El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 115, Ed. 1 Saturday, May 2, 1891 Page: 2 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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f Nueva Otlcliib.
>esde e«t« techa avisamos á nuestros suscritores, asi como al público on
eral, que homo abierto en la misma casa de la Imprenta una Oñoina
Udonde se podr&n dirijir cuando deseen comprar cualquier clase de morcan
, nosotros no encargaremos de comprarlas con las mayores ventajas para
K<Wiarohante y romitirlas por correo, expreso, ó flete, las que por su peso ó
^■tnen. no so deban enviar do otra inaneru.
¡Toda persona que necesito Sombreros, Camisas, Vestidos, Pantalones
Ibaléeos, Casaras, Calzoncillos, Medias, y en fin cuanto se desée, nosotro-
los enviaremos al rocibo do su importe.
Condición invariable: No atenderemos ningún pedido quo no venga acom
lado del valor necesario para comprarlo, pues al bacer esto nosotros, solo
Ufamos demostrur á los comerciantes de osta Ciudad, que nuestro periódi
circula, y cuando tío bayan convencido do ello, obtoner sus avisos, por esos
que ofrecemos gratis nuestros servicios en ese sentido.
V'V
df '
dad, do inocencia; de encanto, es
decir á Juan de Dios Peza, era la
siguientfe: "lió cumplido diez y
ocho años; fui estudiante, ya no
lo soy; tuve porvenii, ya no lo
tengo; tuve familia, la he perdi-
do; no me quedan más que al-
guuos nobles deseos y muchos
versos. Ahí le envío á usted al-
gunos pocos de los últimos: son
pedazos de mi alma. Isted no me
conoce y puede muy bien sin com
promiso arrojarlos al canasto de
los papeles viejos. Pero si algo
tienen que le agrade, ¿pudiera
usted decirme si el camino de la
poesía está ó no vedado para
mí? S¡ por él podré alcanzar la
realización de mis esperanzas
Yo mismo llevó la misiva á la
imprenta de UK1 Lunes,1'semana
rio (pie estaba en esa época á cai-
go de mi poeta. | Kn los seis
años trascurridos no había vuelto
á verlo. ]
Llegué, pregunté, <;on el som-
brero en la mano y cabisbajo, á
no y'%corr>ehte, para Sefiorus, Señoritas, Niños y Caballeros, lo oíVcmco á un cajista mal encarado. j or el
'eoios muy reducidos. Sr. Peza, y como se me dijese que
^Especialidad en obras de medida. ¡el Sr. Peza no estaba presente, su-
i ]>]itjué (pie se le entregara la car
_ ta, voluminosa jior cierto, y salí
(0 . rí. vLyGJ 1^)1-(J, ¡ precipitadamente corrido y aver-
/"% IOVERO Y RELOJERO. ! fizado. ¡Se iba á den.¡ir de
' mi suerte! Lsperé. Pasaron
Ofrece sus servicios ai pñblico, garantizando satisfac-; „IUc|,os ,lías; Ull paréntesis de
•A ci"' "" comP°'turB do * ¿"0«y «wrionlM.. „nl„ tile ,!,
VW En el RAMO DE JOYERIA puede hacer todo lo ^
jílanuBi m. de la Garza.
* MEDICO CIRUJANO Y PARTERO
— de lar—
Escuela Nacional de Mkhjcina de -México.
Tiene su oficina en la calle de Buenavista núm. 516, junto á la
tftpa de Don Isidoro Flores.
lloras de consulta: todos los dias de 8 á 1 '2 a. ni. y de á <' p. m
San Antonio Texas.
^lyazapio
QR*'
: O:
Calle de Laredo al Sur, No. I /.
>C a p a te r i a M e>c i can a ■
¡JIM So usau los mejores muteriuleií, ini)iortuiloi* y di I 1'hím
i Habiendo añadido á mi taller un elegante y variado sumí ido de calzado
LECTURA PARA El HOGAR
YESOS
[Oe un libro inódlto]
JUAN 1>E DIOS PEZA.
toa de tormenta. El dolor todo
lo destruye; la fuerza y .la belle-
za.
Y yo, (pie había leído los "Can
tos del Hogar," me acerqué á
Juan de Dios Peza, no como seis
años antes creyéndole una di vi-
*
nidad inasequible, un alado arcán
gel, un ente sobrehumano sino
con la admiración y el respeto
que inspira el hombre de genio
Juan, en la intimidad, enf
ne y alegra. Oportunamente
de una plática seria ó vulgai
salta, como una fior en la aridí
de una roca, un chascarrillo, m
cuento picante, una anécdota cu-
riosa. Su placer es hacer ju<
malabares con la palabra, arran-
car el chiste á fuerza de ingenio*!
cual una chispa al golpe del mal
tillo; de cualquiera grave convelí
que tiene, según la frase de un steión, encontrar motivo pa
célebre pensador, los pies en eljreir. Corno todo talento supe~|
fango, la frente en el cielo, v la
mano en la mano de todos los
hombres!
•* *
Así me salve Dios como nunca
pensé verme presentado' y cele-
brado en un suelto de gacetilla, y
mi nombre, con letras de moble
bajo unos versos sentimentales
en la primera plana de un perió-
dico. Desde aquel «lía .luán v
¡yo fuimos amigos. Todos mis
! ratos de ocio dedicaba á estar al
| lado de mi protector literario.
A todas partes íbamos juntos,
porijue él me decía:
— Lo voy a enseñar ¡i volar;
*
'cuando tenga fuerza en las alas
lo dejaré sólo.
\< hay (pie decir que por él
rior halla inmediatamente el la-|
do ridículo de las cosas. Su ga-|
llarda musa tiene, eu ciertos mo-|
nientos, una alegre compañera:^
la ironía.
Y lo asombroso, es que Juan
Peza no habla en prosa, qué
digo, lio habla, no oye, en proí
rompe una frase en dos ó treai
partes como pudiera romper unal
vara; y allí están dos endecasíla-
bos ó tres octosílabos. Es un
admirable cazador de consonan*
tes y asonantes; para él las voCí
s ni notas, le suenan á música; re-]
conoce con maravillosa facilidad
el registro de la rima: os saluda
en un cuarteto, os indica el rum«
bo por una quintilla y, juro por
mi ánima que no miento, si digo
que hasta en octavas reales le lie
conocí a todos los literatos de lamido a]a})ar ]a belleza de lastran
capital.
*
rs-
que se desee a precios'modicos
NÚM. H CALLE LA.UKDO, al Sur. San Antonio, Tex.
nmon
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-¿..i*
:1f¿
PANADEE!A Y ABARROTES.
||v,'
En «uto acrmlitwlo establecimiento so elntiomn con el mayor esmero y limpieza, lns mi jores
itas do esto increado, y so dá igual ó lnayvr caiftidad de pan por el misino precio «jue en
naderías.
tmtido general de provision(8 á precio l> jos:
feÑüM 206 Calle Pocoh al Sur. - - SAN ANTONIO, TEXAS muy temprano, como la es<piela
1
(Juando comenzaba á invadir-
me la resignación; cuando oía \ o,
como Poquita ( osa, la terrible
voz del sentido común (pie sieni
pre grita á l« s soñadores con una
ironía desgarradora: "T rali cara*
en porcelana,"recibí una elegante
esipu'la, la deseada, la soñada,
mi salvo conducto para el Parna-
so.
Cuántas cosas se me decían!
Cuántos alientos se me daban.
Al día siguiente, Domingo,
; senntes.
Hace tres años tenía Juan un.
A Juan de Dios Peza se le vé perro, un hermosísimo perro in-
sietuprc lo mismo: aseado, pul- glés—el Kiss—que lo seguía á
|cro, con <*ierta liu r ilde elegancia ! todas partes, y del cual habló en
i «-ti el vestido y de continuo con unos versos conmovedores por la
algún recuerdo de sus hijos sobre ¡ naturalidad con (pie están escri-
<•1 cuerpo. Abridle el medallón J tos; recuerdo en este instante la
hernioso dije'pié cuelga de la ca siguiente redondilla:
deiia del reloj: allí están l«>s re-
; tratos de María y de Margot, l're
gunta<lle(le «pie se hizo ese prell
dedor (pie brilla en su corbata
I con reflejos de marfil; y él os
¡ contestará inmediatamente:
"Con li s primeros dientes de
"Kn mi vida triste y sola,.
Con mi soledad se engríe,
Y si me mira, sonríe
Con la punta de la cola."
Pues bien: una vez me dijo
Juan riendo, con esa risa conta-
giaría, ¡giosa y sonora que es en él un
HOTEL .
.1
C. PORFIRIO DIAZ.
MESA Expsm Y BUEN SEVCIO.
ALEJANDRO CANALES, propietario.
:—
VENDEMOS EL NUEVO
Diccionario úe la lengua Casteilan.
POIÍ IÍOQUK BARCIA
Hiécima edición dispuesta, con arreglo á la última déla Academia y
untada con más do 2<i,<>(><> voces usuales «le ciencias, artes y oficios, y
Ib & que la Kspafiola acaba do dar carta de naturaleza en el idioma
i ,if>ut rv- '• ,
r >| mótodo con pronunciación figurada para aprender ol idioma in-
glés, din maestro.— Está á la vonta en ésta imprenta.
VENDEMOS
Los libro siguientes:
lo recomendaba, me dirijí á la
imprenta de "Kl Lunes." Entré;
á un lado de la hilera de peina-
zos (pie sustentaban las cajas, se
prolongaba una especie de estra-
do, en medio del cual había una
mesa baja cubierta con un tape-
te verde; en él la un hombre co-
rregía pruebas, pero estaba tan
jnclinad(%gobre su labor, (pie des
de el punto en que yo lo vía, no
me era posible distinguir más
(pie-entre dos brazos fuertemente
apoyador-un sorbete sin lustre y
una mano nerviosa que corría con
agilidad sobre el papel.
Al oír mis pasos el hombre
levantó la cabeza. Ali! no era el
mismo! La mirada estaba más
triste, la sonrisa menos alegre;
las patillas habían desaparecido,
y en el bigote, un hermoso vigo-
te de carabinero, asomaban mu"
clios hilos blancos interrumpien-
el tono negro con bastante fre-
cuencia. Cuando se quitó el sor
hete para saludarme, pude notar
que la cabellera estaba mengua-
da y la calvicie comenzaba á ini-
ciarse. Aquel cuerpo había te-
nido violentas sacudidas; por a-
Finos, menudos, tersos y brillan-
tes,
Me han hecho un prendedor (pie
no daría
Por otro igual de perlas y dia-
mantes.
Con los suyos, con los íntimos,
Con los amados habla de sus hi-
jos con una ternura paternal que
¡subyuga; se complace en referir
la intrepidez de Juanito y la pre-
cocidad de Margot.
signo característico.
— Kiss ha cedido al poder de
la imitación: ha oído tanto á su
amo, que ya ladra en verso.
Kl Juan serio, el Juan pensa-
tivo es más simpático aún. Cuan
do habla de su padre, la* voz le
tiembla como si quisiese con ver
tírsele en sollozos. Esa muerte
de seguro ha sido para él el más
jjrande de los dolores.
Cuando recuerda su vida de
^ hay (pie contemplar el gru- j estudiante y hace memoria de sus
po para convencerse de «pie los! compañeros de juventud, cómo
'•¡fcáiSL'S: 1-^írVlÍi 'rfí "lÉlÉ 'fiftflM
"Cantos del Hogar no son sino
una bella copia de estos cuadros
de familia.
Yo he visto á Juan en una ale
gre mañana correr en el campo
con sus hijos, mecerlos, subirlos
en alto para (pie alcancen una ra
nía, seguir con ellos el vuelo de
una mariposa; incansable, son-
riente. Aquel hombre, ungido
por la gloria, hecho á recibir
aplausos y á presenciar ovacio-
nes, se inclinaba, lleno de un can
dor infantil, sobre la húmeda yer
ba. para buscar flores y ayudar á
sus hijos á hacer guirnaldas. Tie
ne un culto: sus pequeñuelos;
vive por éllosy para éllos; entra
en el hogar como en un tem-
plo.—Fuera de él, es amable,
jovial, festivo.
Nunca dejaréis de mirarle ri-
sueño. Jamás dejará de saluda-
se le enciende la mirada! Cómo
se le desborda de entusiasmo!
Acuña, Flores, Cuenca, por esos
inmortales que ya se fueron, tie*
ne una veneración singular; y
por los vivos, Silva, Paz etc., un
afecto prof.undo.
En su bella salita, caliente ni-
do en que se acurruca la poesía,
junto al retrato de su padre y de
sus hijos están los de Acuña y
Cuenca.
¡Cariñoso tributo de una amis-
tad sincera!
El Juan Peza celebrado, po-
pular, y querido, es... .lo están
diciendo los adjetivos. Fué poe-
ta del amor ardiente en sus pri-
meros años y produjo "ÍWas de
pasión."
—Después fué inimitable can-
tor del Hogar y robusto bardo
de la Patria. Toda la América
• lj-3,
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 115, Ed. 1 Saturday, May 2, 1891, newspaper, May 2, 1891; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192914/m1/2/: accessed July 18, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.