El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 9, No. 359, Ed. 1 Thursday, April 30, 1896 Page: 2 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
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ANTONIO, TEXAS, E. U.
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Por un ilo........*V í*■ ,200.
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Poraelii mese...... $í.00.
KA '• i .9.00.
i que nos escriban pidiendo que
ge 1m cambie la dirección «leí perlAdlco, nos ha
rán laror de lndioarnoa donde lo "eetaDan reci-
biendo y el nombre de la estafeta a donde desean
«ue se les dirija. . .
Las personas que no reciban el periódico con
regularidad sírvanse dar Miso a esta oflolna; de
lo eontrario.no somos responsables por faltas.
Pani todo Manto concerniente a este perió-
dico. diríjanse a Pablo cruz, calle de Matamo-
/
Dr. Pedro Batista
Graduado en el Colegio de San Carlos, Madrid
sa el ato de 1874; treta con especialidad las en
(ermedades atenientes:
Tlala, cáncer, eaoema crónico, malaria Invete-
rada, escrófula y díceres crónicas.
i un método curativo contraía embrla
, j cara el hábito del tabaco en 14 días.
Su tratamiento oontra la pérdida de la viril!
dad psoduoe excelentes resoltados.
Los que desafortunadamente padezcan estas
SSlWisWhd no dejen de consultarle antes que
los trastornos locaias ó cambios de eatruotura de
los Arganos vitales hagan Incompatible la enfer-
' Uiedad oca la vida.
t Calle Doloroso No. SO0H
El Secretario Mexicano.
En esta oficina tenemos ya á la
venta este nuevo libro. En él en-
contrarán gran número de cartas
comerciales, de pésame, felici-
tación, amor, peticiones, etc., mo-
delos de cartas de grandes escri-
tores, y en fin, cuanto pueden de-
sear aquellos que lo consulten.
Si agregamos esto, que su pre-
cio es solamente un peso, y
á los ya publicados, fácil será
comprender lo ventajoso de su
adquisición.
HIST0B1A GENERAL DE
LA MASONERIA-
Al recibo de $15 (quince pesos)
remitiremos franco de porte, la
obra cuyo titulo encabeza estas
lineas; obra completa, en dos to-
mos grandes y bien ecuadernados,
escrita en presencia de lo mejor
que acerca de esta materia se ha
dicho en Francia, Inglaterra y
Alemania, por Danton G.\ 18
con un prólogo por el eminente
D. Emilio Castelar.
Contiene riquísimas y numerosas
láminas yerómos; su justo pre-
spp&
PflHH 1896
Tenéis ofuscada la mente sin
poder discernir vuestros asuntos?
Ocurrid al Clipper Salón, y con
solo pedir una copa del sabroso
licor que vende Agustín Robin,
ocurrirán á millares las ideas á
vuestro cerebro, y los espíritus
de este licor os harán ver todo
un paraíso de Milton. -
> Si el que lee es un viejo y sus
achaques lo alejan del amor, no
hay más que probar ese mezcal
tan celebrado, y la salud la ju-
ventud y la fuerza harán de él
un hombre nuevo.
Sello Deutschman
ABOBADO.
Ejerce en todas las Cortes y
ofrece sus servicios al público.
Cuarto 12 Frsnch Bulldlng.
san antonio texas.
«QUIEN SABK DE ELLOS?
Deseamos saber el actual paradero de las per-
sonas siguientes que ni siquiera se despidieron
de nosotros al retirarse de los pueblos donde re-
cibían "El Regidor":
Calixto González, Roberto Charles, Bonifacio
Butierrez, Isidro Davlla.Tomas Vargas, Rafael
Vasquez, Pablo Villareal, E. M. Salinas, y E.
González.
UN RAYO DE LUNA.
Aviso.
El inteligente y conocido relojero
Sr. J. A. Cantú, ha cambiado su es-
tablecimiento a la Calle del Comer-
cio No. 713, lo que pone en conoci-
miento de su* numerosos marchan-
tes y del público en geueral.
WANTED-AN IDEA JÍSStfKS
u iu,v «• rawu ntwiuojs
. O., for thoir tl^OO prize ofler.
BARI1ERIA.
Toda persona de bnen gusto debe do Ir a afei-
tarse a la elegante barbería
Treviño's Shaving Parlor*
Calle del Comercio, frente al Washlgnton
perience. W#
pBWifd or xkot« frÍB4if_
SSHSae\!
r>tirfse notdna
• B**k Kr e.
ttornov at Uw.
MTON, o.a
•KALC.
DISCURSOS Y POESIAS.
Tenemos á la venta un cutdernito
que contiene discursos alusivos al 16
de Septiembre, 5 de Mayo y p< esias
patriótica*. Se enviará franco de por
le a toda persona que nos envíe dos
reales en estampillas de a dos cen-
tavos.
Ultima Edición d*l
Diccionario "Excflsior"
Ingles-español y
Español-ingles
°*KígS! y
n
La reina de la noche, aerea y
vaporosa, recorría lentamente la
extensión ilimitada y azul. A su
paso despedía torrentes de luz;
los riscos de las montanas fingían
besados por ellos, tintes nacara-
dos; y los que penetraban por en-
tre las frondas de I09 árboles, re-
medaban siluetas de hadas con
vestiduras albas y ondulantes,
que parecían acercarse hacia el
próximo arroyuelo.El silencio era
profundo; la atmósfera tibia é im-
pregnada de aromas, invitaba á
la voluptuosidad; las olas, mur-
murando apenas, venían á morir
tranquilas en la márgen, bailando
las silvestres margaritas.
Algo como el eco débil de una
paloma agonizante, interrumpió
de pronto el silencio que reinaba.
¿De dónde venia aquel doloroso
suspiro? ¿Era acaso la queja de
una alma abandonada?
Medio oculta entre los árboles
se destacaba una pequeña casa
de campo: sus ventanas estaban
casi cubiertas por las plantas tre-
padoras; no se escapaba por ellas
el más ligero rayo de luz, y sólo
se distinguía en nna que se ha-
llaba inmediata á vecina capilla
rústica, la forma de una mujer
envuelta en niveo traje que pare
cía haber sido formado con la es-
puma de las olas. Con la cabeza
inclinada sobre el pecho, silen-
ciosa y pensativa, semejaba el
ángel de la meditación.
Un rayo de luna penetró de
pronto por la entreabierta ven-
tana, hiriendo de lleno un retrato
colocado cerca del lecho de la
virgen: representaba un joven de
grandes y expresivos ojos, y de
fisonomía apreciable y melancó-
lica Al dulce reflejo de
aquel rayo de luna, volvió á la
i vida real la ñifla pensativa, y le-
vantando sus llorosos ojos los fijó
con amorosa insistencia en el re-
trato. ¡Muerto!—exclamaba entre
sollozos oprimiéndose el pecho
con ainargadesesperación—muer-
to y para siempre lejos de mí!....
En sus crispadas manos podía
verse una carta—la tierna despe-
dida de su amante;—ella la leía y
la releía mil veces á la pálida luz
de la luna y á media voz,con acen-
to de indefinible angustia: ¿Por
qué no estuve á tu lado para re-
coger tus últimos suspiros, tu
postrimer adiós? ¿Porqué me has
dejado abandonada y triste en
tanto que tú gozas y sonríes? ...
¿De qué me sirve ahora
contemplar la naturaleza con to-
dos sus encantos, si no puedo ha-
certe partícipe de mis pensamien-
tos? Y con mirada inquieta y
extraviada recorría la habitación,
el valle extenso, el horizonte in-
terminable
De pronto sus ojos se fijaron
en la luna: parecía interrogarla,
y después de breves instantes de
muda contemplación exclamó: Al
fin te veo, ¡oh amado mío! Ya te
he encontrado ¡espérame: yo
te seguiré!
desata las alas á tus brisas para
que le lleven el perfume de los
naranjos en flor; tu eres la de mis
suefios, la que has de traerme en
tus horas psalmos de promesas y
has de inundar mi alma con cla-
ridades serenas como la luz de tu
coro de astros. Llega le diré
las tristezas que entenebrecieron
mi alma en los días eternos de la
ausencia; pondré, con mis labios
tremulantes, un collar de besos
en su cuello de álabastro; y cuan-
do tus luceros acaricien con su
rayo luminoso las ondas inmó-
viles del lago azul, quedarás gra-
bada en el cristal de mi recuerdo,
con tus psalmos de promesas y
tus blancas palideces de luna.
José Cruz.
EL PESCADOR.
•smltaMr k
asi comercio creciente entra
las Fufados Unidos y los
paisas espalóles é hi,p«no-
[ DE GOETHE. ]
La ola sin cesar subía,
La ola sin cesar cantaba,
Y el pescador contemplaba
El anzuelo que se hundía.
Llenaba dulce alegría
Todo su plácido ser:
De pronto, ignoto poder
Abre á sus plantas el mar,
Y del fondo ve brotar
Diosa, náyade ó mujer.
Y así le dice: "Ay de mí!
¿ Por qué astuto engañar quieres
A los inocentes seres,
A quienes albergue di?
¿Porqué los llamas así
Al ambiente que los mata?
Si supieras cuánto es grata
Su suerte en mis ondas frías,
Tú mismo venir-querrías
A mis palacios de plata.
"En mi seno palpitante
Abísmanse Luna y Bol,
Y con más vivo arrebol
Brilla despues su semblante.
El firmamento distante
Se refleja en mi cristal;
Y á mi regazo inmortal
Te llama tu imagen propia,
Cuando su espejo la copia
Mi,inagotable raudal."
La ola sin cesar subía,
La ola sin cesar cantaba.
Y al pescador que dudaba.
El pié desnudo lamía.
Afán que al amante guía
Hacia su adorada infiel.
Sintió en el momento aquel,
Entre caer y saltar,
Rodó hasta el fondo del mar
Y nadie supo más de él.
Qué importa que seas ignorante
y poco diestra si pones es tu obra
el alma de tus veinte anos, la
llama de tu pasión-y de tu since-
ridad! En todo escritor, no htp
más que una obra verdadera y vi-
vaz, tratándose de tí: la obraro-
ciada con tu sangre joven. Más
tarde se llega quizá á ser un gran-
de hombre, pero no se vuelve uno
á encontrar en la hora Única de
las lilas de Abril y de las rosas
de Mayo.
No hay amor sino en tí; tú sola
tienes los ojos puros, la boca fres-
ca, la piel en flor, el beso que sa-
be bien! ¡Ah! la mujer joven que
pasa mostrando la fina esbeltez
de su cuerpo, con su nuca deli-
ciosa, llena de aromas leves, con
su cuello redondo como una torre
de marfil, con su fisonomía clara
y riente, que tiene la limpidez del
agua del venero en que los hom-
bres suefian apagar su sed sin fin!
Sólo á tí, juventud.se debe amar.
E. Zol.a.
A LA JUVENTUD.
FRAGMENTO DE UN ARTICULO RE
CIENTEMENTE PUBLICADO.]
Acabamos de recibir unos ele- "
corriente alio.—Enviaremos
A toda persona que J «JT
80 centavos en estam-'
4 á t centavos.
1 ••crtorlo
OOO PAflnas con unaaOO.OOO
ptiiorM
Y la reina de la noche, aerea y
vaporosa, proseguía lentamente
su camino fingiendo con sus ra-
yos siluetas de hadas entre som-
bras de los árboles y blancas per-
las en las silvestres margaritas.
Kilu.
AL MORIRLA TARDE
(A MARIA.)
[ De La Bohemia. ]
Surge la luna,esparciendo blan-
cas palideces sobre la crestería
de la montafia. Llega, noche azul.
¡Oh juventud!, antes de decirte
verdades quizá un poco duras,dé-
jame alabarte y amarte como con-
viene.
Tú eres la alegría, el perfume,
la esperanza de la vida; tú eres
aquello que el botón promete y
que la flor dará. Tú eres la salud,
tú eres la belleza, tú eres la dicha.
Tú eres el principio del libro, la
primera página encantadora que
se lee sin fatiga, el alba del día,
en que el corazon se levanta ale-
gremente; tú eres lo que comien-
za, lo que deslumhra y lo que pa-
rece que no debe concluir.
Yo no lamento sino tu partida
¡oh juventud!, y de mis viejos de-
seos fatigados no queda más que
uno imposible de realizarse: el de
volverte á vivir. ¡Oh, sí, reco-
menzar, ser fuerte, ser ágil, ser
sano! ¡Recorrer aún los campos,
beber agua en las fuentes de los
caminos, sentir el corasón calien-
te y la mano pronta, en la avidez
de reconquistarlo todo! ¡Querer
abrir los brazos en toda su exten-
sión y abrazar el mundo!
No hay labor sin tí, aun las
CUENTO.
Ciei to gracioso en Granada
Intentó pasar un día
Por una calle en que h&bía
Una muía atravesada.
—¡Eh! No paséis por detrás-
Gritó el amo presuroso—
Que el animal es cocioso
Y muy traidor además.
Pero el chusco, confiado.
Respondióle en alta voz:
—Antes que píente la coz.
Ya estoy del otro lado.
Y en efecto, fué á pasar
Sin tomar sus precauciones;
Mas la muía en los ríñones
Tal coz alcanzóle á dar.
Que rodando por el suelo
En diez varas no paró.
Y el pobre se levantó
Diciendo con desconsuelo:
—Esta muía condenada
Me fastidió ¡vive Cristo!
Pues la coz, según se ha visto.
Ya la tenía ¿tensada.
ATOLE CON EL DEDO-
A Hl EX-MIA.
¡Aléjate, mujer!...que me has ponido
IV tanto despreciarme cari -largo;
¡Aléjate, ii ujer!....es ton amargo
Llevar eu vida el corazón morido.
Tíi tienes el orgullo que han tenido
Siempre las muías del Express Wells
[Fargo.
Tieneu ni mu de p^iieso, y sin embarjr
Tu divina insulsez me dejó urdido.
¡Adiós! qu' el porvenir t*> liagn madeja
De linda estupidez.y con denuedo
Estrelle tu simpática pelleja
¡Queseas muy feliz! (meimporta un
[bledo);
¥ truenes bella hurf,como arpa vieja
Al recibir mi "atole con el dedo."
M A KA VEIA).
Un joven,después de haber pro-
puesto en vano la fuga á su ama-
da, se casó con ella.
Terminada la boda, le dijo:
—Si hubieses accedido á mis
deseos, no me había casado con-
tigo.
—Pues por eso no secundé tus
intenciones.
—¿De veras?
—Sí; para que no me volviese
á ocurrir lo que me sucedió con
otro novio que tuve.
• •
Un pastor de la Iglesia refor-
mada catequiza á varias jóvenes
diciéndoles:
—Es preciso perdonar y amar'
á todos los hombres.
—¿A todos?— preguntó mara-
villada una de ellas.
—Sí, á todos Sigue el ejem-
plo de tu madre.
•
• •
¿Cuál es la mujer más pesada?
enciende tus luceros palpitantes, más primitivas é imperfectas. —La mujer ligera.
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 9, No. 359, Ed. 1 Thursday, April 30, 1896, newspaper, April 30, 1896; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth193074/m1/2/: accessed June 19, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.