La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 178, Ed. 1 Saturday, August 12, 1922 Page: 3 of 8
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DIARIO POPULAR INDEPENDIENTE
• Loe suscriptores al cambiar di
ι residencia deben darnos tanto la
! coeva como la anticua dirección.
! a fin de anotar propiamente
: «1 cambio en nuestros libro·.
Entered as Secón-da» matter
February 27. 1913. at the Post
Office at ¿an Antonio. Texas
under the Act. oí March 6 1376.
Dirija toda la Correspondencia relativa al periódico al Director
SR. IGNACIO E. LOZANO.
120 N. SANTA ROSA AVE. — SAN ANTONIO TEXAS.
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Fuera de los Estados Unidos: Tres meses. 52.50: Sel·
meses. ίό.υΰ; Un año $20.00.
•
ρ— a ✓n. a > 1 r**. > ι a ν ■ λ ·
y-Lj-uuiN ubi ι uui/\l
los DracedimÍeotos "Napoleónicos" del Presidente Municipal
El doctor Alonso Romero. Presidente Munici-
pal «le la Ciudad de México ha venido ocupando
la atención pública con sus ]>eregrinas y reitera-
das «léelaraciones acerva de su manejo al frente
del Ayuntanuento He la Capital de la Republic;».
Cuando no decide sin necesidad de Cabildo nom-
brar hijas predilecta? a las cuales endilga discur-
sos de tendencias majas a las veces y sarracenas j
otras subvenciona a artistas extranjeras como
Camila Quiroga la actriz argentina con genero-
sas dádivas que salen «i«4 bolsillo de los contri-
buyentes. celebra contratos de asfalto vende im-
prentas. desMe de juicios en los que está intere-
sado el Mnnicinio. sin consultar la autoridad del
Cabildo. ete_ etc. '
%
Cuando la prensa ha puesto ya el dedo en la
llaca y desconfiado de la veracidad de las rectas
intenciones del famoso Dr. yucatcco. que sin gran
remordimiento al parecer olvidóse de su partido
para aceptar ciertas ligas de carácter eooperatis-
ta el l>r. Romero defiende sus procedimientos con
una jactancia singular manifestando que ha ve-
nido administrando ''napoleónicamente" a la Ciu-
dad de los Palacios.
Xo tardó mucho tiempo sin embargo en que
algunos de los Concejales uisid'entes patentizarau
la irregularidad de no. celebrar Cabildos desde
luengos meses at ras aunque en lo personal el Dr.
"Homero se cuidaba tan solo de hacer constar la
voluntad de 'a mayoría ríe los regidores con docu-
mentos de índole absolutamente privada. En tal
terreno la cuestión no tardó el Dr. Romero en
acusar a uno de los Munícipes de ciertos actos
concretos que huelen a gasolina y se refieren al
■uso inmoderado que de este pr*>cioso liquido hacia
el regidor de marras en provecho de su automóvil
particular. El señor Torres—personaje aludido
en la consignación one de él hiciera el Dr. Rome-
ro—ni tardo ni perezoso respondió a los ataques
del Alcalde con una acusación de diez y siete ca-
pítulos o cargos concretos que se refieren en pri-
mer lugar al anticipo de quince mil pesos que be-
llamente se otorgó por si y ante sí el Dr. Rome-
ro para mejorar su situación financiera: a la crea-
ción y sostenimiento con fondos del Erario Mu-
nicipal. de una numerosa guardia militar sin au-
torización «leí rabil «lo; al desistimiento «le un li-
tigio en que «_*s parte interesada el Ayuntamiento
«le la Ciudad «le México. jK»r la mezquina canti«la«l
«le cien mil pesos; al contrato para el bacheo as-
fáltico «le una cantidad enorme de metros cuadra-
dos; a la concesión de un subsidio de varios miles
de pesos a la artista argentina Camila Quiroga;
a haber invertido mayor cantidad «le la suma de
\einte mil pes«'s. fijada por el presupuesto para
gastos secretos y a otro porción de interesantes
detalles que no ariuonizan con la reputación del
I>r. Koraero y sobre todo con los baños de rosas
que frecuentemente se daba el político yucnteco.
El doctor Homero ha pretendido defenderse
con gran torj>eza en vez de abochornarse—para
usar sus palabras—por haber tomado ia crecida
suma de quince mil pesos a cuenta de sus dietas
se siente '•levantado*' pues según sus declaracio-
nes piulo haber seguido el procedimiento muy acos-
tumbrado antes por todos los piratas que pasaban
por el Ayuntamiento de cargar a gastos secretos
dicha suma.
Cree que ha formidable lisia de cargos concre-
tos enderezada en su contra por el regidor don
Vicente Torres ha resultado una serie de "hocica-
zos y un verdadero parto «le los montes". Se
contenta e! Presidente Municipal con que todas
las sumas a que se refiere su acusador asciendan
a la cantidad de cuarenta ν cineo mil pesos que
costó-y-para usar sus palabras—'ese libro hueco
que se llama la Iconografía de los Virreyes y que
no tuvo más objeto que desvirtuar la historia y
hacer figurar a don Herminio Pérez Abreu como
primer Virrey de México a despecho de don Anto-
nio de Mendoza".
El Presidente Municipal ha acudido al cómo-
do sistema de atacar a sus predecesores: de in-
sultar a su impugnador al referirse a desmanes
cometidos en la administración municipal por al-
gunos personajes que le precedieron: ]»ero nada en
concreto die»· para desvanecer ias muy serias acu-
saciones que se le hacen en su contra y sobre to-
do. para defenderse <H esirgo de haberse conver-
tido en un verdadero dictador sin recabar el con-
sentimiento del Cabildo como está mandado p«.»r
la ley. para ejecutar actos que han puesto en evi-
dencia al Ayuntamiento de México como el rela-
tivo por ejemplo a la maternidad (adoptiva) que
se ha abrogado la ciudad de México respecto a
Esperanza Iris
La ciudad de los Palacios está pues a merce«F
de Min dictadorzucio impetuoso y audaz que se
siente mortificado en su vanidad cuando le ata-
tan con una serie considerable y molesta de car-
gos concretos. La famosa libertad del Munici-
oio está engendrando tiranos politicastros de cam-
panario y saqueadores «le los.fondos municipales;
y eso que al «le México se le ha «piita«lo hace ya
tiemjm la carga del Prtdesorado. es decir ia
ocasión con ella «le arrastrar a su carro triunfa-
dor una multitud de inocentes victimas Vho-
ra se conocerá gracias a la escisión registrada
entre los Concejales la historia bien ingrata por
cierto de las finanzas y «le la administraci<*»n mu-
nieipal en los últimos años
EL COMENTARIO EXTRANJERO
^2525HS^SZSH52S2S2SZSHS252SHSH5HSZSHS25H52S25HSZ5Z5HS*i2525252SHSHSZ5S52S25HE25Z5HScSH5Z5SS25S5ZS25HSH5SSH¿t
UN GRl i O DE ALARMA
La guerra científica es una amenaza a la que h*y que hacerle frente desde luego (Mariscal Foch).
>1
PARIS. agosto !o. 19^2.
¡t.«rito de alarma! t N*o "s dema-
exudo fuerte la expre.-lón? No cierta
men'.e Veaso so t ins'-f?í*:»Tte: us
tede* van a con-enir >n «■ Ίο.
Ks inútil decir de nuevo
cruel fué la guerra de gas*_s.
Ei gran silk :ngK-s Sir Π. Th«»;*pe
presidiendo la asamblea anual de la
liriti-sh Association dijo: "El ataque
ton cloro del 25 de abrsl de 1315. si-
gue siendo el episodio más a tros de
iu gran guerra."
Es inútil también repetir cu&n des
prevenidos :u>s cogió ese -ataque. l~n
formidable esfuerzo de nuestros nuí-
tíicos. todos los cu.il»'S acudieron a
la primera sefta!. modificó la situa-
ción. IVsdes Iuíko se aseguró la de-
fensa: se les dieron a los soldados
máscaras cí-caces: después se pasó a
3a respuesta que fué terrible y triun-
fal.
Por .lo demás todo.- ¡o» combatien-
tes les hacían un llamamiento deses-
* perado α los recursos de ¡a ciencia.
Citaré todavía :· Sir. Μ Thorpe:
"Se puede .lecir que en los últi-
mos meses de !as hostilidades el éxi-
to dependía de la rep:deK con que se
lograba adaptar a los medios de com-
bate los descubrimientos de ¡a cien-
cia. Los principales adversarios s·
hallaban α la cabeza el·-·! progreso
científico desde hacia sirles y cono-
cían. en todas las ramas de la cien-
cia humana las aplicaciones cientí-
ficas susceptibles de hacer obra de
muerte.
Sin embargo ¡a casta militar es en
Λ todos los paisas la más conservado-
' ra y la que más lentamente rompe
con ¿a tradición pero cuando los pue
bios luchan y comprenden que su
existencia se halla en juego cual-
quier medio propio para exterminar
•\1 adversario llega a ser legitimo—
aun cuando vaya en contra de las
costumbres y de ixs convenciones es-
tablecidas.**
Lo que se hizo ayer constituye una
carantla c.erta de lo que podrá ha-
cerse mañana. Pero si fuera necesa-
rio. además una opinión que nadie
pensará en discutir he aquí la del
Mariscal Foca. Escribió un prólogo
Ípara la obra que el mayor inglés Le-
febure publicó con el titulo de **La
Estratégica Química.** en que denun-
cia de una manera precisa el espan-
toso peligro nue estamos corriendo.
£1 ilustre sold ido se expresa asi:
"La aplicación intensiva de la dec
Irieidad. de la química y de otra:
ciencias al ar:e de Ja guerra ha he-
<"ho surgir bruscamente nuevos fac-
tores dominantes cuya importancia.
as¡ como el peligro que entrañan pa-
ra la paz del mundo no pueden me-
aos que aumentar con e! tiempo. L?
.niciativa técnica o científica el des-
cubrimiento de una substancia quí-
mica. la dirección telemecánica di
ios aviones y otras aplicaciones nue-
vas de la ciencia a ¡a estratégica
son susceptibles de producir en 'a
guerra futura consecuencias que es-
tán en relación con las posibilidades
de producción en masa de ¡as in-
dustrias de guerra. En esta eventua-
lidad hay una verdadera amenaza a
la que es urgente hacerle frente in-
mediatamente."
Y queriendo precisar bien su ¿dea.
agrega por vía de ejemplo:
"El avión. qt:o cada día lleva pe-
sos más considerables va a propor-
cionar un nuevo medio Je esparcii
en abundancia gases tóxicos con ayv
da de bombas más y más fuertes y
de alcanzar a ios ejércitos y los cen-
tros de población situados en la re-
taguardia. o de hacer inhabitables
alcunas regiones."
"La guerra química se halla por
lo tanto en condiciones de produci
efectos terribles en espacios más vas
Us."
Así pues parecería que debemos
dirigir todos .i ties tras esfuerzos ha-
cia la preparación de esta guerra qui
mica tanto desde el punto de vista
ofensivy como desde el punto de vis-
ta defensivo. Desgraciadamente he
aquí d'^nde nos hallamos.
Por e¡ lado ofensivo como el Tra-
tado de Versalles ordena la vuelta i
las leyes de la guerra tal y como fut
ron redactadas por la Conferencia de
Li Haya r.os atenemos rigurosamen
te a esta prescripción y hemos aban-
donado todo ¿studio serio metódico y
franco de los gases de combate.
Pero queda ia defensiva Y aquí
no es excusadlo ninguna negligencia.
Conocemos las intenciones alemanas
sabemos que nos hallamos en la im-
posibilidad. a menos de suprimir su
industria química entera como lo pi-
de sin vacilar el mayor Lefebure. de
controlar en ella la fabricación de
los gases tóxicos. Nadie pone en du-
da que la próxima guerra— si ha>
guerra—comenzará por la proyección
desde !o alto de ios aviones de can-
tidades de productos asfixiantes y
nada absolutamente nada está listo
ι la hora actual para la defensa
eventual.
Yo no anticipo nada inexacto ni
exagerado.
Durante la guerra bajo ta presión
de jos acontecimientos se creó una
Comisión de estudios químicos. Fué
ella la que hizo la admirable tarea
jue se conoce.
Una vez terminadas las hostilida-
des los hombres de gran ciencia y
de gran corazón que la componían
encabezaron u.i movimiento con el
objeto de dotar a' ejército de un ver-
dadero estado mayor químico capaz
en caso de necesidad de hacerle
frente a todas las eventualidades.
Casi alcanzaron su objeto. Obtuvie-
ron que se decidiera la creación del
grado de químico: el proyecto de ley
jamás se discutió.
Todos sus esfuerzos para una regla
mentación seria y para una organi-
zación racional de la investigación
fracasaron. La química extiende su
dominio en el arte militar nuevo mu
cho más allá de la fabricación de ga
ses o de la protección contra ellos.
En todos los instantes se recurre a
ello: la comisión no ha podido obte-
ner la fundación de un laboratorio.
Más aún. en el ejército se consa-
gran actualmente a un verdadero boy
coteo de los químicos; hasta el pun-
to de que los alumnos que se han
especializado en este ramo se lo ocul
tan cuidadosamente a sus jefes. Es-
cuchemos lo que escribe el señor
Kane. de la Unión de los sindicatos
le ingenieros:
"Los jóvenes ex-alumnos de la Es-
cuela de Física y de Química de Pa-
rís. y de los Institutos de Química
4e París de Nancy de Lille etc.
iue entran al regimiento y siguen el
camino ordinario pueden ser nom-
brados oficiales de complemento lo
mismo que todos los ex-alumnos de
ias grandes escuelas. Si por el con-
trario. se Ies emplea en los servicios
qu'micos del ejército. Ie3 es impo-
sible aspirar a este grado. Esta pa-
radoja tier.e como consecuencia apar
tar a estos jóvenes del ejercicio de
su profesión de químicos durante su
servicio activo. Los laboratorios de
química de ¡a administración militar
j anexos a ellos y los laboratorios de
nvesticacior.es de los servicios de
l
experiencias técnicas van .a verse pri
vados de esta suerte de la colabo-
ración de los jóvenes químicos pre-
parados para esta función por tres o
cuatro años de estudio y superior-
mente especializados."
Hasta la comisión misma no existe
ya oficialmente. Para satisfacer las
exigencias humanitarias de! artículo
171 del Tratado de Paz. se le ha su-
primido de h^cho anexándola a la
comisión de experiencias de artille-
ría. Vive y trabaja a la sordina ocul-
tándose como avergonzada de su
obra y careciendo naturalmente de
fondos. Los resultados no se han he-
cho esperar.
Cito solamente dos. Hace tres me-
ses uno de nuestros mejores sabios
al visitar un cuartel pidió que se le
mostraran las máscaras de gas: de
ÍZ que se le enseñaron 11 se halla-
ban completamente inútiles.
Xo hay que decir que en los regi-
(Pasa a la pag. 5a.)
jCOSAS^ENUÑÍÜ^SÜCEDENj
r
Tengo a deciri»
que usted es
uri canaJla y
aaemá-s un
cínico.
/ j Enterado caballero.
I enterado de lo que me
J dice! Τ gracias jft>r su
aviso porque no sabía
que era poseedor de
tnwtag '^virtudes".
/Mlz/¿MATJQHÁL CAUTOM g β. Y t
)
1 /S~76 .
LA JUNTA DE RONSAL
loa curiosa ceremonia en la frontera franco-española
PARIS agosto lo. 1922.
El 1.1 de jul.o en tanto que París
y toda Francia se preparan pura La
fiesta nacional en un picacho de los
Pirineos en :a frontera de Francia
y de España liene lugar una cere-
monia muchas veces secular: el ''tri-
buto de Ronzal."
Ronzal evoca inmediatamente a
Roncasvalles y. de hecho ¡as dos lo-
calidades se hallan próximas. Pero si
bien la leyendu quiere que en Ron-
cesvailes haya sido aniquilada ¡a re-
taguardia de Carlomagno y que allí
haya perecido el paladín Ro.ando ba-
jo los golpes de los sarracenos quie-
ra también qua en Ronzal haya te-
nido lugar la destrucción del ejérci-
to d·.·! Califa Ab-el-Rhaman. por los
montañeses -.-spañoles. Por lo tanto
se le tiene veneración e:i toda la pe-
nínsula a este nombre de victoria.
ι Qué pasó en otro tiempo entre los
vascos de osto valle navarrés y ios
bearneses de! valle de Baretóns? La
leyenda varía y la tradición es in-
c.v.-ta. 131 or:g« n verdadero de esta
costumbre no se precisó en la sen-
tencia arbitraria que se dictó en la
iglesia de Aliso pequeña ciudad tie
Aragón el 13 <le octubre de 1375. Es-
la sentencia »<· c-ra en si más que la
expresión de un acto muchas veces
secular de suerte que se puede sin
exageración hacer remontar su fecha
al tiempo en que Carlomagno atrave-
só los Pjnneos. Hay pocas ce remo
nías que tengan un pasado tan vene-
rable.
Y tan es así que desde hace mil
años anualmente el 13 de julio el
valle francés de Baretons le paga so-
lemnemente un tributo al valle espa-
ñol de Ronzal.
Este tributo cc-nsistió hasta hace
poco en tres yeguas blancas perú
en vista de la dificultad de conseguir
en la región tres yeguas de esc color
se convino amigablemente en subs-
tituirlas por tres becerras blancas y
sin manchas. Ksta última cláusula ha
sufrido algunas atenuaciones en la
práctica.
Para 1a compra de estas becerras
deben tomar de sus presupuestos las
sumas necesarias las seis comunas
del valle de Baratons (Aramits Are-
tte Lame. Anee Feas e Issor.) Xo
se puede decir que este impuesto- sea
nuevo. Solamente que la municipali-
dad de Lame ya s«-a como una pro-
testa nacional o ya simplemente por
espíritu de economía se rehusa regu-
larmente a hacer figurar este gasto
en su presupuesto: es una tradición.
Entonces con no menor regularidad
el prefecto de los Bajos Pirineos lo
hace figurar de oficio: es otra tra-
dición.
LA CEREMONIA
La entrega del tributo tiene lugar
lugar con gran pompa en el punto
culminante de la montaña en el lu-
gar de la frontera que se llama Pic-
rro Saint-Martín.
Vi ■ ' " ' ι ' " ι * '.""7* „ I_.i. .1
Por el lado francés llegan los alcal
des acompañados por gendarmes por
ios notables y también por curiosos y
touristas que .leuden en ocasiones
desde muy lejos para contemp'ir es
la arcaica ceremonia. Tor el iado es-
pañol llegan los alcaldes los oaiabi-
neros un notario reai y nn veteri-
nario oficial encargado de examinar
las vocerras antes de su recepción.
Una vez que las dos delegaciones
se bailaban frente a frente tenía lu-
gar en otro tiempo una escena tea-
tral muy del gusto español Los ca-
rabineros disparaban belicosamente
algunos tiros de salva contra el suelo
iranct-s que un alcaide hería con una
lanza. Este- ceremonial por io meaos
inútil tema a'gv de humillante jura
l·'rancla y de acuerdo con la opim^n
de una comisión formada por diplo-
máticos de los Jos países que no tra-
bajo menos de 3 años fué abolida
en 1SS¿.
Los jefes de las municipalidades
Ic-s nuestros emendo la escarapela
tricoior y ios orr^s vestidos con capa
negra y pañoleta bianciu se limitan
hoy a camoiar s-iiudos con bonetes y
sombreros. Después de esto se reúnen
lureuedor de ja "piedra provisional"
y jurarían ustedes que eran unos ni-
ños que jugaban a las manos calien-
tes. Un alcalde francés el de Are-
ne coloca primero la mano sobre la
piedra; un alcalde español pone la
suya sobre la de su colega francés y
asi sucesiva y alternativamente pero
de manera que se asiempre ia mano
del alcalde español de isaba la que
se coloca al fiitimo afirmando de es
la suerte su supremacía sobre esta
pirámide de manos. Ksta es una pre-
rrogativa a la que los españoles le
ian una gran importancia: antes que
renunciar -a ella cederían Tánger.
Una vez hecha la imposición de
manes eL> alcalde de Isaba les pide
mediante una formula sacramental
a los alcaldes franceses que juren
obediencia a loe antiguos tratados y
éstos se adhieren con tanta mayor
buena voluntad cuanto que de ambos
se experimenta ya la necesidad de
ir beber.
II» II Uiΐυ emu uu|vwt\.iifu uu
manos se acompañaba con pa_*bras
contradictorias. Los bearneses están
convencidos—y tienen raz6n pues no
es este un caso aislado en la región—
de que pagan »·η esta forma ser-.cMla-
mente un antiguo impuesto de de-
hesa para sus ganados. Por lo tan-
to cada uno de ellos al poner la ma-
no sobre la piedra histórica decía
en alta voz: ''¡Por la yerba!" A lo
que cada uno de los alcaldes <nava-
rreces respondía en un tono de melo-
drama "'¡Por la sangreJ" pretendien-
do de esta suerte que este tributo Jes
fué impuesto a las gentes de Baxe-
tons como resultado de una lucha san
grienta en ía que los españoles no lie
varón la mejor parte. Aún dando por
exacto el hecho confieso que no com-
prendo bien qué interés podían tener
nuestros vecinos en prepetuar de es-
ta suerte el recuerdo de una paliza
recibida.
Hoy cansadas de guerra y persua-
didas de que jamás se convencerán
una a la otra las dos partes han re-
nunciado a estas palabras vanas: el
silencio es de oro.
Sin embargo el veterinario ha exa- ι
minado minuciosamente las becerras ι
y reconocido que no tienen manchas:
entonces se les dirige hacia el inte-
rior de la Navarra con tanta ma-
yor prisa cuanto que está estableci-
do que en caso de que alguna de ellas
se escape y cruce la frontera será
tanto peor para Ronzal. El notario
ha levantado el acta en buena y de-
bida forma y la junta termina.
Entonces se fraterniza como con-
viene. Sigue un almuerzo cordial del
que participan los alcaldes los in-
vitados y los curiosos y la única ri-
validad entre ios beameses y los vas-
cos consiste en mostrar cu-iles saben
mejor htcer deslizar desde más alto
por sus gaznates alterados el vino
blanco de jas calabazas
Saint-YRIEIX.
HACIA LA NAD
Por el Lie. Nemesio GARCIA NARANJO.
Pa/ulino Foru.es aquel famoso ex-Director de los Ferrocarriles Na·
cionales que influyó tanto en la Administración de Don Venustiano Carran·
sa acaba de regresar a Milico en donde ha dicho a los periódicos que está
muy "amolado". En Barcelona fundó una empresa de venta de maquina-
ria; pero mientras él viajaba los socios infieles devoraron el negocia
Después de este fracaso él ferrocarrilero carrancista decidió ir a New York
it\ donde tenía aJgün dinero; pero el Eanco depositario quebró y Fontes^
con su fortuna deshecha optó por volver a México y someterse a sus anti-
guos adversarios. Un reportero dice haber recogido de sus labios las hu-
mildísimas palabras que siguen: "Yo no pido nada fuera de que me dejen
trabajar como yo sé como conductor como maquinista como cualquiera
cosa ya que no estoy en condiciones de escoger". El mismo reportero cuanta
que ya Fontes no gasta ropa fina ni usa anillos valiosos ni fuma ricos ta-
bacos ni siquiera parece traer reloj. .
¡Qué curiosos son estos tipos enriquecidos por la Revolución! En un
¡apso cortísimo de tiempo pasan pintorescamente de la más miserable in-
digencia a la más fastuosa esplendidez; cruzan como aereolitos fulgurantes
las alturas; dan el timo de brillar como estrellas perenes; rayan la atmós-
1
íera con insolencia a su paso; y luego cuando la atención social se ha
concentrado en ellos con la misma velocidad con que se encumbraron ee
despeñan un día otra vez en la obscuridad y la insignificancia.
¿Qué tienen las fortunas revolucionarias que tan fácilmente se des-
moronan? ¿Por qué se desbaratan tun pronto los millones pescados en ios
vórtices de la guerra civil' Esos próceres afortunados se nie figuran arro-
yos que nunca llevan agua y exhiben sus secas concavidad»» como enormes
arrugas de ¡a tierra- Pero de repente nutridos por una inesperada tem-
pestad los arroyos secos se crecen parecen ríos imponentes inundan au-
dazmente las ilanuras y arrastran todo lo que encuentran a su paso. Quien
mire esos arroyos en el instante de la creciente se imagina estar delante
del Amazonas ¡y nada! En unas cuantas horas desaparece la corriente
caudalosa y los arroyos se vuelven a secar apenas que ha pasado la tor-
menta.
Paulino Fontes pasó en unos cyantos meses de ferrocarrilero provin-
ciano a Director General de las Lincas Nac'onaSes. es decir el puesto más
alto de la Revolución. Xadie ignora que la exigencia fundamental de loa
generales carrar.cistas era tener un carro dormitorio pan¿. su uso privada
Loa Generales favoritos no tenían un carro sino tedo un tren que movían
a su antojo por toda la extensión de la República. Pues bien el esa re-
voltura ferrocarrilera Fontes era el señor absoluto de todos los trenes j
con eso queda medida su importancia en el carrancismos de él dependían
los próceres mis orgullosos y estirados y en unión de Carranza y Barragán
lormaba el triunvirato omnímodo que pesaba cruelmente sobre la Na-
ción.
_ rj;
Hoy el Vizir de las comunicaciones con la frente abatida y el orguuc
depuesto pide un empleo-cualquiera en los mismos ferrocarriles en donde
imj>erara aver ilimitadamente. ¡Qué dolorosa va a ser su vuelta al puesto
obscuro que le corresponde! Cuando se ponga a limpiar una caldera evo-
cari melancólicamente su pasado esplendor; cuando reciba órdenes de sus
superiores jerárquicos recordará entristecido les horas gratas de su poder
exultante; y por último cuandó recoja el sueldo modesto a que tiene de-
recho vendrán a su memoria las fabulosas propinas que antaño recibía loa
negocios facilísimos quo consumaba con sólo acelerar o retrasar la mar-
cha de !os trenes.
Y nada de esto volverá ya más. Porque Fontes a pesar de haberse
despeñado al precipicio no ha caído aún hasta ¡as simas negras a donde
debe caer. El actual Gobierno de México está integrado por enemigos po-
líticos suyos: paro comjxuieros revolucionarios que 3o tienen que tratar con
íilgo de consideración. El Ministro Calles lo ha recibido con cordialidad y
eso es mucho obtener en el momento de la capitulación. Pero después de»
:ictual régimen imperante vendrá otro y iueco otro y en esa sucesión ver·
liginosa de situaciones* Pontes se sentirá cada vez más lejos de la fortune
perdida. Vendrán otras tempestades en el futuro; pero serftn otros arro-
yos los que se crezcan para volverse a secar en unas cuantas horas. "X
solamente quedará como vestigio del antiguo éxito. Jo que tftieda cuandc
acaba de pasar la creciente: destrucción y lodo.
Por oso el tipo de revolucionario perfecto lo da el que tiene el privile-
gio d·» morir en ía flor de la edad antes de que acabe de pasar el desbor-
damiento de la revolución. Dantón y Robespierre mueren tempranamente
a los treinta y tres años de edad; Saint'Just muere a los veintiséis: M¿»a-
beau que es de los más viejos deja de vivir a los cuarenta y un años La
muerte oportuna salvó a estos hombres extraordinarios. La supervivencia
los habría arojado a horrendos abismos de desencanto y de dolor. Hicieron
un papel digno y grandioso hasta el último momento porque se despíoma·
ron de un golpe de la gloria a la muerte.
La revolución carrancista no ha tenido gloria; pero en cambio ha des-
parramado pródigamente entre sus h'jos riquezas y poder. Los más fe-
lices de éstos son aquellos que han muer;o en plena embriaguez de triu-nfo
antes del amargo despertar. ¿Qué habría sido por ejemplo de Benjamín
Hill si no hubiera tenido la buena suerte de morirse cuando era Ministro
de la Guerra? Es casi seguro que para esta fecha Calles lo hubiera nuli-
ficado como a los demás miembros del Partido Liberal Constituc'onalista.
Y Hill ser.'a un Eulalio Gutiérrez un Genovevo de la O. un Fontes. es decir
un nadie. Fuo piadoso con él el Destino porque para arrancarle la vida
no lo hizo pasar por las pálidas brumas do la insignificancia.
El ejemplo más doloroso de estog tristes fracasos de supervivencia In-
oportuna !o brinda el Dictador ferrocarrilero de tiempos de Carranza. Los
millones le duraron menos que la vida. Pudo escaparse de la muerte pero
no del fracaso: por eso crimina inexorablemente hacia la nada. -
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El mejor y más completo diccionario de Inglés-
Español y Español-Inglés escrito por el Prof. Don
Arturo Angelí y correjido y aumentado por Don J.
McLaughlin Profesor de lenguas de la Escuela Poli-
técnica de París.
La nueva edición especial de esta casa forma
un grueso volumen de cinco y media por siete y me-
dia pulgadas con 700 páginas en muy buen papel
y lujosamente encuadernado en tela.
Contiene mayor número de voces que los otros
diccionarios y también la pronunciaciÓL figurada de
cada palabra tanto en Inglés como en Castellano.
Es el ma3 propio para oficinas escuelas y para el ho-
gar.
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 178, Ed. 1 Saturday, August 12, 1922, newspaper, August 12, 1922; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1069872/m1/3/?q=%22%22~1: accessed July 10, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu.; .