El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 161, Ed. 1 Saturday, April 2, 1892 Page: 3 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
-V , . *' V 4f.W
'• -W? > v •
i «.¿ü,' ISi
¿> 'Kf'W':v
| T api
sin enoon-
par aban-
>
m
o en tos reflexio-
ojos fijos en la
pareóla olvidarse
a poco del lugar en que
ba, onando llegó á sns
el roce de nn vestido de
que pasaba delante de
¡g|l alear loe ojos, solo
ver a Elena que pasaba
a las habitaciones del inte-
rior: vamos, se dijo oon des-
pecho, he perdido la tínica
ocaaion que tendré tal ve pa-
ra hablarla; qué pobre idea
debe tener de mi!
Apenas se hacia esta re-
Üexion, filena volvió a apare-
cer y se sei^en una poltro-
na en la misma pieza donde
se enero traba Femando, y
fijando en él por un momen-
to ana grandes ojos, le hizo
con la cabesa señas de acer
caree Irinift ella El poeta no
se hito repetir dos veoes la
invitaoion, oolooándose tem-
bloroso delante de la jóven
que, sin parecer notar su tur-
baoion, le dijo oon afectuoso
aoento: -.Lj#
^—Siéntese y conversemos.
Fernando se colocó maqui
nalmente al lado de ella sin
pronunciar una sola palabra:
la repentina confia nía de £
lena, asi como en dina pasa-
dos la indiferencia y etiqueta
desuaoojida, lo llenaba de
turbación y timidez.
-^Sabe Vd„ 8r. Beinoso,
dijo Elena, que deseaba mu-
cho este instante para hacer
le nna reconvencion^fei^,;
—Señorita, dijo Fernando,
aunque sea para reconvenir-
me, su deseo me enorgullece
bi
—Me ha dicho Marcos, con
lia, que Vd. rehusaba
loó Feman-
te-
a hacerlo.
n IM
de mi
pro-
nunciadas con tan sentida y
confiansa, que Fer-
nando se Creyó por encanto
trasportado al colmo de la fe-
licidad el acento amistoso de
ls vos de la Jóven le hacia
sentir todas las delicias de los
que enjla vos de la mujer
querida encuentran la tinioa
¿áodía de sus almas, el soni-
do ünioo y solo que puede re-
sonar en sus corazones, ha
oiendo vibrar cus mas arme -
niosas fibras. En ese momen-
to Fernando habia querido
abrir su oorazon ante aquella
mujer y contarla oon la elo-
cuente sinceridad del verda-
dero amor, la pasión que por
ella sentía desde el primer
instante en que la habia vis-
to; pero, tal ves pasa su bien,
pensó que esa frase trillada
y casi nunca verdadera, debia
haber herido maa de una ves
losoidosde Eloisa, y repri-
miendo sus dedeos, buscó solo
loe ojos de la jóven para per
der los suyos en ese mar infi-
nito y palpitante que los ena-
morados divisan eo los de la
mujer que aman. Elena en
aquel momento fijaba su vista
en un hombre que se avanza-
ba háoia ellos, y ese hombre
era D. Santiago Cuellar.
■-El Sr. D. Fernando Rei-
noso, dijo ella presentando el
jóven a su marido, un amigo
mió.
Santiago fijó su vista me-
lancólica sobre Fernando, y
pareció envidiar sus rosadas
mejillas, las bellas proporcio-
nes de su rostro, la sentimen-
tal languidez de sus grandes
ojos, pensando que ese jóven,
tan ventajosamente favoreci-
do por el oielo, podría inspi-
rar todo el amor qué a él le
habia negado.
—¿Su padre de Vd., pre-
guntó Santiago despues de
una ligera pausa, es el Sr. D.
Caaimiro Beinoso!
—Sí, sefior, contestó Fer-
nando sintiendo la estrafia
profundidad de aquella mi-
rada que pareoió revelarle la
historia de largos sufrimien-
tos.
D. Santiago se retiró salu-
■■
y lanzando sobre su
una deesas
, Jk-Vd. rae ha dicho, que no
tenia confianza en Vd. misma
¿Mr es la verdad.
-\Y por qué esa desconfian-
za, pregan^ Elena^que pa-
reóla tener nn particular in-
terés en indagar los senti-
mientos de su interlocutor.
—>No sé, contestó Fernan-
do, tal vez porque no he co-
nocido el mupdo y temia no
aer feliz en él.
—%Yo órela, observó ella,
queVd. tendría algún otro
fundamento; porque, en fin,
para desoonfiar es preciso ha-
ber ensayado sus fuerzas.
/—No, jamás he puesto las
mías a prueba.
Elena permaneció pensati-
va y preocupada por aquella
respuesta. Despues de algu-
nos momentos:
No comprendo, dijo, el
significado de sus palabras,
pensando en lo que de Vd.
he leida
—4 Y por qué! preguntó
Fernando oon curiosidad.
Porque muchos de sus
versos respiran cierto desa-
liento como si V. hubiese ya
sufrida
/—Es cierto, he sufrido.
—Pero Vd. me acaba de
decir que habia vivido estra
fio al munda y creo que vi-
viendo aisladamente, es mui
difíoil padecer deeengafioa.
Continuará.
Comunicado.
Su Antonio, Mano 2V do 1802—
Brea. R. R. do "El Regidor" y «'XI
Corteo Mexicano"-^Present*e.--Muy
sefiores míos y Maigw;
Sapero que se dignarán Vd*. dar
publicidad en laa oolumnaa de n
apraúable periódioo á la aiguiente,
que ea eopia textual de la que' en la
miama focha, también hoy dirijo al
Sr. Don Miguel Gonxalos Dona, oo-
Directo del periódico titulado
"El Látigo" y en el cual y bajo el
rubro de "Crónica Teatral" apareció
oon ieoha 26 del preeeote, en el ci-
tado periódioo, vá diluida á <1 por
aer ól, el rssponaeble.
Confiando en aue accederán Vd*.
á mía deseos oon la buena voluntad j
deferencia de que be sido objeto
por tu parte, doy á Vds. laa gracias
anticipadamente y lea reitero laa ex.
prerionea de mi pardo alar afooto y
niatsd
8. Atto. a
V'fe <|| Ütoe 9, Martínez. fe
Isa Antonio, Tea., Marao 20 de
Doa Miguel O. Den4 Di-
periódico "El Látigo",
aeSor
Por creer de mi deber el hac
v,', •-.. ,;
</ 1A- ■]!%;
j¡íkvif%&+¿ V".:.
MÉtf I | É) jtfífié 11M
•#-* piARFv
•**?$■*>■■■ a ■
le queda á Vd.
r, porque lo que ce sssrí-
biendo y máa aun ¡homrrl publican-
do lo que vd. eacribe, sirve td. para
derpreooupar el ánimo de) hombre,
criatura y beata de un burro, ai aeSor
hsata de an preocupado y pensativo
pollino. ¿Usted que quista aer pe-
riodista y se figura en su despreocu-
pado ánimo aerlo deveras, cióe que
la presea es an mufieeo de
oon el que se juega á troobe
en la seguridad de que
forma y postura que ae le deja, en
seencaentraf Puea mi
dcapreooupado amigo, empiece vd*
á preocuparse por que no es lo mis-
mo comer que tirarse oon loo platos.
Lo que se imprime ¡o ve todo el mun-
do y como por el hilo se saca el
ovillo, al haber !éido el articulo ya
repetido objeto de esta carta, perso-
nas de alguna sensatea, ya deberá
vd. imajinarae la honrosísima opinión
eu que lo tendrán á vd.
Eo el párrafo en ouestion casi
gara vd. que yo hioe circular de
antemano oentenares de papditoe,
etc. ¿Rstá vd. ssguro de que yo /ai
quien biso tal ooaa? Si está vd. to-
davía en cea creencia, daséchela vd.
por oumpleto. pueato que yo ai eetoy
seguro, plenamente segurísimo de
que á vd. le engasaron, de que lo
tomaron como causa de irrisión y
bola, aquellos que tal cosa le imbu-
yeron en los vacioa aposentos de la
ao menos vacia cuanto despreocupa-
da y despreocupad taima pseudo
besa de vd. Pero sefior Dona, ¿me
juaga vd. tan neolito en la materia
que oomenaaoe yo por prodigarme
y nombrarme "Afamado
Artista y etc,?' Pues no lo crea vd.
asi, porque esos oentenares de pape-
litos á que vd. ae refiere no le deben
causar extrafieaa alguna el haberlos
visto, porque en todaa partes y á la
primera prsaentaoion de un artista,
aoostumbraae el hacerlo asi, ya
por al empresario mismo ó ya por al-
guno ó algunos amigoa que han sido
testigos oculares de laa manifesta-
ciones de aprobación con que en pun-
tan anterioree, han aoogidole y
tinguÍdolo oon aaa aplausoa y procu-
rado estimularlo, ea el arte al cual
ae consagra para «a adelanto, pasap-
do por alto y disimulándole ciertas
cosillss que se comprenden ser cau
ya sea por al prematuro tiempo
en que se haya hecho cargo de sa
papel ó bien pos otra infinidad de
qu^naaoa faltan én el par-
ticular. Evidentemente que vd. ha
vistoese, pero cuando loa vió tendría
vd. tan preocupado au ánimo, que no
se preocupa de tal cosa, hasta al dia
famoso aquel al de manas ( ) an que
salía vd. disparado da su osea, atóni-
to,
por la
del no menos
miaste de mi
aue
«o
|-ga |
ce vd. qas es
¿Dt CKflki trabuca$f A#kbl Mis/
ca vd. qaa ofrecí cantar de
roa trabuooe/ Hombre, |
vd. como se csátnde puso
tanto por aSadir tal iaowaetsSÜ
vedad á mi pequeSo repertorio en al
particular, como por daría 4 vd. pas-
to cuando malo ensote y la
'i paes veo y compra
molesto para conaaig depen-
dió de no habet cantado yo asmo lo
oirás!, de mis fmtm Sslt% pero
pierda vd. cuidado que si yd sao ék
idea de como ae hace seo.
contentar á vd. lo hará de
trabucos y entonces si So habrá
lio de dizque catar enfermo y,
sarao, sino qne lo- haré, si 8r lo haré
y muy que lo haré, para que no vuel-
va vd. á ser testigo de mi ráfeufar
y rechifla en el furtivo ceso de que
dizque esté malo.
Réstame solo manifestar á vd. y
ponerle en su conocimiento que to-
dos eqadlos oalifioativoc que sss di-
rijió vd. en au oonato da crítica, loa
ha dirijido oon el objeto de saherir
mi amor propio de artista ó mi pun-
donor de caballero, han estado tan
léjos de llenar unoú otro objeto para
el ó loe que fueron doctiuadoa, y han
hanhn en mi persona el mismn efeoto
que loa ladridos de aquel perro, qna
noa cuenta cierta fábula, que le la-
draba a la luna.
Finalmente sefior diré a vd. que
me he tomado la molcotia de dirijirla
esta, no porque haga aprecio de vd.
ni de aue cecrítoa eontra sai, como
antea lo digo, aino para que las psr
sonaa de* docto criterio y sano juicio
ooloquen en la balan sa de la justioin
el ootnportamiento y modo da pross
der de vd. oomo escritor público para
darle el lugar que le oorrseponde: y
en lo referente a sai, como estoy
perfectamente informado que no ea
aolo vd. aino varias otras personas laa
quienes ain causa alguna que yo haya
motivado, me profacen, (lo eual les
agradeieo) cierta aversión, arco, ser
en esto tnioo móvil de ello el enooo-
trarse poeeidoe de sentimientos envi-
diosos hacia mij y también a ecos loa
despreoio; pues comprendo que la
envidia no ee aino un
bastardo que infunde la
de inferioridad respecto a la persona
envidiada y oomo tal posa no por
"despreocupación de sirisaoVaino coc-
ino locura, pretender ponerse al ni-
vel de
yo
teniendo la
aerlo, ere sauy justo as
ds ninguna dSS^Solo
ble propósito de aer
«a son
difícil
teatro, ttii
Siimtilt'iMrs' W?
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This issue can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Newspaper.
Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 161, Ed. 1 Saturday, April 2, 1892, newspaper, April 2, 1892; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192960/m1/3/: accessed July 18, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.