El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 176, Ed. 1 Saturday, August 6, 1892 Page: 3 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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£á9í
•1 Jóven
iA.fe.
mi podría
«w^üpi^o, aun-
el suave poe-
na1 a bnegnciott no de
ro tod|E todo se
|; 1*4$
en |« pecho
grito ríe dolor, mas no |>u-
ocultar loe soHoeos que
iban su respiración.
—.jLlora*? preguntó ó). Mi-
ra, ene llanto me <Hl«U «l oo-
ratón: vertr orgull«wa de tu
falta me destrozaba el alma.
Qué castigo podría yo inven-
tar mas duro qne ese llanto,
ai conserva* aun la delicadeza
<{Ue siempre has tenido? Sí,
llora que acaso las lágrimas
te harán comprender lo que
has perdido aj abandonar tu
5SP63' T>' •„! -n.tó fí-*" '-TOaHBvStfwO. ••VVS
. parata.
—En fin, dijo Elena alian-
do sus ojo llenos de lágrimas,
es preoieo que tomes una de-
cisión.
•—>¡Una decisión! repitió
Santiago, sintiéndose unido a
Elena por una fuerza irreal -
-nSí, una deoision definiti-
va; si tü no te opones, yo me
iré a Valparaíso a casa de mi
M
^-|Y con qué fin podría o-
Santiago
aun mas délo
y apoyándose va-
olíante contra una mesa.
Elena ae aneroó * él ron pa
flrmq y tomó una da sus
que regó con sus lágrl
Despuea quiso hablar
ahogaron su vos.
trató de desasirse
manos que que-
suya y anonadaban
Elena
M<sgg|
co-
no
Quiso 'Continuar,
por un
carcelero a una plesa bhmeda
y oscura sin mas mueble que
una vieja silla de paja. * .Ar-
rojóse sobre ella y oyó el rul-
Sdo de la puerta que se cerra-
ba trae él como la ültlma des-
pedida de aquel dia tan fe-
cundo en eraooiones y sobre-
saltos. Bien pronto el silen-
cio del calabozo lo puso fren-
te a frente con su verdadera
y espantosa situación: pensó
en Elena que lo esperel>a tal
ves tranquila y feliz; pensó
en su pobre madre que habla
visto caer moribunda al salir
de su casa y cuyo tütimo gri-
to resonaba aun en au cabeza
encendida por la fiebre. Es-
tos dos amores, profundo el
uno como lassautas creencias
arraigadas en el alms desde
la nifies; fogoso y turbulento
el otro como toda pasión que
trata de luchar con las opi-
niones sociales, se disputaron
con porfía el dominio de su
ajltado espíritu, infundiéndo-
le un vehemente deseo de ac-
ción y movimiento; deseo que
se apodera ordinariamente de
todo prisionero por la inac-
ción a que está condenado.
La soledad y el silencio se
poblaron entonces de mil fan-
tasmas, l^jas de su imajina-
cion entristecida: vió a su
madre moribunda que le ten-
día sns brazos descarnados,
diciéndole el (kltimo y lasti-
mero adiós de la sgonfa; vió
a Elena, el ídolo de so vene-
ración arrojada de la socie-
dad, oon la vergüenza en la
frente, y buscándolo en vano
para ocultar en su pecho su
oprobio y su martirio; y él
también, en medio de eee cua
dró sombrío, se vió aparecer
pálido § áterrado, mientraa
mil semblantes airados le ar-
rojaban al suyo el baldón y la
deahonra. :f& £ t
Ah, piedad, piedad, es-
clamó delirante el pobre moso,
i las manee por sas
ojos, y queriendo borrar el
en Uf
divisaba.
te Juio que te aho
go como un perra
El carcelero lo dejó pasar,
uella mirada
de fuego, y Fernandofllegó
corriendo a la puerta de la
cárcel, | ¡Parecióleal respirar
el aire de la plaza, que su
prisión halil^f dotado una
eternidad I', Fígurábásele que
cuantos pasaban leían en su
tostto la vergüenza y la de-
sesperación que lo abrasaban;
todos pasaban, sin detenerse
a contemplarlo ni fijarse en
la espresion estrella de sus
ojos. Un hombre se acercó
a él en el tostante que iba a
andar: era Marcos.
El poeta ae arrojó en sus
brazos^''; ■ , ']
—¿La has visto? preguntó
Heno de ansiedad.
—No, dijo Marcos.
El reloj de la plaza dió en-
tóncea las cinco de la tarde:
era la hora en que Fernando
eolia pasar a casa de Elena
para conducirla a la Alameda.
Adiós, dijo retirándoae
sin esperar contestación, voi
verla.
Elena! hé aquí el primer
nombre que las campanadas
del reloj enviaron s sus oidos
y que oyó en el ruido de la
ciudad entera. Ante el amor
los demás afectos acallan su
voz, porque aquel domina
completamente aí oorazón.
Fernando se dlrljó a casa de
Elena palpitante de ansiedad
y temores, atravesó el patio
qué estaba silencioso y pene-
tró en el salón principal que
estaba desierto.
—¡Está la sefiora! pregun-
tó a la criada que se presentó
a au paao.
L i í Continuará,? $
'"i .-Pítí*
■■ $
J "O
peis, aAade «1 Lie. Cok, m,
nales las ofendí aue bit
do tos revolucionarios de
(Jarse puesto que se orgtu
fr ingiéralo las leyes da (teatralidad
pura hacer oposfciou 4 les fuerce
asi gobierno mexicano, si
tendían derrocar y qae el
eligiera sus nuevos ifobernento ; pe-
ro uo loaou eo Méxieo, donde wti
bien claro que cometieron el detito
de tr«icfon, y esta esjua dense po-
litice y mas grave que la del
m
T«n«mfw &
-uuitijiiiii
! wmiHiiKí
a
4 toda.
realas en
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MBftKCIDA CaM8UKA.
El jaioio (ireliiaiuer del iadsoa 6
incendiario amerioaao joe Helio-
uald, lavo verificativo la semana pe-
sada 4 puerta oerrada, presidieudo
el joe* Antón Adera.
McDonald tiene veinte
ooatr* suya, trece por robo y
por inoendiario. Kl juea, despuee
da le iuvestigaoiou preliminar de les
aeeseeioues, fijó la eaueioe del reo
eo le suaie de tIS,000.
Un periódico do la localidad ce -
moderadamente al juez Adam,
por beberse tonudo la libertad da
prohibir el páblieo qae preseneiera
el juicio McDonald, puesto qus niu-
gane autoridad tenía pera ello, y al
cometer semejaute arbitrariedad la
friugia la ley que prohibe los juicios
privados.
Kl !>r. Batista ha cambiado
cine 4 la Cello Nueva No.
de lo eucontrer4n durante
dTnarias del dia s*ts viejos
■jíímportÁnte
iü
8eHee
como tanteos para
estos se harán en
bronce ó plata
I Pidan precios.
¡LEcrirÓKÍ
S Vd- recibe el presente
mero de UEI
or
y no i
ríe á <
\r-
suscrito, es para invitar!
se suscriba y á solicitar
ciones. ^
DONPKESTAKy|||^Í
—Hará nomo un efio que Vidal;
Ceteriuo Iharrs, residían eu
Tcxao; pero eomo se les hei
variss eai«as 4 squel lugar
condestiM-.ion de «lias, se
paradero eetual, y se suj
pereoua que lo sepa, lo eon
lloa Luis Ybarra, Belton,
XMiiouicarles asm
PARA JUBZ PAZ.
Varios amigos del Lie. W. E. Cox,
le hen instado para que aaande su
candidatura pera el paesto de jues
de pas del presiato niñero 1, y ce
probable qae aeoeda 4 sa solicitud,
cuando dicho sefior oséate
"el apoyo de varios periódicos
mssicauos y americeuos.
dia I®. deN
de 18V0,
Libradasmicliez.es .
espoeo Rafael A, Velasco; se
ls Sra. Alejandra Guenato de I
ohez, desee sebqr su Mtnsl j
y le ag*ad«Hhuá infinito4 b,
que to comunique. De León,
xico, as tuvo la filtima
ella—vDirijirse 4 ssta imprenta
-sUo hijo de Jesús Lozano <
ssoer el ect«<al paradero de
oho se
que
este ofimná.
agradecerá cuaiqaier
dirija 4 Sentuuro .Loa
OJO
—
MEX ¡Cu-TEJ ANOS!
'
Los candidatos N. de la Zerda,
para aseeor-, y Maauel J, Jiménez,
pata sheriif del Condado de Wtlsoa,
han aaanoiado al páblieo sas respec-
tiva candidaturas y espera a qse to-
dos los mesioenos deaquei Condado q j
votarán por ellos ea las próidaMS UOOOtt VQ.
eleooionee de Noviembre. ■
buen
i -Sfié£ • **
SOCIEDAD RECREATIVA.
Bajo el nombre de ««Sociedad Ra-
«sativa Mexicana" ss organisó do-
fiaitivamente aa sais eiadsd
ha-
el personal da
raen "
de
m
QUE 8E INVESTIGUE.
El ssaado da los Estados Unidos
dió órden pera qae un oomité de
sists iavestigae les operaciones ds
los 4'detectives' Pinkerton y la au-
toridad que loa asiste en as organi
xacion, pass se lea considera tai
nocivas, qae «o se omitirá aiagaa
asedio para poner ootO 4 sas operá-
baos bendilicas. • 'f%*'
■á\ \ .IX v
' í ' f:
POR SOSPECHOaOS.
Ea El Paso, Tozas, ss recibió la
llotisia del enasto en Chihuahua de
m ! s
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 176, Ed. 1 Saturday, August 6, 1892, newspaper, August 6, 1892; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192970/m1/3/: accessed June 25, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.