sobre sus coi:-
nes cuando aigun gentil hombre. a<i
fuera Mariscal de Francia se aproxi-
maba a él.
Bien que mal el Barón de Breteuil;
introductor de Embajadores lo hizo
al fin oír la razón y pudo tener lu-
gar la "entrada" que fué magnifi-
ca solemne y ridicula hasra -cierto
punto aabiér.dose llevado a cabo en-
tre dos vallas de bausanes que se
aglomeraron para ver al tersa a lo
largo de las estrechas ca-.es del Pj-
lis de entonces.
Sin duda conocéis e:i la calle
lournom cerca del Señad'» una
gran puerta cochera ante la cuai se
eueaentra un emplead oite recorre
si frente. Es la entrada a un cuar-
-'e la guardia la del viejo hctel
del Marisca! de Ancre que se desti- •
naba a servir de alojamiento a los <
representantes extranjeros y como '
se decia entonces a "darles banque- j ¡
tes a las grandezas." Mehemet fué :
instalado allí con grandes gastos 1
para la Corona y alli lo mismo que í
en Marsella una multitud de per- '
sonas de calidad acudía para contera- ;
piar a aquel extraño personaje que
a pesar de ser tan bárbaro se lavaba
todos los días.
Su originalidad y sus cóleras se
hacían célebres y sin embargo se
le toleraban pues Luis XIV tenia
tanta curiosidad de verle como el
último de sus lacayos; y además en
aquel año había muy pocas ocasio-
nes de distraerse y de alegrarse.
En 1715 Francia se hallaba triste
cansada gastada por un largo rei-
nado de guerra y por una sucesión
grande de años de desgracias. ¿Dón-
de estaban la corte resplandeciente
y la Francia magnifica del joven
Rey-Sol? El pobre gran Rey viejo
ya. cada día se debilitaba más en su
inmenso castillo melancólico y seve-
ro. Se sobrevivía a sí mismo a su
pasada gloria a su misma familia y
había quedado so'd para simbolizar a i
Francia con un niño pequeño.
La recepción de Mehemet en la I
Galería de los Espejos fué la última
ceremonia brillante que se dió en
Versalles en vida áe Luis XIV. Bri-
llaba con todo «.'1 esplendor de los
diamante? y pedrerías que recamaban
los vestidos de pala hecn:;s especial»
mente para dicha recepción. Estos
tan nesados que ei anciano tu*
grandes dificultados para soportar I
su peso hasta el fin. A los Ministros >
les corría prisa que terminara li fies-
ta y les corría j.rivi también el con-
cluir un buen trart<!> ron Persia. si-
guiendo a este respecto < if • íeme
las grandes Ira )'c:one-- de Oolbert
y el preparar amr.'ic" vía- de acceso
al comercio frrr.--. -s. en país en el '
que solamente los indicies y los ho-
landeses traficaban con éxito. Obtu-
vieron de Mehemet algunas cláusulas
favorables para nosotros n^^teiadas
con paciencia en tanto que su hués-
ped se ingeniaba para prolongar su
permanencia en Francia los place-
res que allí encontraba y los benefi-
cios personales que de ello sacaba.
Su vanidad no menos que su interés
=e hallaban satisfechos. E! notel de
Foumon no llegaba a estar sin visí-
: antes.
Ei embajador los recibía en su
:ámara infeccionada por las pipas
3'ue fumaba. Sentado en el suelo en
m tapete no tenía que soportar es-
ta atmósfera irrespirable en tanto
3ue sus huéspedes que se hallaban
sentados en sillas o de pie tosían
iadeaban y se sofocaban.
Pero todo tiene fin. Se murió
Luis XIV y fué necesario desembara-
zarse pronto de ese parásito estor-
boso molesto y costoso cuyo séquito
rausaba grandes desórdenes en la
•iudad. Puesto que el tratado había
¡ido firmado ya ninguna razón plau- j
>ible había para prolongar por más ¡
iempo la Embajada. Se le dió n en-
ender a Mehemet que ya podía retí- '
arse pero se quedó. Se le trasladó
i Chaillot y a pesar de eso se anedó ¡
I
A propósito de la transmutación de
los cuerpos.
Trad. del francas para LA PRENSA.
Como continuación de la serie de
artículos que hemos publicado prece-
dentemente acerca de! maravilloso
descubrimiento de sir Ernest Ruther-
ford damos ahora la brillante cróni-
ca del señor Charles Nordmann a que
hacía alusión en su crónica que publi
camos anteriormente el señor Geor-
ges Wulff. Aclara y completa todo
lo que hemos dicho hastt ahora acer-
ca de la transmutación de los cuerpos
que fué constante preocupación de
tantos alquimistas de los tiempos pa-
sados:
"La transmutación de los elemen-
tos químicos el viejo sueño que visitó ¡
con tanta frecuencia los cerebros mis- ¡
ticos de los alquimistas medioevales j
acaba de ser realizado por primera
vez. Las agencias esas trompetas mo
demás y telegráficas de la Fama han
descuidado el comunicar . la noticia
que es cierta a pesar de ello. Eso se •
debe a que la actualidad es mujer y .
no siempre reserva ni sus sonrisas... i
ni sus traiciones para los objetos que :
son más dignos de ellas. Eso se com- j
probó bien hace unos mil novecientos '
años cuando apareció en Judea ese
Cristo que debía transformar al mun-
do: de los historiadores de la época
uno sóloen unas cuantas palabras
menciona su existencia. Eso tenía
la explicación de que el imperio—que
desde aquellos tiempos se '.lamaba ya
república—se ocupaba sobre todo de
la pa2 universal que debía según las
afirmaciones oficiales reinar en lo su
cesivo sin tregua entre la sociedad
de las diversas naciones; y también
se debía a que el combate de los gla-
diadores célebres bastaba para satis-
facer la necesidad de saber de los
ciudadanos. Por fortuna nosotros he
mos cambiado tudo ésto.. . .
Así pues la transmutación de los
cuerpos ha sido realizada. El gran fí-
sico inglés sin Ernest Rutherford
fué el que hizo este descubrimiento ;
cuyas consecuencias teóricas y prácti-
cas serán incalculables.
He aquí en pocas palabras como
llevó a cabo su experimento y las ra-
zones de él: Es bien sabido que el ¡
descubrimiento del radium ha cambia i
• * • i
: U'.> Cl/III inCLíUIItlll-V: itt» üUWiUiica
ca de !a naturaleza de los átomos de
'as substancias químicas. Se sabe a-
hora que un átomo de fierro o de oro
por ejemplo es muy análogo en lo in-
finitamente pequeño a lo que es en
¡o infinitamente grande ei s^l y su
cortejo de planetas; el átomo está for-
mado por un astro central compues-
to de pequeñas partículas cargadas
de electricidad positiva y a¡ rededor
del cual giran con velocidades pro-
digiosas pequeñas plantas cargadas
de electricidad negativa a los que se
llaman "electrones". Lo que diferen-
cia a un átomo de oro por ejemplo
es solamente el número de "electro-
nes" y de partículas positivas que en
él entran siendo por lo demás estos
corpúsculos positivos y negativos
ípues se les ha pesado) rigurosamen
te los mismos en todos los cuerpos.
Y vaya que no es prande un electrón:
pesa justamente la mil millonésima
parte de un millonésimo de miligra-
mo. No despreciemos sin embargo
este fragmento de átomo puesto que
de él están hechos los cerebros más
grandes y los corazones más bellos
del mundo. ¡Admirable unidad del
universo!
Cuando un átomo contiene un gran
número de estos pequeños planetas
acontece por razones aún mal cono-
cidas. que uno o varios de dichos ín-
fimos planetas escapan repentina-
mente a la atracción del sol atómi-
co y son proyectados en el espacio.
Esta especie de explosión de catás-
trofe minúscula de dislocación bru-
tal del átomo es precisamente lo ;
oue podemos comprobar en el ra- ;
dium: los electrones proyectados en- .
tonces fuera del átomo forman lo
<v!P «e llama ¡os rayos "beta" del
■•i en tanto que las partículas
posm\ as que se escapan al mismo
tiempo forman lo que se llama los
rayos "alfa" del radium. Se sabe
que el radium procede a su vez de
otro metal llagado uranio oue se
cambia en aquel después de que su
átomo ha expulsado tres de esos pro-
yectiles ínfimos; el radium mismo
todavía. Se le suprimieron los vive-
res y entonces partió llevándose
innumerables cajas las de sus peque-
ños ahorros más una muy grande
prov sta de agujeros que ocultaba
a una joven tonta que quiso dejarse
robar deseosa de correr la aventura
de un viaje a Persia.
Mehemet. a su i>?írre^o nrefirió el
camino de la Moscovia al del país del
Sultán que tan malos recuerdos le
había dejado. Por lo tanto se em-
barcó para Rusia en Rouen. pero
habiendo desembarcado a medio ca-
mino. en Copenhague terminó por
tierra su viaje. Atravesó Alemania
perdió sus bagajes fué completa-
mente despojado de todo y llegó a
Persia después de mil aventuras
:asi desnudo y casi solo. Avergonza-
do y sabedor ¿e que su mqy larga
iusencia y que su tratado demasiado
)neroso para el Shah iban a ser cau-
sa de que se le colgara se suicidó.
En París se olvidó pronto a Mehe-
met Rina Bey; pero su recuerdo y su
jlor quedaron por mucho tiempo en
!os muros del hotel de la calle Tour- i
ion. En efecto los extranjeros aue
e sucedieron en ese palacio encon-
rarrn el local tal deteriorado y tan
fétido que fué necesario proporcio-
iarles otro.
Jean CORDEY. .
| después de que su átomo ha sufrido '
cinco diferentes explosiones con
emisión de proyectiles se cambia en
plomo. Estas transformaciones admi-
rables nos suministran un ejemplo
admirable de transmutación pero de |
una transmutación expontánea* rea- ¡
lizada por la naturaleza y sobre la ¡
cual el hombre no ejercía ninguna |
acción. Los sabios por ninguno de
los medios de que disponían habían
logrado acelerar o retardar la velo-
cidad con que el radium y los cuer-
pos análogos se transforman.
Esta es la laguna que acaba de
llenar de manera brillante ?ir Ernest
Rutherford: este sabio ilustre de ¡
aquí en adelante tomó para bom-
bardear y disecar un átomo estable
el más poderoso el más enérgico de
los proyectiles hoy conocidos y que
se halla constituido precisamente f
por los rayos "alfa" del radium j
Los pequeños proyectiles formados 1
por estos rayos tienen una veloci- f
dad inicial de 20000 kilómetros por j
segundo aproximadamente. ¡He aquí i
a los Bertha terriblemente sobrepa- ;
sados. ¡Ahora bien bombardeando j
con estos rayos los átomos del gas
ázoe (que como se sabe es el prin-
cipal elemento que entra en la for-
mación del aire.) sir Evnest Ruther-
ford logró descomponerlo con for-
mación de gas hidrógeno. Este he-
cho bien demostrado hoy (no diré
cómo pues acaso resultaría dema-
sciado largo) constituye la primera
transmutación realizada por el hom-
bre. Prueba que se le pueden arran-
car a un átomo una parte de las
partículas que lo constituyen.
Ahora bien para hacer oro bas-
taría arrancarles a los átomos de
bismuto dos de sus partículas "al-
fa" o a los átomos del plomo dos
partículas "alfa" y una partícula
"beta." Acaso esto se hará en breve
y por más que el oro fabricado de
esta ma-iera resulte más caro de lo
que valga sce puede decir ahora
que k "piedla filosofad' ha sido
encontr-Ja ya.
LCS RESPONSABLES DELA '
MUERTE DE RONEY y •
DE BOWLES
biemo de Caranza ha informado a
la Secretaría de Estado del Gobier-
no americano que dos individuos han
sido arrestados en conexión con el a-
sesinaío de los americanos Roney y
Bowles. que fueron muertos en las
cercanías de Puerto Lobcs. y que se
espeia que otros arrestos se lleven
a efecto a medida que la investiga-
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Cintrado honradísimo que consagró su vida a la justicia. EVARISTO el TORNERO: e: LICENCIADO
LAMPARILLA. el CORONEL MOCTEZUMA. el LICENCIADO BEDOLLA. todos estos titos fueren tema-
dos de la realidad y por eso la novela resulta interesante.
Hov que. México ha vuelto .» la vida revolucionar:* muchos de sus capitulo* pa-eren o*ta- rela-
tando hechos de la hora actual. Cada personaje r.os es familiar pues ha reencarnado en los tipos de Ih tra-
gedia presente. ¡ Er. cuantos jefej militares veraoss la reproducción de "Relumbrón". ¡ En cuantos revolucio-
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 6, No. 1809, Ed. 1 Saturday, January 24, 1920, newspaper, January 24, 1920; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1069526/m1/3/?q=%22%22~1: accessed June 25, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .