El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 114, Ed. 1 Saturday, April 25, 1891 Page: 3 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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W¿S ■
r
> á maravilla—xcon
á quien Adrián tendió
m en un movimiento
lo de raqiete y de goto.
Yo «aguí con indiferencia m:
o; creyendo <que habría de
corta y vulgar la conversa
ta; pero al oír un nombre me
tve como «i alguien brusca
ite me impidiese el paso.
Cómol Aquel era Juan de
tios°Peaa del cual habia oído
iblar desde muy niño, el poeta
le .quien guardaba, escondida
itre mis libros, una colección de
tersos publicada en el folletín de
sé qué periódico y que lleva
al ¿rente un prólogo del Ni
lantet Aquel....! Y vol-
d el rostro para contemplarle.
«En la empalidecida franja de
*lui del Ocaso,.cruzaba por las ra
;jnas de los árboles, que parecian
¿rasgueos de tinta de china he*
<chos en el fondo del horizonte,
se jperfilaba la figura del poeta,
«orno un conjunto de penumbra.
Sobre el cuerpo robusto y pro
>rcionado se erguía la cabeza,
i descubierta en ese momento: ca
bello lácio y negro; frente despe-
jada y serena; ojos pequeños, pe-
ro á semejan/a de los de Mario,
con la mirada grande ¿ nariz un
tanto corva, espeso bigote y abun
dantes patillas á la española, que
imprimía un aire marcadamente
ibera
£ Y sobre este simpático conjun-
to, sello de bondad y dulzura
singulares, una sónrisa festiva,
tranca, que iluminaba el semblan
te oon el fulgor de una alegría
liosa.
Me acerqué poco á poco, tími-
do y conturbado. Era la prime-
ra vez que veía á un poeta, así,
hecho carne, vestido como noso
tros, y hablando como cualquier
hijo de vecino. Hasta entonces
el ideal de poeta, que yo me ima
ginaba, es cierto que desvanecí
do y confuso, era extravagante
sía que algún signo exterior,
de superioridad, había de distin
guirlo del vulgo, torpe, prosáico
y.soez: que otra atmósfera dis-
tinta de esta en que nos agitamos
los mortales, había de rodearle;
[ue se yo.... Cuentos, aberracio
i, sueños, herencia que la ni-
deposita en manos de la ado
rncia, y que paso á paso se
igue, al contacto de la rea
l, como las gotas de rocío se
vaporan á los rayos del sol.
iempre que yo pensaba en Lar-
ine, por ejemplo, lo veáa re-
linádo en una nube, como pu-
hacerlo en un confidente,
le la misma manera que lo repre
rntaba una lámina de algún li
que había visto. De suelte
para mi no hubiera sido ex-
notar que Juan de Dios
llevara en la cabeza una
>na de laurel en vez de un
ibrere«de seda. Yo escucha-
t con religioso silencie, lleno de
ta como en óxtasis. Iba
i asombre en asombro. £1 poe
r refería* en una narración sen-
sus recuerdos de viaje que
\ parecieron proezas y aventu-
encantadas: las recepciones
i Atfouo XII; lu tertulias en
una intere-
eesién en la Academia de
banquete.á Cam-
conversación con
es de Arce; una cita oon Pé-
rez Galdós; una frase ingeniosa
de Marcos Zapata; y los epigra-
mas de Fernández y González; y
las intimidades con Grilo; y las
discusiones con Eusebio Blasco.
I Sería cierto f ¿ Con qué era ver-
dad que había estado en el Olim-
po?....
Esa confusión indescriptible
que me embargaba; poseído de
un entusiasmo febril, capaz hu
biera sido de besarle la mano
de arrojarme á sus pies, de des
hojar flores sobre su cabeza; nun
ca de abrazarlos, de hacerle ma
nifestaciones vulgares, de llamar
lo porsu nombre, no;semejantes
profanaciones á él, á un poeta
jamás me las hubiera perdonado
á n i mismo.
Estaba yo en esos instantes
lleno de un sentimiento místico
que alguna otra vez habia. expe-
rimentado,' cuando "penetraba á
una catedral, y á mi venía el ru
mor de las oraciones envuelto en
una ráfaga de incienso.
Al fin Juan de Dios Peza ha-
bló de su padre, del bautismo de
su primogénita, de su puesto en
Ja Legación, y rae pareció que
descendía un poco de la altura y
que alguna vez, en lo> porvenir
convertido en hombre, había de
tenderme los brazos y de llamar
me amigo suyo. No fui presen-
tado; no le di la mano al despe-
dirme. Adrián Rico le prome-
tió visitarlo. Ah! Si yo hubie-
ra podido decirle algo!
Cuando llegué á mi pobre cuai
to y abrí mi Cosmografía, hice
muchos esfuerzos para fijar el
pensamiento en el estudio de las
trayectorias y paralajes hasta que
al fin, como la mariposa que un
chicuelo prende en un alfiler, se
quedó con las alas palpitantes so
brelas páginasde milibnto de tex-
to y frente á mi vela de estudiante
que derramaba, su luz escasa
amarillenta, ¡ ay! tan propia para
hacer versos y para escribir car-
tas á mi novia!
*
•
Seis años después era yo un
bohemio, un verdadero bohemio.
No tenía hogar y casi ni fami-
lia; había colgado los hábitos y
pasaba los días sobre el bufete
de una oficina pública, sudando
la gota gorda, para haber de ga-
nar los veinticinco duros men-
suales.
Qué causas motivaron esta
transformación? Dios mío! Fue
ron tantas!.
Empero, mi ambición se reve
laba. Día por día renegué de mi
manera de vivir tan obscura, tan
triste, tan insípida. Y escribí ver
sos amargos, esos versos cuya
sinceridad todos han puesto
en duda, aun aquellos literatos
bondadosos que me estimulan y
y guian.
Una mañana que siguió á una
noche de insomnio, concebí uno
que me pareció gran proyecto.
Y entre minuta y minuta, escribí
el siguiente borrador de una c&r
ta, escondiéndolo á cada rato—n
tan luego como oía los pasos de
mi jefe—entre los estados de her
ramíenta y las Memorias de jor-
nales que tapizaban mi bufete.
! La esencia de la dicha carta, di-
rigida á mis recuerdos de felioi-
Continuara.
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J. B. Galbraith. D. J. Príce.
Trafilo Managor, Palestino, Texas. Asst Genl^Pasa. k Tkt Agt
The Daily Light, eo til
de desbarra, que de poco
po á esta parte viene pul
con el especial objeto de
á los mexicanos avecindadc
esta ciudad, publica en su n<
ro correspondiente al 17 del
en curso, lo siguiente, que á con-
tinuación traducimos:
."A practical citizen su(_
that Capt. Mackey's gun be
at each voting poli west of
San Pedro. The suggestiou
become popular."
"Un ciudadanoprático sugiere'
que el fusil del Capitan Mackey
sea puesto en cada casilla elec-
toral al Oeste del arroyo San Pe-
dro La sugestión se hará po-
pular."
• •
Nosotros, justamente indigna-
dos contra quien escribió tan es-
túpida sugestión, en que ae inci-
ta á la violencia para obtener sua
deseados é injustificables fines,
contestamos á ese periódico como
se lo merece:
A sensible and impartial citixen
suggcsts that the "[►radical
citizen of The Light," be sent to
the Austin Asylum where he
raay be cured of his insanity and
murderous instinets.
Uu ciudadano juicioso é ira-
parcial sugiere, que el "ciudada-
no práctico de The Light," sea
enviado al raanicomio.de Austin
donde se le podrá curar de mi
locura é inclinaciones al
nato.
No son nuestros deseos enemia
tarnog con los bueuos ciudada-
nos de este País; pero tampoco
inclinar nuestra frente ante lo
insultos de gente mal intenciona-
da.
EL FUSIL DE MACKEY.
Aplaudimos calurosamente la
actitud del fiscal del Condado Sr.
Bartolo DeWitt. en el caso del
mexicano Molina acusado por
robo de gallinas.
No pretendemos disculpar á
Molina del delito que haya «so-
metido ó intentara cometer; per
el contrario, somos partidarios d<
que se castigue al malhechor
cual fuere su nacionalidad, y por
esto es que encomiamos el
ceder del Sr. DeWitt, al esfor-
zarse por que se le aplique
condigno castigo á W. D. Hut«
cheson, capataz del rancho del
Capitan Mackey, quien oonft
ser el individuo que arregló
mecanismo que había de disj
rar el fusil que con intento
asesinar se puso en la puerto
gallinero, y que como ya se i
hirió á Molina en una pi<
persona de quien con anl
dad el capataz y el Capitan
key, tenían sospechas de que
ra la misma que leo estaba
bando las gallinas.
Estas sospechas, no mal
dadas' por lo que loa mismos
chos prueban, creemos
para sostener oon ji
son el cargo de oonato de
cidio que el abogado
formulado en oontra de
Hutcheson, pues al <
¡Áj:t •'
m
IM ayitaB
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 114, Ed. 1 Saturday, April 25, 1891, newspaper, April 25, 1891; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192913/m1/3/: accessed June 19, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.