El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 160, Ed. 1 Saturday, March 26, 1892 Page: 2 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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El«na, ^mirandó filamente a
eu marida' ffl?• S
—No, muy lójoe de eso,
contestó éste. Bien sabes
que esos gastos, insignifican-
tes por otra parte, han sido
siempre mi desea
^-Entonces, dijo ella, no
comprendo el objeto de la ob-
servación.
—El objeto es mtii fácil de
esplicarse, dijo e} marido.
Valparaíso es un pueblo caro,
y bien que abunden los asun-
tos contenciosos, creo que
Santiago, a la ventaja de ser
ménoe costoso en todo, afiade
la de ser el verdadero campo
de la abogacía. ( .
—Es decir que deseas tras-
ladarte a Santiago.
—Precisamente; allí con
ménos gastos viviremos mejor.
De este modo el viaje fué
convenido, y quince dias des
pues los esposos ocupaban la
casa donde vamos a introdn
cir al lector.
# i
En un elegante salón, amue
blado según el gusto y rique-
za que con tanta jeneralidad
se ha introducido entre laB
clases elevadas de la sociedad
siantiaguina, dos mujeres,
sentadas sobre uno de esos
pequefios sofaes llamados con-
fidentes, parecían, según sus
actitudes, reposarse de las fa-
tigas de alguna larga marcha.
una,notablemente bella,
era Elena, la dueña de casn,
que el lector conoce ya, y la
segunda, llamada Adela, era
la confidente y amiga de in-
fancia de Elena.
Adela era jóven de diez y
nueve a veinte afios, de sen-
cilla y modesta apariencia;
una de esas mujeres de escasa
belleza en las que la parte
moral reemplaza con ventaja
la falta de atractivos físicos.
Educadas en el mismo colejio
en Valparaíso, las dos jóve-
nes se habian, desdo entóneos,
ligado por una estrecha amia
tad de infancia, acrecentada
despues por las i elaciones de
sus familias. Separadas dtt
rante largo tiempo, ellas con
fiaron al papel las emociones
íntimas de so vida, como si
ana viviesen juntas, sin guar-
dar, la una para la otra, la
mas ligera sombra de discre-
ción. - Poco tiempo después
dél casamiento de filena, su
amiga se habia unido también
En esta imprenta se fabri- . .
Ott Sello* para Sociedad*, m¡ oon un hombro que am*h
1 ' " 1 "i* desde largo tiempo y coái el
cual disfrutaba desde entón
\J taua * *
para
Elena contestó i
HdÉ|miga con
mientras que sus ojos
ban distraídos por la <
-Sin embargo de lo
pareces divertirte, dijo
observando la dic
su amiga, te diré
te, Elena, que no te creo felta.
—¡Feliz! repitió la
alzando *! cielo sus
y melancólicos ojos; es Cierto,
Adela, afiadió despues fiján-
dolos, llenos de lágrimas, en *
en su amiga, no, no soi feliz.
r-iY porqué, cuando tan- ;
tos te envidian ?
—¡Til me lo pregt
cuando sabes qne fui caí
por dar gusto a mi madrel t i
—N¡Cómo! esclamó Adel
con admiración, ¿guardas aun
recuerdos qu«i te hacen sufrir?
—No, no es precisamente
un .recuerdo. Mira, til casada
con un hombre que amas,
no alcanzarás tal vez a com-
prender toda la amargura que
encierra la vida de las que,
por su lujo, todos creen feli-
ces. Ah, hai jen tes que abri-
gan la peregrina idea de que
una mujer para rebosar de
alegría, no necesita mas que
ricos encajes, brillantes y di
versiones. • |
Esta esclamacion, arranca-
da de lo íntimo del alma, fué
pronunciada con tan sentido
acento, que sus vibraciones
resonaron melancólicas en to-
dos log ámbitos del salón.
Hubiérase dicho que ellas, co-
mo el velo que se descorro
ante un misterio, mostraban
a esa hermosa mujer, desnu-
da de su manto de reina de la
moda, pare dejarla ver al tra-
vés de sus pensamientos, has-
tiada con su miserable gran-
deza, dolorida con su amar-
gura, dorada en vano por el
poder del dinero. Esa niña,
frivola y feliz al parecer, re-
velaba en dos palabras el va-
cío inmenso que deja «n el
corazon femenino una existen-
cia material y osfcntosa, ro-
deada tan solo de los ficticios ;
placeres del comercio
Elena, despues de pronun-
ciar aquellas palabras, ocultó
su rostro en sus mano ,
tras que copiosas lágrimas
bailaban sus mejillas.
—¡Pobré Elena! dijo
amiga, desgraciada!
\ —31, dijo ella alzando
rostrg| bañado en
Nosotras, pobres mujeres j
ra las cuales el fallo del
do es sin
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 160, Ed. 1 Saturday, March 26, 1892, newspaper, March 26, 1892; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192959/m1/2/: accessed June 20, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.